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— ¡Te digo que no lo sé! — respondió dijo Momo.

— ¡Pues alguien debe saberlo! — contraatacó una alterada Tzuyu.

Las demás observaban al par como si fuera un partido de tenis, Momo era la última en la casa en ser interrogada por la maknae en ese momento para saber el paradero de la líder. Las había preocupado la forma en que salió detrás de Jihyo pero la actitud que había tomado cuando regresó les había generado miedo porque de si algo estaban seguras es que esa chica con apariencia de bebé grande podía ser satán en persona si se lo proponía.

Una risa irrumpió el momento y provenía nada más y nada menos que de Sana.

— No me mires así, Tzu — ignoró su entrecejo junto — Debiste decirle lo que sentías cuando estuvo en frente de ti.

— ¿Cómo lo...

— También las vi besarse — la japonesa se encogió de hombros con una sonrisita — Deben ser más discretas.

Un silencio se hizo en la sala y toda la tensión que podía haber en el lugar provenía especialmente de la taiwanesa que parecía querer hacerle cosas a la japonesa y no precisamente buenas. Momo vio su oportunidad de escapar y se fue a su habitación sin mirar atrás.

Tzuyu se dejó caer en el sofá individual cerrando sus ojos buscando calmarse.

— ¿Realmente lo hiciste? — no le hizo falta ver para saber que era la voz de Chae.

— Sí, lo hice.

— Pensamos que era un enamoramiento y nada más, supongo que eso lo complica más — siguió la más bajita.

— Como no tienes idea — Tzuyu llevo las manos a su rostro fregando sus ojos, no dormir bien le estaba pasando factura.

— ¡Lo tengo! — Sana se levantó del sofá grande e hizo una especie de baile de victoria mientras sacaba su móvil.

— Quieres saber donde está Jihyo unnie, ¿verdad? — se dirigió hacia la taiwanesa quien la miró asintiendo rápidamente provocando risas en las demás — Bien, creo que sé quien puede ayudarnos.

Dejo su móvil en la mesita de café de la sala y activó el altavoz mientras conectaba la llamada.

Residencia Yoo... ¡Ouch! ¡Nayeon! ¡¿por qué hiciste eso?! — se escuchó una voz a lo lejos y luego un suspiró por parte de la girl crush — Bien, residencia Im-Yoo al habla.

— Sabes que pude haber sido otra persona ¿verdad? — cuestionó la japonesa.

Sí pero a nadie más tengo agendado como Sanake con varios emojis de serpiente — se escucho de nuevo la voz a lo lejos — Nayeon manda saludos.

Saludos para ella también — intervino una ansiosa Tzuyu — Unnie, ¿sabes dónde está el departamento de Jihyo?

Lo único que se escuchó al otro lado de la línea telefónica fueron murmullos que se le hicieron eternos a la taiwanesa hasta que al final respondieron.

¿Por qué el interés repentino, Tzu? — pero la voz no era la de Jeongyeon.

— Nayeon unnie...

De pronto se sintió pequeña no solo por su edad, ante la voz de la mayor del grupo pues no era para menos cuando esta era una fiel amiga de Jihyo.

Dime, Chewy — la voz de Nayeon fue seria a pesar del apodo.

— ¿Cómo me llamaste?

No eres la única en un dilema, Tzu — respondió de manera misteriosa la mayor — Dame una buena razón para darte esa información de Jihyo.

Necesito hablar con ella.

La mayor hizo un ruido de desaprobación. — Respuesta equivocada, pequeño demonio.

Pero...

Sé que a estas alturas ya sabes algo sobre ti misma como para querer donde está Jihyo — la mayoría podía imaginar a Nayeon viendo sus uñas con fingido interés — O ¿me equivocó?

No — Tzuyu tomó aire antes ante lo que iba a decir — La necesito.

Otro silencio torturante para la taiwanesa.

¿Tienes dónde anotar?

Las demás miembros no tardaron en celebrar eso con raros bailes para hacer sentir mejor a su maknae.

Nayeon hizo lo acordado dándole la dirección a Tzuyu quien lo anotó en su móvil y en un Post-it, la precaución ante todo.

¿Tzuyu?

— ¿Si unnie?

Cuida bien de ella o te molestare aún más.

— Lo haré, unnie.

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𝐅𝐞𝐞𝐥 𝐒𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥 | 𝐉𝐢𝐭𝐳𝐮 𝐀𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora