Park Jimin estaba totalmente agradecido con la vida, con todo lo que había logrado en sus cortos años, lo hacían mirar hacia atrás y no sentir remordimiento alguno. O quizás sí, quizás albergaba solo una espina dentro de su corazón.
—¿Has visto a Jungkook? —consultó a Suga interrumpiéndolo a mitad del pasillo. Ellos habían tenido un día pesado tras entrevistas intensas y se encontraban ya en su hogar, habían llegado hacía unas pocas horas y el maknae se había escabullido quién sabe dónde.
Min Yoongi se encogió de hombros.
—No, ha de estar en su cuarto.
—No lo creo, ya lo busqué allí. Quizás deba consultarle a TaeTae. —dijo dando media vuelta para ir al cuarto del nombrado. Yoongi le detuvo.
—Él y Hoseok se han pasado el rato en el cuarto de Jin, he podido escuchar sus risas desde mi habitación, así que pierdes tu tiempo. —Y con eso se retiró a sus propios aposentos, llevaba ya puesta la pijama, por lo que, no era difícil entender que se iría directo a la cama. Picado por la curiosidad dado el rostro de Jimin, se detuvo. —¿Pasa algo?
Jimin rascó su cabeza, viendo las opciones que le quedaban. Estaba cansado, no quería nada más que posar su cabeza en su almohada y envolver a Kook entre sus brazos para conciliar el anhelado sueño, tenía cosas burbujeando dentro de sí, un mal presentimiento tras las pasadas horas. Jungkook se había mostrado ansioso aquella mañana en el auto compartido y más en la entrevista con las preguntas de las fans en donde el entrevistador había sido particularmente insidioso.
—Nada hyung, solo... cosas, supongo —Lo desestimó con una sonrisa.
Los ojos de Yoongi se volvieron rendijas.
—¿Estás seguro? Mi puerta está abierta si deseas hablar.
Jimin se enterneció por la comprensión de su mayor y hubiese tomado la oferta de buena gana, pues de todos los miembros, Yoongi era bueno para comprender temas que escapaban al entendimiento de la mayoría, pero de nuevo, él solo quería ir a la cama.
—Gracias Yoongi hyung, quizás en otro momento.
Con un asentimiento de cabeza, Yoongi lo dejó estar y desapareció doblando el pasillo.
Jimin se quedó allí, con las manos en la cintura pensando en dónde diablos podría estar Kookie, necesitaba verlo. Necesitaba conversar sobre aquella tarde y el revoloteo en su estómago solo se calmaría tras el contacto de sus labios sobre los del maknae.
Siguiendo la corazonada que lo atacó de pronto, se dirigió a la sala de ensayos, bajando las escaleras, hasta lo más alejado de las habitaciones. Puede que aquel lugar fuese a prueba de ruidos, pues al comprar la nueva casa, todos habían coincidido en hacer de ese espacio un mundo aparte de la simpleza de un hogar como cualquier otro.
Efectivamente, Jungkook estaba sentado en uno de los sofás dobles que estaban ubicados en una esquina de la gran sala. Tenía las manos tomadas colgando entre sus rodillas y el aura que le rodeaba era por completo gris.
Jimin se extrañó.
Llegando hasta él, se dejó caer a su lado, obteniendo una reacción de su parte, solo cuando posó su mano en la baja espalda del menor. Este dio un respingo.
—¿Qué haces aquí tan solo? —Jimin cuestionó con una sonrisa queda.
Los ojos del maknae recorrieron su rostro por un minuto, antes de alejar la mirada y negar.
—Nada, solo necesitaba algo de silencio.
—¿Para?
Jungkook se encogió de hombros.

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Inefable
Fiksi PenggemarJungkook quiere una pareja, una de verdad... sin importar cuánto duela que ese papel no lo pueda llenar Park Jimin.