Capítulo 8

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En la Alta Llanura Celestial, Takama-no-hara, en el castillo de la Diosa del Sol, un semidiós corrió por los pasillos en un intento de llegar a la sala del trono lo antes posible después de recibir una carta del mensajero de los dioses

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En la Alta Llanura Celestial, Takama-no-hara, en el castillo de la Diosa del Sol, un semidiós corrió por los pasillos en un intento de llegar a la sala del trono lo antes posible después de recibir una carta del mensajero de los dioses. La carta vino del nieto más joven de su diosa, Uchiha Sasuke, ella no sabía cuál era la carta, pero parecía ser de gran importancia. En el camino, se encontró con la hija de la Diosa Amaterasu, Mikoto, quien, al ver su agitación, le ordenó que se detuviera.

—¿Qué sucedió? ¿Cuál es la razón de tanta prisa?— Preguntó la diosa, confundida.

—Su hijo menor le envió una carta a la Diosa Amaterasu y parece ser importante.— Explicó mientras mostraba la carta en su mano.

—Entonces iré contigo. No he tenido noticias de mi hijo desde que se fue a la tierra humana, quiero saber qué sucedió durante el tiempo que estuvo allí.— Ella dijo, aprensiva y emocionada de saber de su hijo. Se dio la vuelta y entró en la sala del trono con una dama de compañía siguiéndola en silencio.

No tardaron en llegar, y cuando se detuvieron frente a la puerta grande, Mikoto tocó para anunciar su entrada antes de abrirla. Amaterasu no estaba sola, Itachi también estaba con ella y parecían tener una conversación animada.

—Itachi, finalmente llegaste, hijo mío.— Dijo alegremente, abrazando a su hijo mayor, quien la devolvió cariñosamente. El semidiós que la acompañaba se inclinó ante Amaterasu y después le entregó la carta, luego se alejó un poco más tarde.

—Solo estuve alejado dos semanas, querida madre, no fue tanto.

—Sí lo es, especialmente para mí ya que no he tenido a tu hermano aquí por tantos meses.— comentó tristemente y abrazó a su hijo con más fuerza.

—Mikoto, querida, tu hijo está muy bien y podrás verlo pronto.— Anunció Amaterasu con alegría, lo que finalmente llamó la atención de su hija y su nieto.

—¿Qué quieres decir, honorable madre? ¿Qué escribió en esta carta?— Preguntó con ansiedad y curiosidad, después de ver la carta ya abierta en las manos de su madre.

—Aquí cuenta el éxito de su misión y que quedan pocas tierras por conquistar, lo cual ya sabía porque me encanta ver todo lo que sucede en Japón y ya había visto sus avances.— Comenzó a relatar sin levantar la vista de la carta. —Pero el final de su carta es una sorpresa, bueno, para ser sincera, ya lo había profetizado.— Ella sonrió con orgullo, finalmente levantó la vista de la carta y miró a su familia allí. —Tu pequeño se va a casar, querida, con Haruno Sakura, la princesa de las flores.

 —Tu pequeño se va a casar, querida, con Haruno Sakura, la princesa de las flores

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Dioses [SasuSaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora