IV

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Pasajeros del vuelo 2122 caminen hacia el pasillo B para abordar el avión

- Por fin nuestro vuelo, indica una Abril cansada por la espera a los dos hombres que la acompañaban-creo que es momento que caminen caballeros Uganda nos espera.
Los dos caballeros esbozaban una amplia sonrisa a la mujer que les dirigía, minutos antes Can había tomado una llamada de su prometida, a la que airosamente convencio de que planeara la boda sola a cambio de unos cuantos diamantes y bolsos costosos. Can solo veía a Abril, tan distinta, tan fuerte, tan única, Cómo es que había decidido dejarla, era perfecta para él, ya más maduro quizás pensaba lo grandioso que habría sido conquistar el mundo junto a ella.
-Hermano. ¿En qué piensas?, indico un amigo preocupado.
-Solo en cuestiones de trabajo. Abordemos.
En el avión  Abril se sentaba junto a Luciano y una Fila atrás  Can. Mirando como sonrían y jugaban entre sí. Sintió por un momento como se sentía Abril cuando las mujeres se les insinuaban a él, teníamos un acuerdo bien fundado, en sus clases no sabrían que eran novios. Todo por no llamar la atención pero en el fondo era porque Can no aceptaba el enamorarse  de aquella mujer.

Bienvenidos a Uganda.

Abril.

Calor, había mucho calor en Uganda, pero el recibimiento fue sensacional. Nada me satisface más que materializar este proyecto. Todo será perfecto. No importa que Can esté aquí, él es solo una situación más que debo sortear, nada me hará interrumpir lo bien que me he sentido. Ya no soy suya. Hoy soy más mía que nunca.

Después de un largo baño me decidí por una ducha. Sin querer me he quedado dormida.

Can.
- hermano, porque Abril no ha bajado a cenar.
- la he llamado me dijo descansaría un rato, me imagino se quedó dormida. No tienes idea lo fácil que le resulta a Abril Dormir.
-Lo sé. Ella es como un bebé
Can miraba a la larga fila de personas registrándose, se concentro en una familia. Eran gemelos.
- amigo. Después que te cases, ¿qué sigue? Los bebés?
- Can solo sonrió, poco a poco se fue fundiendo en sus pensamientos.
Flashback
-Can, ¿por qué no quieres tener hijos?- preguntaba una abril semidesnuda sobre el torso de su novio.
- No quiero que pasen lo que yo viví, pero creo que te elegiría a tí mil veces para que seas la madre de mi hijo.
-¿uno?- pregunto Abril con puchero- Quiero gemelos Can.
-esta bien dos. Tenemos que trabajar muy duro si queremos hacer a "Mis" hijos.
-Nuestros hijos. Se necesitan dos.
-Esta bien, nuestros hijos, quiero que se parezcan a tí, tal vez con mi habilidad para los negocios claro.
- Can. Tal vez podríamos trabajar en que nuestros hijos sean menos egocéntricos que su padre.
-Te enamoraste de este egocéntrico
- pues si. Con tanta insistencia ingeniero. Como no enamorarme.
- ¿Me besas?
- como siempre Can.
Fin del Flashback.
-Amigo vamos a cenar- indicó  Luciano.
La comida parecía interminable, Luciano hablaba de las mil y un maneras que tenía para conquistar a Abril. Pero mientras describía. Can se Dio cuenta que ya Abril no era la mujer que se había entregado completamente a él. Ella se amaba, era segura, intrépida, era una mujer empoderada capaz de comerse el mundo. El amor no parecía ser una opción para esta Abril. Ella había afinado más su coraza y en parte Can tenía mucha responsabilidad en eso.

Cuatro de la mañana.

Abril miraba por la ventana, las pequeñas aldeas, la gente bailando todavía a esta hora. Desde el hotel fresco por el aire acondicionado se podía imaginar el calor que esa gente pasaba, pero como al mismo tiempo no era un factor importante. Se imaginó así misma si se hubiera casado como su madre quería, tal vez, no estuviera pasando todo esto, o si Can no la hubiese dejado, debía admitir que sabia que mientras más visible fuera en el mundo de los negocios era una menra inconsciente de decirle a Can que no había podido destruirla. Muchas veces se entrego tanto que ella misma desaparecía en su necesidad de complacerlo. Pero sabia que debía ceder en ocasiones para mantenerse con él. Apareció aquella imagen de su amiga Lauren, cuando creyendo que ella no tenía nada con Can le contó en su oficina que él le había dicho que estaba enamorado de ella, a ciencia cierta no sabía porque la inundó ese sentimiento. Pero sabia que eso la había hecho más fuerte.

De repente un estruendo azotó su puerta.

Una curiosa Abril abrió la puerta, se encontró una bandeja de frutas y unas tostadas francesas sobre ellas una tarjeta.
" No sé si esto este bien, juzgame como socio y no como hombre, come algo. No quiero que te enfermes como la vez pasada, Tu socio Can"

-¿qué estas pensando Can?

Abril comió sin juzgarlo como decía la nota, era un socio más, un socio al que queria demostrarle lo capaz que era esta mujer. La mujer que él humillo.

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