20. Disculpas

99 39 7
                                    

Ha transcurrido mas de un mes de no volver a tener contacto con Kenny, aún permanezco con su billetera, es curioso el hecho de que no se preocupe por traer consigo su identidad y licencia de conducir.

Todo este tiempo ha sido hastiado, dormir con mis padres mientras remodelan mi habitación, visitar todos los días a Valentina, y escuchar canciones depresivas en el sofá.

Luego de haber pasado una semana sin celular, mi padre optó por comprarme uno nuevo, y si, a pesar del aburrimiento, todo ha avanzado con armonía y tranquilidad.

Mi papá decidio tomar unos días de descanso y por fin, se dedicó a arreglar su coche. Ahora quiere estrenarlo e irse de viaje con nosotras. Ya hace mucho tiempo que no pasamos un momento en familia.

Estoy en la casa de mi mejor amiga, la mayor parte del día vivo acá, y en las noches, solo voy a dormir a mi casa

-¿Sabes de qué manera podríamos despejarnos la mente?-me interroga Valentina terminando de ingerir una porción de pizza con la boca llena, sentada en su cama sumamente femenina, con sábanas rosas y almohadas con estampado de labiales.

-Eh, no tengo ni idea-pronuncio sin ánimos recostada a su lado, y comiendo mi porción de pizza con extra de queso.

-Meli, ya que estamos de vacaciones, ¿por qué no nos vamos a un estupendo viaje a las montanas?-menciona emocionada terminando su pizza-¡Eso si que sería lo ideal para terminar de olvidar nuestros problemas!-exclama mientras mueve mis hombros para motivarme.

-¿Crees que sería una buena idea?-pregunto cogiendo otra porcion de la caja grasienta en medio de la cama-Dudo de que mis padres me dejen ir, ¿y si nos come un oso?-digo pensativa y frunzo el ceño.

-No lo creo, podríamos alquilar una cabaña solo para nosotras, Hellen conoce unas cuantas.-declara y me mira.

-Ni lo pienses, tu amiguita no irá con nosotras-volteo mis ojos con enfado y suspiro.

-Al parecer alguien siente celos-se burla y mueve sus cejas de arriba abajo.

-No es eso-niego titubeando-es solo que no me agrada, es rarita.-explico con desagrado y me levanto.

Escuchamos el sonido exiguo del timbre desde la habitación, y Valentina me pide que observé desde la ventana. Al reconocer su figura corporal, me dan ganas de salir corriendo, desaparecer y estar en el otro lado del mundo.

Cristopher se encuentra en las afueras de la entrada de la casa fumando un cigarrillo con quietud, inhalando y exalando el humo compuesto por la adictiva nicotina. Una vez mas, toca el timbre.

-Vale, es tu primo-me giro y aprieto mis labios. Cruzo mis brazos y me siento en la orilla de la cama.

-¿A que ha vendido?-pregunta para sus adentros, cerrando la caja de pizza y levantándose para bajar y recibir a su familiar.

Mientras yo la sigo detrás de ella para irme a mi casa, no me puedo quedar aquí.

-Cris, que sorpresa-abre la puerta con brusquedad y sonríe con disimulo.
--Que tal Vale, veo que tienes compañia-hace la observación y me mira con timidez.

-Si, permiso-vale se hace a un lado para permitirme salir.

Sin mirar atrás, sigo mi rumbo, pero Cristopher corre hacia mí y grita mi nombre tantas veces que mis oídos se irritan al escuchar su deshonesta voz.

Sí, aquel chico que destruyó mis sentimientos aquella noche donde todo parecía tan infrangible, resultó siendo un diminuto tris de felicidad, algo deleznable, que con tan solo sentir, se desvanece.

-!Melissa!, !Por favor detente un segundo!-cristhopher me suplica caminando a toda velocidad detrás de mi, mientras yo sigo mi camino haciendo caso omiso a sus palabras.
Su pelirrojo y copioso cabello resalta entre el color puro de la nieve, agitándose escandalosamente mientras me persigue.

-!Alejate!-exclamo girandome hacia el mientras sigo mi trayecto.

-Melissa, por favor-me detiene por detras sosteniendo mi muñeca a la fuerza.

-¿¡Que no comprendes!?-me altero posicionandome al frente de el para enfrentarlo, mis ojos cargados de coraje, dolor y furia se clavan en su mirada.-No me sigas, tu y yo no tenemos absolutamente nada que hablar.

-Solo dame aunque sea unos segundos, no te pido más.-implora con las manos unidas, puedo oler fácilmente como la fragancia del cigarro nos rodea y arrugo mi nariz.

-Me das lastima, cris.-expreso con disgusto moviendo mi cabeza de un lado al otro suavemente, me volteo y dejo atrás.

-¡Perdoname Melissa!, ¡Perdoname!-oigo a lo lejos sus inservibles disculpas, su voz se quiebra ligeramente.

¿Como perdonar cuando solo basto un santiamén para que tus ganas de volver a intentarlo cayeran al vacío?

Otra vez.

...

Ya en la habitación de mis padres, decido colocar música clásica en mi celular y colocarme los audífonos. Haré el intento de olvidarme de la indeseada escena ocurrida hace unos minutos. Me dirijo hacia la ventana, después de mucho tiempo siento paz absoluta, no tengo miedo, ni inseguridades.

Pero el vacío que me consume es inexorable, al no tenerlo cerca de mi. Nisiquiera se el por qué estoy sintiendo estas cosas, no he podido descifrar que es lo que tiene atada a el.

Contemplando la delgada nevisca través de la ventana, Kenny no deja de invadir mis pensamientos, ¿a donde habrá ido?.

¿Y si se fue para más nunca volver?

Caprichos Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora