Capítulo 12.

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Jhon
"Nath vendrá por mi"  hasta parece que puedo oir su voz de niña que se carga diciendo eso, rápidamente ahora retrocedo voy a buscar a Angelique, ella sabía que Nath no hiba a ir a buscarla, sin embargo se quedó sola¿Para qué? Claro para que me pudiera ver con Jessi, debí suponerlo, mantengo la mirada fija y en mi mente sólo pasa un nombre el cual es Angelique, necesito saber que está bien, aún es de madrugada muchos peligros están en la calle, más para una chica elegante, sola y hermosa, no,no,no, sólo eso puedo tener en mi cabeza ¡No! Angelique está bien,debe estar bien, cada segundo falta menos y al llegar a la tienda donde la deje y se supone que Nath, pasaría por ella, ya no hay nadie, absolutamente nadie, Angelique ya no está...

Pongo en marcha el motor de mi auto y tratando de ir lo más rápido posible,  mantengo las manos firmes ante el volante,¿Y si ya está en la casa? Me dirigí con desesperación hacía nuestra casa, esa desesperación cuando estás a punto de perder algo que amas... y aunque no la ame, no entiendo el motivo de estar tan desesperado, mi corazón se acelera cada vez,¿Y si no está? Si algo le pasa simplemente yo no podría...

Cuando me encuentro ya en mi casa, estaciono el auto y bajo apresuradamente para entrar a la casa la cual permanece tranquila, sin señal de que haya Alguien, mantengo la esperanza de encontrar a la bella Angelique Russell.

Entro y no encuentro rastro de ella, subo las escaleras a nuestra habitación y entrando en ella,  gritando su nombre, pero no responde.
-¡ANGELIQUE!- exclamó nuevamente.
Cuando un pequeño cuerpo se gira a verme, mi única reacción fue lanzarme contra su cuerpo para atraparla entre en mis brazos, por lo que consigo tirarnos en la cama. Beso su frente, e inmediatamente siento como el alma regresa a mi cuerpo.

-¿Estás bien?- Dice con esa vocecita que llena de ternura.

-Si, lo estoy ahora.-

-Perfecto, ahora puedes dejar de estar sobre mi.- El nerviosismo era notable.

Me removi de ella, y se sentó en la cama, yo enfrente me quedé parado, lo admito la estaba observando detenidamente.

-¿Qué pasa?-

-Estoy muy molesto contigo.- El coraje había cobrado fuerza en mi interior al saber que me mintió con algo tan serio, pudo pasarle algo, siento que estoy exagerando.

-¡Vaya, para lo que importa!.- sus palabras mostraban una mínima importancia.

-Angelique no debiste mentir, pudo haberte pasado algo.-

-¿Cuál mentira? Estoy bien, nose que te haya pasado, yo estoy bien, Nath me trajo y se fue.- Le temblaba la voz,  pero dominaba esos nervios.

-¡Mierda! No mientas, acabo de hablar con Justin, Naty está con él. -

-¡Oh!- Su cara cambio completamente.
-Pero, tu estabas apurado para ir a ver a tu chica, no quería ser una molestia, y después de todo encontré a Alan y me trajo.- agregó haciendo pausas en las palabras.

- No tenías que hacer eso, no eres una molestia, ahora eres mi responsabilidad.- Dije, y cuando dije eso de "Eres mi responsabilidad" su rostro se fruncio.

-¿Tú responsabilidad?- Preguntó. - No soy una responsabilidad, soy una persona, no debo ser algo del cual debes estar pendiente cuando no quieres.- sonaba molesta.

- No eres mi responsabilidad, perdón por decirlo, simplemente me preocupa que te pase algo y...- Alguien me interrumpió cuando seguía hablando.

- ¿Y le tengas que dar explicaciones a mi madre?; al fin esto será sólo un año y ya van dos meses y medio, es sólo un contrato.- Cada que salía algo de su boca era agresivo.

- Si eso es, sólo es eso...-  Dejo  mis palabras al aire.

Veo como se pone de pie y sale de la habitación, lleva puesta una camiseta descotada y unos shorts de seda. Me cambió de ropa listo para dormir, me acuesto cuando entra de nuevo ella, su rostro sigue molesto, aunque ya no tanto se ve tranquila y a la vez algo molesta.

-Apaga la luz Angelique.- ordenó.

-¡Ya voy!- Dijo enojada.

- ¡Apurate!- Me gusta hacerla enojar.

-Dije que ya voy, ¿Estás sordo?- Comenzaba a aumentar el tono de voz.

- ¿Por qué te trajo Alan?- Interrogue, la curiosidad me estaba matando.

- Porque me lo encontré y listo.- Su voz expresaba cansancio.

-¿De que hablarón?- Las preguntas simplemente salían.

- No hablamos, el camino estuvo callado.- parecía decepcionada, diera todo por saber lo que ese cerebro sabe.

-¿Segura?-

-Deja de pedirme explicaciones, yo no te las pido, tu vida no me importa, no deberías de meterte en la mía.-  Temblorosa dijo aquellas palabras.

Se acostó,  y cubrió su cuerpo con aquella sábana gris.

-Buenas noches.- murmure.

No dijo nada más...

Y yo también estaba muerto, caí rendido en un sueño profundo.

Angelique.

Me desperté tarde y aún seguía el allí, acostado respirando lentamente parecía un bebé tan indefenso.
Me metí al baño hice mi aseo personal. Después de un rato salí, y baje a la planta baja de la casa, hice el desayuno. Sentí como alguien bajo de las escaleras y se acercaba a la cocina.

-Buenos días.- Sentí su gruesa voz a mis espaldas.

-Hola.- Me límite a decir.

- Creo que deberíamos llevarnos mejor,estaremos juntos un año, deberíamos aprender a convivir no lo crees.-

- Por primera vez dices algo con sentido.-

-¿De acuerdo?- Preguntó.

-Totalmente, hay que llevarnos mejor.-

Durante el desayuno todo estuvo tranquilo,  incluso parecía armónico.
Llegó la noche y como de costumbre dormir, al otro día la misma rutina, lo bueno es que a la empresa decidimos incorporarnos hasta el próximo mes, al cual sólo le faltan dos semanas.

Y por fin, llegó viernes, hoy será el día en que vaya a la fiesta con Alan y Sebas.
Por la mañana hice lo de siempre, pero ahora con la ayuda de Jhon, se muestra más humano.

- ¿Vas a salir hoy?- Me animo a preguntarle.

-Si, ¿Pasa algo?- Dijo rápidamente.

-No, sólo que también voy a salir.- Mi voz sino dulce.

-¿Con quién?- Su voz tomo un lijero pero duro tono de enojo.

-Con Alan y Sebas.-

- No vas a ir...-

- ¿Eh?¿Qué?¿Por qué?- mi cabeza ahora era un caos.

- Porque no quiero que vayas con Alan.-  Parecía relajado.

O sea yo no puedo ir a una fiesta con mis amigos, pero el si puede revolcarse con una chica.

- Yo iré y punto.- salí de la habitación donde estaba, y me dirigí a la cocina.

ODIO AMARTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora