Park Tae Jin, un jovencito alto, guapo e inteligente. Cuidaba a la chica que estaba locamente enamorada de él, sin embargo él nunca le había retribuido ese amor. Se conocían desde muy jóvenes. Pero él simplemente nunca creía haber sentido ese sentimiento ni por su amiga Lee Ann, ni por nadie. Ella creía que si él permanecía soltero el tiempo suficiente lograría enamorarlo. La confundía la dedicación con que él la cuidaba, creía que empezaba por fin lo que tanto deseaba, y quizá así era. Él pensaba que sería fácil amar a alguien como Lee Ann. Hasta que se vio de rodillas en el suelo limpiando las piernas de esta desconocida. Al subir la mirada la observó directo a los ojos, parecía tener unos 38 años, se la veía pálida y frágil, como un pajarito con el ala rota.
No dejaba de pensar en ella. Por alguna razón esta persona se había metido en su cabeza. Recordaba haber visto sus piernas mientras ella se lavaba y recordaba su atrevimiento, salido no sabía de donde al decirle que era bella.
Los días que prosiguieron a ese encuentro la vio con regularidad, en la máquina expendedora, en la farmacia del hospital, en el laboratorio y lógicamente en la sala que compartía con su amiga.
Una tarde, la encontró en la sotea, viendo el ocaso. Eso la hacía pensar en su propio ocaso. La observó mientras enjugaba sus lágrimas, unas lágrimas tristes y pasivas, no un llanto compulsivo. Lo llamaron de la sala de Lee Ann, corrió. Al llegar su amiga estaba en algo que parecía un ataque de ira y frustración.
-¿Qué debo hacer para que me veas como una mujer?- Le preguntó apenas entro a la sala. Y empezó a tirarle objetos. Salió, no pudo verla más en ese estado.
Al salir se encontró con Jin Ah, quien no podía dormir pensando en cómo espacar del destino cruel que le aguardaba.
-No se que hacer. - Dijo Tae Jin. Frustrado, y pensando en voz alta. -¿Cómo se supone que debo tratar a una enferma?
-Hazlo como si no lo estuviera. Tu novia necesita mucho apoyo, lo peor ha pasado para ella. El sonrió, en el fondo pensó que está señora se interesaba en su estatus con Lee Ann.
-No es mi novia, es mi mejor amiga, aunque creo que ella no quiere solo eso.
-¿Su familia?
-Viven muy lejos, ella insiste en llamarlos únicamente si la situación se sale de control.
-¿Crees que ese momento ha llegado?- Se sonrojo al darse cuanta que ninguno usaba ningún tipo de formalismo. Ni por ser desconocidos, ni por su diferencia de edad.
-No, aún no. Ella es fuerte.- Sentado en el sillón con las piernas cruzadas, totalmente informal, pensó ella.
-¡¡¡JIN AH!!!... - Ambos voltearon. -¿Qué crees que haces fuera de la cama? El médico ha dicho reposo. ¿Cómo puedes exponerte de esta manera?
Tae Jin sintió un profundo rechazo por aquel hombre, era alto y no feo a la vista, pero se lo veía descontrolado, autoritario. Para su sorpresa el pajarito herido se levanto del sillón sin la sombra del rostro relajado y sonrojado, por alguna razón, que había visto solo hacía minutos. El hombre les dio la espalda. Y él usó ese momento para sujetarla de la mano, para su sorpresa y la de ella.
-No tienes que irte si no lo deseas.
-Si, si tengo que hacerlo. Aunque no quiero hacerlo. - Él se sorprendió. Su respuesta lo tomó totalmente desprevenido. ¿Qué significaba aquello?
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Love Story
FanfictionEl amor es una montaña Rusa. Te da muchas vueltas y te llena de grandes sensaciones pero cuando bajas de ella, te marea y te hace sentir enfermo.