Capítulo 3: Somos libres, como aves.

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Viernes 07:00 am

Me desperté sobresaltada, había tenido una pesadilla, en el que veía a mamá intentando tirarme de un edificio. Estaba asustada, y muy preocupada. Tome un espejo y me mire, estaba pálida, con ojeras, triste y desesperada. No podía soñar me con mamá, y menos haciendo ese tipo de cosas. Bueno, sólo pensé y decidí no darle importancia, yo amo a mamá, y ella a mi.

Por fin era viernes, ¡VIERNES! Me dirían si me iba o no, jamás me habían gustado los viernes, es más, odio los viernes, esta es la primera y la ultima vez que deseo tanto este día.

Me levanté y me puse una sudadera, no tenemos obligación de ponernos el uniforme hoy.

Dalila me había dicho el día anterior que fuera a su cuarto en la mañana, así que hacia allá me dirija.

Toque la puerta dos veces, y alguien me abrió. Era una chica con ojos cafés, y cabello castaño y crespo, suponia que era la compañera de cuarto de Dalila.

- Hola. -Le dijé

- ¿Eres amiga de Dalila? -Me preguntó.

Asentí con la cabeza, y la chica se fue corriendo.

Entre al cuarto, vi la cama de Dalila, era la de ella por que en una hoja estaba su nombre.

- Dalila, ¿Estas aquí? -Pregunte, pero nadie contestó.

Así que entre más y vi la puerta del baño entre cerrada.

Toqué la puerta, y se abrió completamente. Ahí estaba Dalila, botada en el piso, inconsciente.

- ¡Dalila! ¿Que es esto?, Dalila, estarás bien, yo te cuidaré.

Inmediatamente visualice unas pastas y al lado su envase, era Alprazolam, antidepresivos, no es un medicamento malo, pero Dalila debió consumir más de la cuenta. Estaba preocupada, la dejé un momento, fui a la habitación, y llamé a la enfermera.

Rápidamente llegó la enfermera, le dije un par de cosas, y junto a dos enfermeros se llevaron a Dalila a sala de emergencias. Corrí tras ellos, pero no me dejaron entrar a la habitación donde le harían unos exámenes.

Estaba preocupada por Dalila, ella era mi compañera, ella me escuchó. Me odiaba por no haber llegado antes.

Sábado 05:00 am

Me desperté cuando alguien toco mi hombro. Abrí mis ojos despacio por la luz, era un chico que estaba a mi lado, y yo estaba en el hombro de él, ¡¿Que pasó?!

- Puedes dormir más. -Me dice.

Me distancie un poco de él

- ¿Que pasó? -Pregunté, como si todo estuviera normal.

- No lo sé, estabas acá sentada dormida, me senté a tu lado, y te acomodaste en mi hombro. -Me dijo el chico con una sonrisa.

- Lo siento tanto, enserio, disculpame, soy un poco testaruda. -Comencé a decir, y antes de que él hablara me acordé de Dalila, ¡¿Donde estaba?!

Fui corriendo a donde una enfermera y le pregunte por mi amiga, y me dijo que ya estaba en cuidados, que al día siguiente la podría ver. Me dijo que lo mejor era que fuera a descansar, que Dalila estaba bien y que estaba en buenas manos.

Fui a las sillas, y vi al chico, no me acordaba de él, era muy lindo, nunca lo había visto. Me quede mirándolo con una cara de preocupación. Me habia acostado en el hombro de él, ¿Estaba molesto? Siempre me quedo dormida en todos lados, bagh.

- Oye, lo siento por lo anterior. - Le digo.

- No pasa nada. -Me dijo con una sonrisa en sus labios.

- Bueno, adiós, tengo que ir a descansar. Lo siento de nuevo. - Le dije y me despedí.

Llegando a mi cuarto me acorde de que podía ir a ver las listas para saber si Dalila y yo podíamos salir de acá. Tome un saco, ya que estaba haciendo frío, fui a la sala y ahí estaban un par de chicos mirando las listas, buscando sus nombres.

Fui a ver la lista también. Busque mi nombre, y rápidamente lo vi, ¡SI! ¡Ann Ray! Estaba ahí, por Dios, me voy a ir, ¡SI!

Busqué también a Dalila, y estaba en la lista, esto no podía ser más perfecto, ¡Al fin!

Fui a mi habitación con una gran sonrisa. Iba a ver a papá, iba a ir a la escuela, iba a ser una chica común junto a Dalila.

Estaba llorando de la emoción, no lo podia creer, pensé por in instante: voy a ser...Feliz.

Cerré mis ojos, y me quedé dormida, pensando en este día, tan inundado de emociones y situaciones.

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Gracias por leer mi historia, espero les guste este pequeño capítulo.

AA.

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