·10· Creo que podría besarte todos los días de mi vida·

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Eva

Me empecé a desperezar estirandome como solía hacer cada mañana aunque con cuidado de no despertar a Lea que siempre se despertaba más tarde. Lea... Nos habíamos pasado la mitad de la noche enredada la una con la otra, después de habernos liado me vi con más confianza de besarla cuando mi corazón me pedía a gritos volver a sentir sus labios sobre los míos y a ella le estaba encantando aunque el alcohol ayudará a que no le diera demasiadas vueltas al tema que yo sabía que daba vueltas en su cabeza.

Que fuera tan inteligente solo hacía que me gustara tres mil veces más. El hecho de que aún sabiendo que le gustaba, no quisiera saltar a tener algo por que seguía sintiendo algo por otra persona me pareció de una madurez que en esta residencia le faltaba a mucha gente. Que con 16 años fuera capaz de ser tan grande me alucinaba y solo tenía ganas de conocerla más y más, de no dejar de conocerla nunca.

Sonreí al ver cómo hacía una pequeña mueca con la cara que ya conocía cómo su cara de despertar. Dejé un beso sobre la comisura de sus labios por ver si no quería ahora mismo nada pero cuando sonrió entendí que no era el caso por lo que con suavidad dejé un beso sobre sus labios que atrapó entre los suyos sin ni siquiera abrir los ojos.

"Buenos días preciosa" canturée acariciándole el pelo y dejando besitos sobre su cara.

"Creo que podría besarte todos los días de mi vida" susurró sin abrir aún los ojos.

"Fuertes declaraciones ehh" le dije acercándome a su oído y dejando un par de besos detrás de su oreja.

"¿Qué hora es?" preguntó cambiando de tema y girándose para que estuviese con el cuerpo hacía mi.

"Pues las 11 y media"

"¿Y te acabas de despertar?" Se levantó de golpe haciéndome reír "¿Tienes fiebre? ¿Te encuentras bien?"

"Oye idiota" la empujé con suavidad haciendo que cayese sobre el colchón y yo me coloqué encima suya en esa postura que tanto repetiamos y en la que ambas estábamos muy cómodas. "Si llegamos a las 7 y media no se cómo quieres que me despierte a las 8"

"Yo siempre me despierto a las 8" dijo imitando mi voz pero mucho más aguda "Yo no entiendo cómo duermes hasta las 11, yo siempre estoy despierta a las 8"

La acallé con un beso que se fue haciendo más intenso según pasaban los segundos. Nuestras lenguas habían empezado un baile que parecía perfectamente coreografiado y sus manos en mi pelo empujándome más cerca de ella me indicaban que ella también quería estar haciendo eso. Mis manos habían volado a su cintura empezando a acariciar tu torso por debajo de la camiseta pero antes de que nos pudieramos desmadrar más tres toques en la puerta hicieron que nos separáramos, ambas con la respiración muy agitada.

Me puso la mano sobre la boca para que no hablara, no era la primera vez que llamaban a nuestra puerta mientras estábamos las dos juntas o durmiendo por lo que cuando eso pasaba solíamos ignorarlo y la persona al otro lado solía irse. A la hora de comer solíamos descubrir que habían sido Amaia o ? que habían venido a pasar tiempo con Lea pero está vez los toques no cedieron y tras chuparle la mano a Lea para que me la quitase de encima hablé.

"¿Quien es?" grité lo suficiente para que la persona al otro lado de la puerta escuchara.

"¿Lea?" Yo no reconocí la voz al otro lado pero claramente Lea si por que me quitó con cuidado de encima suya y empezó a dar vueltas mientras la voz seguía diciendo su nombre.

"Si mamá si soy yo ya voy" respondió y me entró el pánico. "Lavate la cara que la tienes llena de pintalabios y coge un libro mío o algo y ponte a leer o yo que se" me susurró corriendo ella al baño a lavarse la cara también y peinándose.

LEA: Siguiendo tus pasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora