Amor Raro

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Nada podía interrumpir la rutina de entrenamiento que solía llevar Imran Sakaev, nada, salvo una llamada, pero no una llamada cualquiera, una llamada de la persona más presenté en su vida, Sara Astor, una alemana proveniente de una familia adinerada con antepasados burgueses, al contraria que Imran, que provenía de una familia pobre que se dedicaba a trabajar el campo, y con antepasados de campesinos, cualquiera que escuchara esto diría: "Esta relación no tiene futuro", pero para Imran las opiniones ajenas daban igual, en aquel momento solo importaba su propio criterio ante aquella mujer que interrumpía su rutina diaria. Y ahí estaba el, en frente de la puerta del piso de Sara, Imran a penas había tenido tiempo de cambiarse de ropa antes de salir disparado haca aquí, sabia que era malo hacer esperar a Sara, llevaba puestas una sudadera gris ceniza, unos pantalones de chándal también grises y unas zapatillas de correr blancas sin cordones, pues había estado haciendo footing para calentar antes de entrenar, pero no le había dado tiempo de volver a casa, tenía la cara empapada en sudor y su pelo húmedo caía sobre su frente dándole un aspecto de atleta, una imagen deliciosa para todas las mujeres que lo habían visto mientras corría directo al piso de Sara.
Imran no dudo y toco a la puerta con énfasis, aunque no hayo respuesta alguna, volvió a tocar y paso lo mismo, saco su móvil del bolsillo de su pantalón y comprobó el mensaje, ponía exactamente que fuera al piso, pero parecía no haber nadie, a lo mejor Sara había salido de urgencia a resolver algún asunto, pero no estaba del todo seguro, pero a pesar de creer eso no se marchó, decidió ser paciente y se sentó al lado de la puerta de Sara esperando que esta volviera.

Los minutos fueron pasando y no habia rastro de Sara por ningun lado, no respondia al timbre, ni tampoco a los mensajes, era como ai se hubiera esfumado de repente, Imran se puso en pie dispuesto a irse cuando la puerta que habia en frente se abrio de repente y de esta salio Sara y detras suyo un chico rubio vestido con un polo elegante y unos pantalones de trajes azules a juego con el polo, un pijo de clase alta sin duda, este mantenía una sonrisa en la cara mientras hablaba con Sara la cual se habia puesto muy elegante para como iba normalmente, llevaba puesto una camiseta de cuadros rojos, que se notaba que no era suya, unos pantalones de chandal azules y unas zapatillas negras que pareciam zapatos, en un instante pasaron miles de imagenes por la cabeza de Imran, ¿que hacia con un pijo de mierda?, ¿acaso estaba buscando otra aventura?, no tenia respuesta para todas las preguntas que se hacia, solo Sara podria resolverlas, y no podia dejar que su rabia mezclada con sus celos lo cegara, porque si eso ocurria el chico pijo iba a acabar en el hospital con una fractura de brazo.

-A sido genial este rato, gracias Sara- dijo el pijo riéndose en voz baja
-No hay de que, te vere otro dia- contesto ella dándole un beso en la mejilla.

Aquel gesto tan inocente hizo que a Imran le hirviera la sangre y empezara a pensar en como matar a aquel pijo de mierda que estaba arruinando su dia en tan solo unos segundos y con tan pocos gestos y palabras que hacia, lo ponia enfermo. Y lo peor no ero eso, lo peor era que es como si no existiera, como si el fuera un mero fantasma que nadie veia.

-Te espero- contesto el chico acecarcando su cara a Sara y dándole un pequeño beso en los labios.

En aquel momento el barril de polvora que habia en la cabeza de Imran exploto y dejo al lado au lado sensato, en aquel momento habria saltafo al cuello del chico para estrangularlo si no fuera porque Sara advirtio su presencia y lo paro en seco con la mirada, ¿como era capaz de hacer eso?, parecio darse cuenta de lo que estaba pasando y se despidió del chico acercándose a el con una sonrisa boba en sus labios.

-Perdon por tardar, estaba...- dijo Sara sin poder acabar ya que Imran la corto de inmediato.
-¿Quien coño es ese burgués de mierda?- exigio saber Imran con su voz llena de odio.
-Primero, no me cortes mientras hablo, y segundo, no es ningun burgues- respondió Sara con voz seria, aquella voz tan conocida para Imran.
-¿Que hacias con el?- pregunto el ignorando la respuesta de Sara.
-Nada, solo hemos coincidido y hemos decidido tomar algo en su piso- se defendio sin perder la compostura.
-¿Te crees que soy gilipollas, que clase de persona te invita a algo y te besa en los labios?- exigio saber Imran con los puños cerrados.
-Paso de esta mierda- se limito a responder Sara metiendo las manos en su bolsillo del pantalón y rebuscando en este -mierda...- siseo en voz baja.
-¿Que pasa?- pregunto Imran curioso.
-No se donde estan mis llaves- admitio Sara sacando la mano de su pantalón
-Quiza tu nuevo novio las tenga- contesto Imran con voz hostil.
-¿Se puede saber que coño te pasa?- pregunto Sara alzando la voz.
-Me has mandado un mensaje y no apareces, y ahora me entero de que estas con un burgues de mierda-

De repente Sara se quedo en silencio, quiza a oidos de otra persona era una simple queja, pero para ella eso significaba que Imran estaba celoso, y si estaba celoso era porque para el ella no solo era una amistad con la que aliviar tension, era mucho mas para el, aunque, ¿quiza solo era su imaginación?

-Imran, se que no es el momento mas adecuado pero...- de repente a Sara no le salian las palabras, le costaba hablar y la garganta se le secaba constantemente.
-¿Que pasa?- pregunto Imran aun hostil.
-Yo...yo...- nada, no le salía, Sara tuvo que darse un poco de autoestima y lanzarse de cabeza a la piscina sin saber si estaba llena p vacia -yo, ¿te gusto?-

Aquella hostilidad que habia en el ambiente se evaporó en un abrir y cerrar de ojos cuando esas palabras fueron pronunciadas por Sara, Imran era el que estaba mudo ahora, y se habia quedado sin aire.

-¿Si o no?- fue una pregunta sencilla, aunque lo dificl era responder
-Si...- la voz de Imran ahora era apenas un susurro
-¿Por que?- exigio saber
-Veras, tu y yo no somos tan distintos, bueno, tu eres una radical que hace lo que sea con tal de se oida, yo soy igual, tenemos cosas en comun y cuando te he visto con ese burgues de mierda la sangre me a hervido- admitio Imran.

Nl hubo palabras, solo silencio, lentamente Sara se fue acercando a Imran con pies de plomo hasta quedar delante de el, tan alto, con unos ojos verdes que la hacian viajar a otro mundo, con esos labios carnosos que no parecían de hombre, y hizo algo que nunca penso en hacer salvo en la cama, se puso de puntillas y lo beso, pillandolo por sorpresa, Imran se sorprendió, pero no se aparto, no, al contrario, correspondio el beso con dulzura, sin ser agresivo, se tomo su tiempo mientras Sara hacia fuerzas para mantenerse de puntillas. Como de si un pensamiento se lo dijera Imran agarro por los muslos a Sara y la pego a la pared, esta mo se resistió y rodeo con sus fuertes muslos las caderas de Imran para sostenerse.

En apenas minutos Sara apoyo sus manos en los hombros de Imran separándolo para poder respirar, nunca habia estado asi con el, de ese modo tan romántico y erotico, Sara queria compensarlo por lo que le habia dicho y deslizó su mano derecha entre los pantalones de Imran notando por encima del boxer el miembro de Imran, calido, palpitante bajo su mano, Imran al igual que ella delizo su mano por debajo de los pantalones de Sara, aunque tambien por debajo de sus bragas notando como ya estaba mojada y como el calor y sus fluidos le llenaban la mano.

Ahora no estaban en el pasillo del bloque de pisos de Sara, ahora estaban en un limbo donee solo estaban ellos dos solos, disfrutando del otro como nunca antes, ya les daba igual si los descubrían, necesitaban mas del otro. Como por intuición Sara metio la mano debajo del boxer de Imran agarrando su miembro ahora erecto mientras comenzaba a masturbarlo lentamente, Imran intrujo dos de sus largos y gruesos dedos dentro de Sara empapandose mas de la esencia que desprendía, sus dedos no se quedaban quietos y exploraban cada rincón de la intimidad de Sara, pero mientras las manos de ambas estaban ocupadas sus bocas no, ambos jadeaban, gemian, solo por los actos de su contrario, Sara mordio con fuerza el cuello de Imran haciendo que este soltara un jadeo de dolor y excitacion, un pequeño hilo de sangre broto de su cuello y esto hizo a Imran mover sus dedos mas rápidos notando como los muslos de Sara se contraían y relajaban provocándole unos espamos de placer irremediables, aunque Imran también estaba al límite, la respiración de ambos se acelero, en el pasillo solo se escuchaban los gemidos de ambos, los vientres de ambos se tensaron y se corrieron a la vez, la mano de Imran se cubrio de los fluidos de Sara y la mano de Sara se lleno del semen cálido de Imran, esta declaración hizo que ambos no pudieran contenerse, ahora debían soportar lo que el mundo les echara encima, pero juntos lo lograrían

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