Dioses [SasuSaku]

Capitulo 7

Pasaron los días y con ellos habían sucedido muchas cosas. Al principio, todo había comenzado con las burlas de Sakura, para vengarse de Sasuke con la ayuda de Amaya. El hombre de cabello oscuro tampoco se quedó atrás y se vengó de todo lo que Sakura le hizo. Poco a poco, los pequeños juegos ya no tenían su propósito original, ya no se burlaban de vengarse, todo se había convertido en un pequeño pasatiempo que solo los acercaba el uno al otro.

Esta cercanía, que al principio había sido forzada en un intento de venganza, comenzó a hacerse más frecuente y duradera a lo largo de las semanas. Sasuke ya no aparecía en el castillo para hablar con Kizashi, para golpear de manera juguetona a Sakura sin que Dios lo notara, ahora él iba allí para invitar a Sakura a caminar, y cada vez pasaban varias horas solos, caminando por el Monte Fuji.

Estas salidas frecuentes les permitían conocerse mejor y descubrir cosas que tenían en común, había comenzado una pequeña amistad, hasta que llegó el momento en que esa amistad... se convirtió en amor.

Sus salidas juntas ya no eran las mismas, ambos querían confesar lo que sentían, pero siempre se daban por vencidos porque pensaban que el otro lo rechazaría, lo que hizo que surgiera un estado de ánimo incómodo entre ellos.

Quien, al final, había dado el primer paso, había sido Sasuke. Era un guerrero y un dios, uno de los mejores, debía ser valiente y fuerte en la batalla, y tenía que ser lo mismo en su vida personal.

La confesión había sido donde había comenzado todo, en la cascada, que después de ese día se había convertido oficialmente en su pequeño refugio.

Sakura comenzó a salir del castillo con más frecuencia, durante el día y en secreto, por la noche. Cada momento que tuvo con él fue maravilloso, importante y significativo. La princesa nunca se había enamorado o salido por las noches, lo poco que sabía y había imaginado era de los cuentos e historias que le contaban las ninfas. Lo único que podía decir era que todo era mucho mejor de lo que había imaginado, no podía estar más feliz de que el destino le hubiera dado ese hombre como amante, confidente, amigo y pareja.

Sakura se preparó y se miró en el espejo, disfrutando de la imagen que se reflejaba en él. El largo vestido rosa claro y blanco resaltaba sus curvas y enfatizaba su cabello. Era un vestido simple pero muy hermoso. Tomó uno de los collares que su padre le había regalado y se lo colocó alrededor del cuello antes de sonreír. Estaba lista para ir a encontrarse con su amado.