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ELISA

Valen y yo acabábamos de llegar a casa, habíamos pasado toda la tarde con los chicos en casa de Izel. Hace dos semanas ya desde que llegamos de la casa del amigo de Ofelia, nos lo pasamos todos genial y querían repetir cuando tuviéramos horarios compatibles. 

Estaba lloviendo fuera y llegamos empapados a casa entre risas y besos que Valen me dejaba por el cuello. Cerré mis ojos cuando me apoyo en la puerta y siguió besándome mientras me agarraba por la cintura de manera posesiva pero con amor. 

Suspire fuertemente y busque con ansias sus labios para juntarlos con los míos. La tensión sexual que había entre los dos se notaba muchísimo pero siempre me respetaba sobre todas las cosas, a día de hoy puedo decir que me sentía preparada para ello y que quería ser suya. 

-Valen… -suspire entrecortadamente metiendo mi mano por debajo de su camiseta mojada por la lluvia- 

- Te quiero Eli, joder te deseo tanto -dijo suspirando y dejando más besos sobre mi cuello- 

Subí mis piernas de un saltito a su cintura y sentí como nuestras lenguas se buscaban con amor y paciencia. Valen me llevo al centro de la sala donde tenía una alfombra en la que a veces nos tumbábamos con cojines, era muy cómoda y calentita y estaba justo al lado de la chimenea. 

Me acomodo entre los cojines con cuidado y dejo sus brazos a cada lado de mi cuerpo sin aplastarme, hasta por eso se preocupaba, era todo lo que siempre quise, era demasiado para mí. Poco a poco nuestra ropa iba estorbando y las caricias que nos dábamos el uno al otro hacían que el amor que nos estábamos entregando esta noche fuera más que suficiente para seguir adelante. 

Bajo sus besos lentamente por mi vientre hasta llegar a mi zona pero siguió a mis piernas y beso cada corte y moratón que poco a poco iba sanando con mucho sacrificio detrás. Yo en este momento ya tenía lágrimas por mis mejillas y no pude evitar soltar un sollozo, lo amaba y me asustaba tanto eso. Valen al ver que estaba sollozando subió sus besos a mi cara y empezó a limpiar mis lágrimas. 

-Amor… si queres paro –dijo mirándome preocupado- 

Sonreí entre lágrimas y le acaricie la mejilla- 

- Te amo… -dije sin poder callármelo- te amo tanto que asusta y duele –pude ver como sonreía y se le cristalizaban los ojos- 

-Sh… no va a pasarte nada más Eli… estoy contigo, siempre estaré contigo –dijo cogiendo mi mano y posándola en su pecho, su corazón latía a una velocidad extrema- esto, esto es lo que causas en mi –dijo suspirando- te amo también, te amo más que a mí mismo –dijo dejando un beso en mi frente- 

- Valen… hazme el amor –dije susurrándole y secándome mis lágrimas en su hombro, sentí como se estremeció ante lo que le había dicho- 

- ¿Estas segura?... no no quiero que te sientas incomoda cuando… -dijo preocupado- 

- Lo estoy más que nunca –dije mirando esos dos ojos azules- soy… soy virgen –dije avergonzada- 

- Eh… no tienes que avergonzarte, es tierno eso mi vida –dijo sonriendo- no sabes lo que me alegra que voy a ser el primero y el ultimo si me dejas. 

- Yo no he podido ser tu primera… en casi nada –dije con una sonrisa triste- 

- Te equivocas –dijo mirándome con intensidad- es mi primera vez ¿sabes porque? –a lo que negué- porque lo hago con amor, es la primera vez que voy a hacer el amor con alguien.

Mire sus labios y de nuevo subí mi vista a sus ojos, el hacía lo mismo pero termino rompiendo la distancia y a partir de ese momento, en el que sabíamos los dos lo que queríamos el ambiente se volvió más pasional. 

Llevábamos un buen rato desnudos disfrutando de la cercanía y del tacto de piel entre ambos y no me cansaba. Ya había metido dos dedos en mi feminidad y yo también participe a que se pusiera contento. En este punto estábamos los dos sudando y él estaba encima de mí con el preservativo puesto a punto de hacerme mujer. 

- ¿estas segura? –dijo nervioso, pocas veces lo había visto así- 

- Completamente –dije besándole para darle seguridad- 

- Si te duele dímelo y parare ¿vale?, si te sientes incomo.. – le corte soltando una risita- 

- Estaré bien amor –dije no muy segura pero quería tranquilizarlo- dale

Sentí como se colocó para entrar y como a poco entraba en mi despacio. Cerré mis ojos y abrí mi boca intentando no soltar un gemido de dolor pero fue inevitable. 

- No quiero hacerte daño Eli, voy a salir –dijo preocupado- 

- Como salgas te cago a palos pelotudo –dije aguantando el dolor- entra Valen por favor. 

- Jajajajaja salió argentina la nena –dijo entrando y besándome para aguantar el dolor que sentía- 

- Sigue… -dije susurrando sobre sus labios- más rápido

WOS

- Sigue… -dijo susurrando sobre mis labios- más rápido 

Me estaba volviendo loco, sentía como sus paredes me recibían apretadas por ser la primera vez que lo hacía. Mi cuerpo temblaba con cada embestida que daba y poco a poco necesite acelerar el ritmo y ella por lo visto también. Sentía como levantaba su cintura pidiendo más y envolviendo sus piernas en mi cintura, yo solo pude moverme con más ganas y más fuerza sobre ella. 

- Eli… -dije gimiendo- joder nena…

-Valen… dios, más fuerte –dijo gimiendo- 

Me calenté lo más grande y acelere más mis embestidas mientras besaba sus pechos de manera desesperada, era hermosa, era hermosa y no me cansaba de repetirlo. Note como mi cuerpo temblaba e iba a venirme. 

-Elisa voy a venirme –dije suspirando y acelerando más mis movimientos- 

Note como los dos llegábamos al clímax tras un fuerte gemido por parte de ambos y como me corrí fuera de ella. El mejor sexo de mi vida, porque implicaba mucho más. Con las pocas fuerzas que me quedaban le di un beso en la frente y la mire a esos ojos verdes que me traían desde hace tiempo en otro mundo. 

-Te amo –dije mirándola- 

- Y yo –dijo sonriendo- 

Estaba preciosa con su pelo enmarañado y las mejillas rojas por el calor del momento, me ponía malísimo. Deje caer mi cuerpo en su pecho y ella empezó a hacerme mimos en el pelo, suspire, si esto era un sueño no quería despertarme nunca. 


No sin ti - Wos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora