Jeon Jungkook.
—¡Ah duele! —cerré mis ojos y apreté mis dientes, no entendía porque me dolia tanto. —¿Termino?
—Casi. —con un algodón sobo mi brazo, —Listo, acabe. —abrí lentamente mis ojos, y me questione porque me dolió demasiado este tatuaje, si el que me hice en el cuello no dolió para nada. Mire delicadamente mi brazo, me levante del sitio, y deje en la mesa el dinero. —Gracias. —dije saliendo del local.
Camine por el centro, buscando que regalo darle a mi novia, tiene dualidad, suele ser dura aveces, pero la mayoría del tiempo es dulce, y cariñosa, algo empalagosa.
Mire por varios locales, y encontré algo perfecto para ella, había una caja musical, era rosada con puntos blancos, y pensé que le encantaría.
Entre a la tienda, agarre el obsequio, y fui a laa cajas donde se paga, hice todo lo que se hace en ese proceso, y salí del local con una funda de regalo, y unas gafas transparentes, super geniales.
Puse mis airpods, y escuché música, The Neighbourhood, es una de mis bandas favoritas, y precisamente eso estaba escuchando. Movía mi cabeza un poco al ritmo de la música, y esperaba que llegue un taxi.
Pero nada, diez minutos, y nada, entonces opte en llamar a mi mejor amigo, Park Jimin, ese estúpido tiene un carro demasiado hermoso, aplaste la pantalla, y lo llame.
—¡Jungkook! —gritó Jimin.
—Hola. —sonreí—¿Estás ocupado?
—Estaba comiendo nada más.
—¿Puedes venir por mi? —pregunte alzando mi cabeza.
—¡Estas en Seúl! —alejé el celular de mi oído. —¿Cuándo volviste? Me hubieras avisado y te organizaba una bienvenida con unas viejas bien ricas. —escuché esa risa de rata.
—Llegue hace unas horas, no hace falta.
—No me sorprende, Jungkook siendo Jungkook, el más amargado del mundo.
—Callate puto. —sonreí—Estoy en el centro, justo en frente de la parada de taxis.
—Okey, esta bien, allá voy.
Bien, ahora tengo transporte gratis, solo me quede esperando a que el mayor llegue. Estaba un poco aburrido, Seúl sigue siendo lo mismo, después de unos meses esto no ha cambiado, me fui a Busan, a "trabajar" pero digamos que me tome vacaciones indefinidas, y volví para ver que hay de nuevo aquí.
—¡Súbete imbécil! —escuche ese grito, y sabía de quien se trataba.
Rápidamente me subí al automóvil. —¡Hey bro! —grite, chocando hombros con Jimin. —¡Auch! —dije cuando este toco mi brazo.
—¿Qué pasó?
—Me hice una bienvenida yo solo. —sonreí, y mostré aquel tatuaje. —Esta padre. —moví el mencionado.
Jimin alzó sus pulgares, y encendió el carro para marcharnos. —¿A donde iras?
—A la casa de mi hermana. —frunci el ceño. —Es obvio.
—¿Y le has dicho algo?—preguntó.
—De seguro le da un infarto por verme así, tatuado y con más pircings.
—Ahg, te fuiste de Seúl con eso, nunca fuiste un pan de Dios. —punto para Jimin.—¿Y YanHuu?
—¿Qué con ella?
—¿Siguen juntos?
—Sip, desde que me fui de Seúl, no ha dejado de hablarme, y tener contacto conmigo, supongo que esta bien.