Observándola de lejos, era difícil imaginar lo que ella pensaba o sentía, un sentimiento lo hirió profundamente y si esa situación significaba que el esposo de ella se había enterado de lo ocurrido. ¿Cómo podría perdonarse haber perjudicado de esta manera a esta mujer, quien quizá estaba viviendo sus últimos días? Fue tonto, se dijo, impulsivo. Dejarse llevar así por pasión. ¿Pasión? Pensó y la observó, se veía tierna, vulnerable, con el cabello suelto y negro sobre la almohada blanca. -¡Qué bella es!- se dijo. Un temor recorrió su cuerpo, sentía ganas de abrazarla, de protegerla de todo mal, incluso de querer sacarla de ahí y llevarla a ver el ocaso y alba a la playa. Se congeló, no es pasión, es amor. Se confesó así mismo.
Se acercó a ella cauteloso, rodeó la cama, ella estaba quieta hecha un ovillo, se sorprendió al ver que tenia los ojos abiertos. Ella lo vio acercarse y se incorporó. El se sentó en su cama, notó que ella sudaba y su cabello se pegaba en su mejilla.
Tae Jin: Lo siento... tanto. No debí, siento que me he aprovechado de ti.
Jin Ah: No. -Y poniendo los dedos en sus carnosos labios repitió: No. No lo sientas. Yo no lo siento.-Y se acercó a besar su cuello. -Puedo ver las venas azules de tu cuello, tu piel es tan blanca y suave.- Mientras decía esto contra la piel sensible, el cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación. -Si alguien se ha aprovechado de alguien he sido yo.- Y Dejó caer la frente en su pecho. Él acarició su cabello, nuca y espalda. Se quedo quieto, sólo escuchando la lenta respiración de esta mujer que sentía conocer de toda su corta vida.
Lee Ann: ¿Qué es esto?- Dijo una voz a sus espaldas.- ¿Qué haces? ¿Qué hacen? ¿Por qué la tocas? ¿Por qué lo tocas?- Ambos la observaban, pero sus miradas no eran ni de sorpresa ni de preocupación.
Tae Jin: Lee Ann, basta. -Su voz era cansada y despreocupada, pero ella no se calmó. Llamó a los doctores diciendo que esa sexagenaria desvergonzada aún en su lecho de muerte había seducido a su prometido. Los doctores le insistían en que al día siguiente ambas estarían fuera del hospital, una para vivir y la otra para morir. No valía la pena estar en ese estado. Pero ella insistió en ser trasladada a otra habitación. La cambiaron de sala. Lee Ann tomó sus cosas, las empacó. Al salir observó a Tae Jin, quien con una actitud totalmente calma e indiferente se dedicó a ser espectador.
Lee Ann: ¡Tú! espero nunca ver tu cara nunca más, hemos terminado definitivamente.- Y salió de la sala tras un fuerte portazo.
Tae Jin volteó hacía Jin Ah. -¿Estas bien?
Jin Ah: Lo lamento. Mi actitud permisiva te ha hecho perder a tu novia.
Tae Jin: Lee Ann no es mi novia, ella lo sabe y no se por que sobre actúa de esta manera.
Jin Ah: Quizá perdiste la posibilidad de enamorarte y amar a una buena mujer.
Tae Jin: No se cómo pasó en tan poco tiempo, quizá el amor a primera vista sea real, pero tú me diste esa oportunidad, porque creo que te amo.
Jin Ah: ¿Crees? Eres poco más que un niño. ¿Qué puedes saber sobre el amor?
Tae Jin: Pensé que la parte de "Soy un hombre y no un niño", ya había quedado demostrada.
Las mejillas de ella se tiñeron de un rosa intenso inmediatamente, su rostro cayó. Él fue consciente de ello.
Tae Jin: Lo lamento... mucho. No debí decir eso. Le levantó la barbilla y le dio un casto beso en la nariz y salió de la sala.
Jin Ah se quedó con sus pensamiento. -Es increíble- Se dijo. -Pero también te amo.- y cayó en un sueño sin pesadillas, sin culpas ni remordimientos.
Pasadas seis horas y sin abrir los ojos sintió una mirada familiar y fija.
Esposo: ¿Qué has hecho Jin Ah? ¿Cómo has podido hacerme esto, hacernos esto?
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Love Story
FanfictionEl amor es una montaña Rusa. Te da muchas vueltas y te llena de grandes sensaciones pero cuando bajas de ella, te marea y te hace sentir enfermo.