Aprendí De Ti

CAPÍTULO IV

—Nunca había escuchado ese nombre— le dije a Adal.

—Es bastante original.

—¿Qué significa?

—Dulce y noble—después de su respuesta, se levantó, y se fue. Yo, me baje en la siguente parada. Me dirigí hacia el segundo piso del hospital, a la habitación 111. Vi a mi madre tumbada, y sentí como mi pecho se encogía. Me senté a su lado, y automáticamente empeze a contarle como fue mi primer día de clases, como me habían llamado para decirme que podía ser que Helian volviese...

Más tarde me desperté, no me entere de que me había quedado dormida. Mi madre seguía en la cama tumbada, pensé que no se merecía eso. Como no tenía nada más que hacer, comenze a leer. 30 minutos después, oí cómo tocaban la puerta, así que alze la vista de libro y me fijé en Julio.

—Ah, hola, eres tú, pasa— le dije.

—¿Qué tal estás?—Me preguntó mientras se sentaba en una silla que había en la habitación.

—¿Como se supone que debería estar?

Nos quedamos callados bastante tiempo, hasta que él, rompió el silencio.

—¿algún compañero nuevo en clase?

—Todos son los mismos del año pasado.

—Pero, a alguien habrás conocido.

—Bueno, he conocido a Itxasne, que es nuestra tutora, y también a un chico que se llama Adal.

—¿Nueva tutora?¿Es maja?

—Solo he estado un día con ella, ¿como quieres que lo sepa?

Estuvimos hablando un buen rato. Le dí las gracias, por que me hizo pasar un buen rato y olvidarme de todo, hacía mucho que no me divertía tanto.

—una última pregunta, ¿Cuántos años tienes?

—¿De verdad que no lo sabes?— después me miró con una cara de "como me preguntas eso a estas alturas" —18, tengo 18 años.

—Pareces más joven.

—Y tu más vieja.

—Muchas gracias por tu sinceridad.

—De nada—sonrió, y salió de la habitación.

Después me fui a casa para preparar todo para el día siguente.

***

Habían pasado unas 2 semanas, y no ocurrió nada nuevo durante esas 2 semanas. ¿Los profesores? Bordes, quitando a algunos. ¿Los compañeros? Preferiría no contestar. ¿Daniela, Lucía y Paula? Cada día eran más bordes, no les gustaba nada que les llevasen la contraria, en resumen, se convirtieron en las pijas del instituto con las que sólo se juntaban más pijas... Al final decidí ir separandome de ellas, eran irreconocibles. ¿Mi madre? Seguía en coma, sin ninguna novedad.
En ese instante, me encontraba en la calle, dirigiendome hacia el instituto. Todabia quedaba hoy y mañana para el fin de semana, que lo estaba deseando. Mañana tendría que ir a la reunión para saber noticias sobre mi hermano.

Entre a clase y me fijé en que había 2 mesas más al lado de la mía, al parecer tendríamos unos nuevos compañeros, y justo tenía que sentarse al lado mío, vaya suerte la mía. No me malinterpreteis, lo que pasaba es que en ese momento prefería sentarme sola que al lado de alguien.

Al comenzar la clase, el profesor de matemáticas, nos llamó la atención, y seguido entró una chica, que debería ser la nueva compañera.