Kim Luna.
-¿Has tomado las medicinas? -preguntó mi padre alzando su taza dd café.
-Estos días no. -cerré mis ojos con fuerza-Me he olvidado.
-¡Lunaaa! -gritó.
-Lo siento, lo siento, lo siento.
-¿Paso algo? -mamá estaba en su habitación, y al escuchar gritos, salió corriendo de este, con la cara preocupada.
Regrese a ver a mi padre, y por mi cara de ¡porfavor no digas nada! mi madre no se entero nada. -Esque Luna sigue mal en materias. -refutó.
-Esta niña..
-Lo siento, lo siento.
Mi madre movió la cabeza varias veces, hizo unas muecas en su cara con su mano en su cintura, después de ello, regresó a su cuarto.
-¡Gracias! -chille lanzandome a darle un abrazo.
-Por favor, cuidate, sabes lo riesgoso que es que tomes las medicinas, sabes bien lo que paso la ultima vez.
-Tranquilo, no volverá a pasar. -bese su mejilla, y fui a mi cuarto.
Cuando tenía cuatro años, estaba en clase de educación física, donde tenía clase de ejercitarse, estaba corriendo toda la cancha de fútbol, el trabajo consistía en correr por diez minutos, siempre fui una floja en eso, pero esta vez no exagere, había pasado unos minutos, y sentía queyel mundo daba vueltas, y a pesar de los lloriqueos que hice, el profesor no me creía y me decía que si no hacía el trabajo, me reportaba, y perdía esa materia.
Lo demás no recordé, sólo desperté una mañana en un cuarto blanco, con madre llorando, entonces, resulta que tengo un problemita en el corazón, tengo un soplo cardíaco, no puedo agitarme, ni recibir sustos, al principio de todo era normal, pero cuando no tomaba los medicamentos, los desmayos eran frecuentes, perder la noción se volvía rutina diaria.
Pero después, aprendí a controlar, y a ser más responsable para tomar los medicamentos, ahora estoy bien, solo que tengo unos padres y un hermano muy exagerado.
-¡Aaah! ¡Estúpidas matemáticas! -grite, lanzando el cuaderno que traía en manos. -Tengo a la última hora, haré en clase. -alcé mis hombros, y un poco cansada, me acosté con mi celular en mi mano.
Puse un poco de música, Blackbear, 4u, la mejor canción del mundo, por ahora.
Era ya tarde, tenía demasiado sueño, entonces, me puse cómoda pijama, y arrope mi cuerpo con las sábanas, y complacida mente, me dormí.
Mierda, las medicinas.
(•••)
El estúpido timbre de la primera hora se escuchaba hasta la esquina de mi casa, estoy tarde, como por milésima vez. El maratón que tenía en este momento, era cansado, no podía respirar bien, todo el viento entraba a mi nariz, mierda mierda.
Después de que me detuve un poco, porque ya me canse demasiado, llegué al fin al colegio.
-¡Buenos días buenos días! -salude al rector, que no se sorprendía por verme aquí, todas las mañanas.
