C U A T R O.

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Kim Luna.

-Ire por agua.

-¡Yo la traeré! -gritó Sofy.

-¿Qué pasa? -frunci el ceño-¿es por tu hermano? -pregunte. -¡Ni siquiera lo he visto! Y conozco tu casa.

Sofy hizo un mohín y comenzó a jugar con sus dedos, y tenía en cuenta que estaba muy nerviosa.

-E-está bien, pero no hables con el, te lo pido.

En eso mi mente dio varias conclusiones, no sabía de qué se trataba, si era un asesino o violador, -Ni lo he visto. -menti, porque con ese cruce de miradas, sentía que le hice una análisis visual.

Ella asintió, y lentamente baje de la suave cama de mi amiga, y abrí la puerta, no miento, porque tenía un poco de nervios en mi estómago. Baje cuidadosamente las gradas, con miedo a tropezar, todos los que me conocen saben que soy la chica número uno en distracción, y creo que perdí la cuenta de las veces que me he caído, gracias al cielo, no ha pasado nada.

Me faltaba la última escalera, de reojo vi al chico, al misterioso chico, seguía en la misma posición de hace rato, con las piernas abiertas, y demás. Lo único diferente, fue, que estaba agitado, como si hubiera corrido demasiado, lo digo porque se escucho la respiración.

Hice caso Sofy, simplemente camine unos segundos más, para dirigirme a la cocina a tomar algo, ignore al chico que estaba ahí, no tenía en cuenta que el tenía sus ojos clavados en mi, en cada movimiento. Conocía perfectamente el camino, es obvio.

Pero el paso de inmediato se detuvo cuando el pelinegro, habló. -¿No pedirás permiso? -me quedé quieta un momento, gire frenéticamente mi cuerpo, para entablar una conversación, que creo que fue un error.

Lo mire, y analice todo lo que mis ojos vieron, tres tatueajes en su brazo, y mano, unos pircings en las orejas, el cabello largo, y un poco sudado, tenía la piel liza, demasiado brillosa, una mirada penetrante, labios gruesos y rosas. ¡El lunar!-grite internamente, tenía un lunar en el cuello, en el mismo lugar donde yo lo tengo, abrí un poco mis labios, y de inmediato sacudi mi cabeza, cuando este frunció el ceño, tenía duda de que estuviera haciendo, porque una gota de sudor pasó por su mejilla.

-¿Qué? -dijo seriamente, sin ninguna expresión, como si sus emociones no existieran. Me sentía esa chica de las películas que el chico malo se enamora de la chica buena, pero no, porque no me gusta lo malo y aburrido.

-Tienes sudor. -dije, porque me estresada esa gota que no resbalaba de su mejilla.

-Ah. -con su mano, limpio el agua salada, -Tuve sexo, es normal, no entiendo tu expresión. -sexo, nunca escuche mas de una vez esa palabra, y ahora mismo tengo problemas.

-Eh...-dije en un suspiro, con los ojos dilatados, los sentía, y ni hablar de mis nervios en el estómago.

-Sexo, dije que acabo de tener sexo. -croe que soñare con eso, ¡ah que diablos estoy hablando! Este chico parece ser una estatua.

Sofy, baja y sálvame.

No tuve reacción alguna, tengo diecisiete años, según yo, me falta por vivir, al ver el ninguna reacción de mi parte, lentamente se fue levantando del sillón, y me arrepentí a que Sofy no fuera a ver el agua que hace rato, ya no la necesito.

-¿Estás nerviosa? -alzó una ceja. -Tranquila, no te voy a matar. -pareciera que si.

-Yo.. yo vine a tomar un poco de agua, nada más. -volví a girar mi cuerpo, me sentí demasiado intimidada. Abrí lentamente las llaves, tomé un vaso, e hice el propósito de bajar. -¡Ah! -dije cuando acabé de tomar la última gota del vaso, y limpie mis labios por lo húmedo que se habían puesto.

Gire mi cabeza, y me di cuenta que el chico, me observaba detalladamente, concentrándose en todos los movimientos que hacía, fue realmente incómodo, ahora, el estaba apoyado en el mesón de alado, -¿Cómo te llamas? -preguntó con voz gruesa, voz.. varonil.

-Me lla..

-¡Kim! -gracias al cielo Sofy había llegado, sus ojos se expandieron como plato, y corrió hacia mí, jalandome de aquella situación, rara.

Tomó mi muñeca, y me llevó, pero ella no pensó que al hacer dos, su hermano estaría cerquita de mi, pasó segundos, pero sentí su respiración caliente en mi rostro.

Vi como el camino para tener vista en las gradas, fui subiendo, pero como que una magia hizo que volteara a verle, y en efecto, el también lo había hecho, también me estaba viendo, me di miedo, su mirada es fría y sin sentimiento, pare un rato, con mis manos en el tubo de las gradas, tratando de encontrar una luz en esa cara, pero nada, pasamos unos dos minutos, o quizás más, viéndonos, juro que ni parpadeaba por verle.

-¡Muévete! -volvió a gritar.

-Voy, voy, voy.

-¿Te dijo algo incómodo? -preguntó con la punta de la lengua mordiéndose.

Si le digo que me dijo que tuvo.. sexo, y demás, no me llevaría a su casa nunca más. -No, nada.

Pasamos horas haciendo el trabajo, mente se concentró plenamente en el trabajo, nos faltaba tres ejercicios, pero me dio un colapsó mental, cuando vi la hora, que es demasiado tarde, y díganme dramática, pero me da miedo salir de noche. -Es tarde. -susurre, recogiendo mis cosas. -Debo irme, adiós. -bese suavemente la mejilla de la castaña, no me preocupe porque mañana es sábado, y no tengo colegio, mucho mejor.

-Nos vemos mañana, recuerda, debemos salir con Hoseok al cine, no lo olvides. -dije, corriendo a la salida de esta acogedora casa.

-Pe..

No escuche nada más, y salí, baje las gradas como loca, el reloj marcaba las diez de la noche, demasiado oscuro, pero ese chico, seguía en el sillón, viendo a la nada, totalmente aburrido.

No tuve el agrado de hablar con el, me repugno un poco, aparte, no es de mi agrado, abrí lentamente la perilla de la puerta blanca.. -¿No piensas responderme?

-¿Porqué quieres saber?

-Responder una pregunta, con otra pregunta, es de mala educación. -y otra vez hablo sin ningún brillo.

Pestañe varias veces, y salí de allí, con el ceño fruncido, me sentí poderosa cuando lo dejé con la palabra en la boca.

Corrí descontrolada, quería llegar a mi casa lo más rápido, hoy es viernes, noche de pizza y videojuegos con Kim Taehyung, esta parte del día me encanta.

-¡Llegue familia!

Te odio, Jungkook. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora