Capítulo 22

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Angelique.

¿después de eso que pasaría? Abrazando a Jhon, que tonto, que más seguía, seguro ahora lo besare y pasaré la noche con el, pero no, esta vez no será así, estoy cansada de adaptarme a todo y siempre asentir como estúpida, no iré a dentro a buscar a Nath y tratar de estar bien con ella, menos complacer a Jhon estando con él para que sus amigos no le echen arena, seré yo, y si, esta es la última noche antes de que empieze a tomar un rombo diferente mi vida, me despegue de Jhon y solo le di un: "Gracias", seguido de eso, me fui a dentro, iría a buscar a los chicos, con quienes vine, los mismo con quienes me iré, ¿Jhon disfruta... No? Yo también, no tengo porque seguir reglas estúpidas.

Adentro todo seguía prendido, sin embargo no logré encontrar a Michael, ni a Sebastián, pero si a Alan.  Tan lindo se veía así, distraído, con la mirada perdida que me indicaba algo estaba mal, empezaba a olvidarme por un momento de Jhon, me acerque y pose mis manos sobre sus hombros.

-¿Estás bien? - Aquel temblor estaba en sus voz justo como cuando yo tomaba iniciativa para besarle, pero esta vez no sería así...

-Si, ¿Bailamos? - Sin titubeos pregunté.

-Por supuesto. -

Estavamos aquí de nuevo, al compás de la música, fuera de ser algo rítmica ahora parecía estar sonando una más tranquila que permitía mover nuestros cuerpos a un ritmo excelente para poder conectar su mirada con la mía, muchas veces las luces iluminaban su rostro, su boca me era apetecible, tenía ganas de tomarlo de la nuca y fundir mis labios con los suyos, sus ojos brillaban cuál dos luciérnagas en una noche apagada, cada pómulo resaltaba dándole aquel toque de masculinidad que tanto adoraba.

Mis manos posaban en sus hombros, no era la posición correcta, para estar bailando, sin embargo quería dejar ahí mis manos, se sentía relajante...

-Vamos al jardín de atrás. - Se detuvo para decir eso, lo sabía se había cansado.

-Perfecto. -

Caminamos sin soltar su mano, el jardín de atrás olía bien, era cuando las flores sueltan un olor inigualable, y sólo quieres quedarte ahí.

-Te necesito. - Dijo casi en un susurro, que alcanza a notar.

-Yo también. - ¡Oh no! Aquello que acabo de salir de mi boca tendría consecuencias.

Se acercó a mí, y retrocedí hasta topar con la pared trasera, y ahí estaba él, en frente de mi, con una mano a lado de mi cuello y la otra en mi cintura.

Se acercó, parecían eternos aquellos segundos en los que él se acercaba, poco a poco sus labios se unían con los míos, cada vez más corta era la distancia, sus ojos conectaban a la perfección con los míos, y justo fue ahí cuando sus labios rosaron con los míos, había olvidado que se siente besar a Alan, y era jodidamente hermoso, su boca con la mía encajaban perfectamente, su lengua danzaba con la mía. Su mano en mi nuca me acercaba a él, y mis manos estaban el su rostro, apegandolo a mí, tiro de mi hacia el, logrando así tocar mi trasero, y de un salto rodie con mis piernas su cintura y seguí besándole, el apretaba mi trasero de vez en cuando, y su manos subían hasta mi cintura y bajaban de nuevo, mis manos permanecían pegadas a su cara y nuca, también acariciaba su cabello, empezó a besar mi cuello dejando besos por toda el área, mis hombros estaban llenos de besos, yo sólo arqueaba mi cuello para darle más entrada, y si, pase ambas manos por su cuello y comenze a besar su cuello, y su olor era inexplicable, totalmente único, succióne más de una vez, eso parecía exitarle y gustarle ya que a cambio obtenía un apretón en mi trasero, el cual el mantenía moviendo sus manos sobre el, y dando apretones, eso me gustaba, sabía como tenerme a su merced.

Poco a poco fui descendiendo hasta quedar de nuevo con los pies en la tierra, estaba a punto de hacer un comentario cuando el coloco su dedo índice en mi boca.

Minutos después nos encontramos sentados en una orilla de la alberca que da al jardín, se alcanzaban a escuchar ruidos de la fiesta, más no con la misma intensidad.

Se recostó sobre mis piernas, y simplemente no podía detenerme, sabía que después de ésto, todo sería confuso, yo me sentiría culpable, pero que más daba al menos tenía que aprovechar el momento, acaricie su cabello, a él parecía gustarle, como en los viejos tiempos.
Así hablando de cosas equis, permanecimos algún largo tiempo, que para mí fueron segundos.

Algunos empezaban a retirarse, y la hora indicaba que habíamos sobrepasado la hora, ya que al otro día deberíamos estar en la empresa muy temprano.

-Creo que es hora de irnos... - Dije sonriendo.





Perdón, el capítulo es corto, pero es sólo para darles un avanze. ❤️

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