Caprichos Del Destino

7. La carta

*3:00am*

No puedo dormir, a pesar del cansancio, mi mente está cargada y se me hace casi imposible dejar de pensar en lo que me acaba de suceder. Toda la pesadilla ha terminado por completo, he llegado sana y salva a mi casa, pero Kenny parece tener complicaciones en su vida y me preocupa, a pesar de que solo llevo conociéndolo unas cuantas horas, sentí cierta comodidad a su lado, una comodidad que me gustaría volver sentir.

El sonido de mi celular me hace estirar mi brazo hasta la mesita de noche

Christopher... ¿A estas horas?

-¿Si? ¿Aló?.-se escucha música al fondo.

-Melissa, preciosa, ¿donde estas?-pregunta arrastrando las palabras.

¿Esta tomado?

-En mi habitación, ¿lógico no?-digo sin ánimos.

-Te quiero aquí conmigo.-pronuncia seductor.

-Oye, si estas borracho mejor hablamos en otra ocasión.-le corto enfadada.

Quería dejarlo hablar y saber que es capaz de confesar, pero hay que ser correctos, mama dice que cuando un hombre te llama borracho, lo mejor es no escuchar tonterías.

Aunque me sentí importante por un momento. Se ha acordado de mí a pesar de su estado de ebriedad. Lo mas seguro es que estaba en un antro.

Mis ojos cierran lentamente sin avisar

-¡Respira! Ya casi sale-la jovencita intenta con todas sus fuerzas y esperanzas ayudar a la mujer dar a luz.

El baño no está en condiciones óptimas para darle la bienvenida al nuevo ser que en segundos estará expuesto a este mundo.

El suelo se encuentra cubierto de sangré, sólo se pueden apreciar los gritos desesperado de aquella mujer que luchaba por traer a la vida a su bebé. Mientras la lamparilla del baño chispeaba y las paredes goteaban, la pequeña criatura se desprendía lentamente del cuerpo de la mujer.

-¡Es una niña!-exclama silenciosamente.

-Corre y escondela-dice débil y agitada.

La jovencita se levanta del suelo con el bebe en brazos e intenta correr con sus tacones altos y minifalda.

Todo se vuelve oscuro.

Se oye un disparo.

Y por último, el llanto ahogado de un ángel.

...

Despierto en medio de la oscuridad de mi habitación agitada por la pesadilla que acabo de tener

De nuevo este sueño,cada año me sucede. Me envuelvo nuevamente en mis sabanas y regreso a mi descanso.

...

Ya han pasado 3 días después de aquella noche tan agitada, le he contado todo lo sucedido a Valentina y hasta el día hoy se le hace difícil creerme. Lo principal que he echo es quedarme en casa, no me han dado ganas de salir. Debo ordenar mi habitación, trataré de hacer algo productivo el día de hoy.

Me levanto y busco una escoba en el baño, ya se por donde comenzar.

Me dirijo a la cama y me inclino para barrer por debajo, mientras saco las diminutas basuras observo que hay algo que no me pertenece, o que no recuerdo haberla colocado allí.

Una bola de papel.

Levanto una ceja extrañada,me siento en una de las orillas de la cama y procedo a abrirla cuidadosamente.

Mi memoria se refresca. Se trata la hoja que conseguí en la guantera del auto de Kenny. Es un dibujo infantil, que consiste en un enorme corazón en el medio, a sus costados hay una niña y un niño un poco mas grande, en la parte superior esta escrito inocentemente "te amo hermano". Al parecer es una pequeña carta gráfica de la hermanita de kenny, lo cual es muy raro, en ningún momento la vi cuando estaba en su casa.

-Me haces recordar a mi hermana menor, una vez que veía el cielo, no podía parar.-pronuncia cabizbajo.

-A los niños les fascina mirar el cielo, para ellos es algo nuevo y mágico.-sonrio.

Recuerdo que hablo de ella como si ya no existiera. ¿Esta muerta? ¿y el resto de su familia? me pareció ver que habitaban mas personas en ese hogar, aun habían objetos y pertenencias como si viviera una familia.

No quiero dar mas vueltas a un asunto que no es mi problema,pero si da mucho de que pensar. Guardo la hoja en una de las gavetas de la mesita de noche y continuo con la limpieza.

Valentina me ha invitado a su casa, llevamos horas y horas conversando en su habitación, está un poco deprimida, así que lleva puesto su atuendo para las depresiones. Una pijama de unicornio.

Estamos sentadas frente a frente en el medio de la cama.

-Meli, estoy harta de los chicos, siempre salen con lo mismo-se queja mientras se come un helado enorme de chocolate.

-Lo se vale, pero muchas veces elegimos al equivocado-le aconsejo-oye siempre me hablas de ellos, pero no he conocido ni al primero.

-No vale la pena meli-me dice sin mirarme-¿Que tal si vemos una película?-pregunta emocionada.

No entiendo por qué me ha evadido el tema de esa manera, sigo sin saber la razón por la cual no conozco a ninguno de los chicos con los que Valeria ha salido. Siento que me está ocultando algo por mucho tiempo y eso me decepciona un poco.

-Vale me tengo ir a mi casa, ya es tarde.

-No te preocupes, mas bien gracias por acompañarme toda la tarde.-Me abraza.

Me levanto y le doy un ligero abrazo a mi mejor amiga.

Voy caminando paso a paso de regreso a mi casa. El cielo está nublado, no hay mucho que admirar está noche, aunque la neblina está presente, las bajas temperaturas están controladas. Solo traigo puesto mi suéter rosa pálido de lana, con eso es suficiente.

A distancia logro observar las luces de un carro que se van acercando lentamente, algo inusual que rápidamente me llama la atención. En esta corta y pequeña avenida de mi urbanización no transitan autos a estas horas de la noche, además es muy desolada.

El auto está casi al frente de mi. Las luces escandilan mi vista y achino mis ojos. Pasa lentamente a mi lado, y al observar con determinación me doy cuenta de que es un Toyota fortuner.

La camioneta de kenny...