Kim Luna.
—
¿Qué tanto habla Sofy? —preguntó Jung Hoseok, mirando los gestos desagradables que hacía la castaña.
—Esta como enojada no. —dije metiendo un bocado de chocolate a mi boca. —Ya viene.
—¿Qué pasó con quien estabas peleando? —preguntó HoSeok, con la curiosidad en los ojos.
—¡Mi estúpido hermano viene a mi casa! —hizo un chillido, no entendía lo malo.
Casi nunca habla de su hermano, creo que desde que nos conocemos estoy segura que le ha nombrado unas dos veces.
Mientras hablaba con Hoseok de lo malo que es tener a su hermano en su casa, yo estaba pensando en como decirle a mis padres que reprobé dos materias sin salir tétrico muerta de la regañada que me van a dar, me habían advertido que no debía bajar mis calificaciones si no, no me darían permiso de viajar con Sofy. ¡Estoy totalmente perdida!
—¡Kim Luna! —creo que mis oídos murieron.
—¡Ay! —chille, sobando los mismos. —No te olvides que hoy debemos ir a tu casa, para el trabajo de química.
—¡Es hoy! ¡No! Que sea en tu casa Luuuna. —suplico.
—¡No! Sofy ya quedamos. —cruce los brazos—No veo lo malo.
—Mi hermano.
—¿Qué con eso? Me has dicho que tiene veintiún años, nosotras diecisiete, somos unas crías, ni nos va a pelar.
—Esta bien, esta bien, pero apenas llegues a mi casa nos encerramos en mi cuarto.
—¿Tijerasos? —Hoseok hizo una sonrisa demasiado pícara, me tomó segundos analizar el comentario fuera de lugar para luego darle una bofetada en la cabeza. —Ay. —dijo con las manos en su suave cabello rojo.
—Vamos a comer, tengo mucha hambre.
(••)
—¡Luuunaaaa! —el mejor amigo. —¡Luuunaaa!
—¿Quéee? —grite. —Hoseok eres muy parlanchim.
—Me gaste el dinero en unos dulces, prestame no tengo como ir a mi casa. —junto sus manos, e hizo un tierno puchero.
—Ash. —rodee mis ojos, y saque de mis bolsillos unas monedas. —Toma.
—¡Te amo! —gritó, dándome un beso en la frente. —Nos vemos mañana Lunita.
Sonreí, suspiré profundo y camine de rumbo a mi casa, Sofy se ha ido corriendo, dejando a su mejor amiga sola, tomé los tirantes de mi maleta, y camine ligeramente, el viento era tan relajante, me gustaba esta parte del día.
Soy Kim Luna, vivo una vida normal, soy normal, tengo diecisiete años, en cuatro meses cumplo los dieciocho, mayor de edad, vivo con mis padres, y mi hermano, Kim Taehyung, me gusta mi vida, en mi casa soy como la "consentida" ya que soy la menor. Tengo cabello no muy largo, y demasiado lacio, soy de tez blanca, tengo ojos marrones, mi estatura es pequeña, por eso me siento una niña, creo, estoy en segundo año de bachillerato, amo el colegio por mis dos amigos, Jeon Sofy, y Jung Hoseok.
—¡Dos materias Luna! —cerré fuertemente mis ojos, por la reacción de mi padre.
—Perdón. —susurre—¡Esque no entiendo matemáticas! ¡Odio las matemáticas!
—Debes recuperar, pero creo que estas consiente que tu viaje está cancelado. —baje mi mirada, en el fondo sabía que esto pasaría.
—Lo entiendo.
—¡Eso te pasa por burra! —Taehyung me dio un golpe despeinadome. —Pero así de burrita te queremos. —y beso mi cabellera.
—Lo siento. —junte mis manos. —Debo hacer ese trabajo de química, vuelvo enseguida. —bese la mejillas de mis padres y hermano, y salí de casa.
Tenía suerte que mi mejor amiga viviera cerca mío, en eso tenía curiosidad de ver al hermano de ella.
Pasaron unos minutos, y llegué, decidí en golpear la puerta, y me encontré con una desesperada Sofy, literalmente parecía que corrió un maratón o que vio la peor película de terror.
—¡Hoola!—salude amablemente.
Sofy tomó mi muñeca, y me adentro a su casa, con mucha fuerza, quizo llevarme a su cuarto, como si me estuviera secuestrando. Literalmente no vi nada, excepto el chico que estaba sentado en el sillón, con las piernas abiertas, con cabello negro, totalmente negro, unos aretes y tatuajes, el contacto de vista duro poco, pero yo en el fondo sentí que fue una eternidad.
Parecía que nos vimos en cámara lenta, estoy segura que el me vio, tenía mirada fría e interesante, no recuerdo su nombre, tengo como misión, saber su nombre, ¡ah! Y escuchar su voz.