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- ¡Hey! Muchachito, ¿qué es lo que pasó? – dijo alguien mientras sentía que unos brazos me levantaban era un viejo, alto, canoso, con una mirada profunda y con una sonrisa demasiado amplia para su rostro, estaba con un gorro medio extraño que no tenía visera, un chaleco gris con coderas y un pantalón de color beige.

- Excelentísimo señor Pablo, las disculpas del caso, él es el joven de que tanto le hablamos - dijo la directora con un tono de voz evidentemente fingido.

- Ya veo, así que es este joven – dijo el viejo – ¿cuál es tu nombre?

No pude responder, no podía dejar de mirar a la imposible y rara causa de mi paralización.

- ¿Veo que es algo serio lo de su problema verdad? – escuché susurrar al viejo.

La directora asintió con la cabeza.

- Gabriel, el excelentísimo señor Pablo le está hablando.

Sacudí la cabeza de lado a lado, miré al viejo con detenimiento y lo único que pude decir fue:

- Hola

- Excelentísimo señor por favor siéntese, siéntese – dijo la directora con su voz fingida.

- No se preocupe Mary y deje eso de excelentísimo, vamos somos amigos – le dijo el viejo a la directora.

Sonrojada se puso a mi lado, y con sus miradas, supuse que iniciarían una conversación larga.

- Al punto – comenzó el viejo – como ya habíamos hablado anteriormente contigo Mary, de lo que se venía planeando, finalmente se concretó, los inversionistas de Argentina están muy emocionados con la idea, y pues me han encomendado personalmente que me encargue de todo yo mismo acá, solo con lo mejor de lo mejor, será una gran tarea pero te tengo a ti, a mis sesenta y cinco años de edad ya no estoy para estos trotes, - dijo riéndose- ahora lo que quiero que hagas es que convoques a los jóvenes de una buena vez y este senil ya se estaba olvidando de ti muchachito, me han dicho muchas cosas de ti, y tú serás el encargado de dirigir todo este movimiento, ya que tú eres el mejor de este albergue y también serás el primero en irte conmigo.

Analicé la información rápidamente, si una persona viene de Argentina, hace un tipo de revuelo dentro del albergue y convoca a los chicos, lo mejor de lo mejor, seré el primero en irme... ¿Me piensa llevar a Argentina?

Muchos pensamientos me estaban sucediendo para un solo momento, si se podría llamar emociones, aunque se definen como manifestaciones involuntarias de la mente, esta vez sentí a eso que le decían: "¿confusión?"

- Supongo que estarás emocionado, te entiendo, cuando me llevaron a Venecia por primera vez, sentí la misma emoción – dijo el viejo.

De nuevo no supe que responder.

- Comencemos ya, Mary apresúrate, saldré de aquí a dos días vamos – finalizó extendiendo la mano para sujetar a la causa imposible – estaré con mi sobrina en el patio, la espero Mary.

La causa imposible se fue de la mano del viejo, no supe que hacer, que pensar, que decir, solo me quedé mirando a ese ser y preguntándome porque hizo paralizar mi cuerpo.

ASPIEWhere stories live. Discover now