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«Una mattina mi son svegliato
O bella ciao, bella ciao,
bella ciao, ciao, ciao
Una mattina mi son alzato
E ho trovato l'invasor»—Partigiani
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2"LAS CRIATURAS MÁS MEDIOCRES SON LAS QUE NO SE ATREVEN A SALIR DE DIA."
Aquellas palabras habían quedado grabadas en la mente del muchacho, justamente aquellas que habían salido de la boca pestilente de su padre, el hombre quien en ese entonces apuntaba hacia las copas de los árboles después de haber terminado con una asquerosa botella de whiskey.
El chico apretó la mandíbula, estoico. Su calzado juvenil de oferta había golpeado con discreta repugnancia el último envase de cristal vacío, un frasco más entre aquel sembradío de recipientes de refinado alcohol.
El hombre se mantuvo ajeno a cualquier señal de repulsión por parte de su hijo; permanecía enfocado en su labor excelsa destinada a adiestrar. Éste inspiró con violencia por las fosas nasales, ya de por sí abiertas, arrebatando del aire más dióxido de carbono que oxígeno, colocando la complexión del arma toscamente cerca de su rostro.
—Cosas tan perversas —continuó mientras divisaba a las aves— deberían ser aniquiladas por mostrarse tan cobardes, por enorgullecerse respecto a su carencia de redaños sin atreverse a dar la cara, enganchandose de las sombras como si fueran las faldas de sus madres.
El padre del joven se estimaba parte de la generación humana que había alcanzado la madurez adulta antes de que la mayoría de la riqueza en el mundo llegara a considerarse obsoleta y estéril. Se mostraba insoportablemente orgulloso ante origen que conformaba su raza, llegando al extremo de alardear ocasionalmente como si él mismo hubiese participado en la solidificación de Roma, el cierre de la Unificación, o como si hubiese recibido el honor de rendir servicio a Amilcare Andrea Mussolini en uno de los más prestigiosos estándares. El muchacho se encontraba ante un posible fascista, un patriota insoportable, fervoroso a la vieja política, reverente a la literatura diligente, egocéntrico respecto a su propio bienestar, y devoto a los antiguos ideales. Un hombre terriblemente sumido en el pasado, y lo suficientemente indiferente como para mostrarse interesado por el momento presente y el instante futuro.
Un individuo que se rehusaba incluso a dejar salir altisonantes, garantizando así su imaginaria integridad.
—Qué espécimen tan débil —había culminado por decir antes de disparar hacia los gorriones que dormitaban en sus nidos, sin perder ni un segundo la solidez de su postura mientras los bultos plumados caían pesadamente ante la fuerza gravitacional.
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LONELY SOULS
Science FictionPocos fueron los valientes que le llamaron Última. Muchos serían los cobardes que de Primera le edificarían fama. Mas todos ellos olvidaron recordar que un íngrimo nombre en su soledad para albergar tanta crueldad no bastaría, y ningún denominante...