VI

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April
¿Cómo se le ocurre preguntar algo así, acaso esta diciendo que ama? ¿Cómo puede siquiera decir que me ama cuando hizo todo lo que hizo?...

April no respondió pretendió que dormía y se sumió en un profundo silencio, se notaba la tensión en esa habitación, sin embargo no negaria que aún cuando sufrió todo ese daño, en esos brazos se sentía segura, protegida, cuidada. Su corazón latía a mil por hora. Pero ella no respondería, pretendería seguir durmiendo así lo fue haciendo hasta que se volvió una realidad.
Por su parte un ansioso Can depositó un tierno besa en la sien de April. Suave, tierno, protector, fue la única manera de drenar si quiera un poco de lo que estaba sintiendo. Le dolía, el solo contacto con su piel ardía, lo hacía ansiarla porque la amaba, la deseaba, por miles de modelos que lo rodeaban jamás se había sentido así de exitado por alguien. Ella era su todo. Una mujer hermosa, segura e inteligente aún cuando ella misma no lo veía podía enloquecer a cualquier hombre y él era uno de ellos. La contempló un rato, tan dulce, tan frágil. Era la mujer a la que él quería proteger desde que la vio. Su miembro no se quedaba atrás cada vez se tornaba más doloroso, más grande, más duro. Pero no se movería de allí, en el fondo esperaba que April despertará como lo hacía antes y sin pensarlo dos veces se balancearia sobre su miembro una y otra vez hasta que los fluidos fueran uno solo. Pero sabía que eso no pasaría y realmente necesitaba poseerla. No lo dudo un minuto y cuando esta dormía se dispuso a levantarse, debía salir de esa habitación y fue lo que hizo. Él amaba a esa mujer. Pero ya ella con su silencio lo había dicho todo. Debía dejarla. Debía hacer que ella fuera feliz y con él alrrededor no lo sería. Salio por esa puerta pero también de su vida.

April

Buenos días señorita April. Despierta linda.
-Hey amigo. Cómo entras así a la habitación de una dama?
-Es un caso de urgencia. Can se fue. Terminó las contrataciones, firmo los planos y la ejecución y se fue. También me dijo que todo lo que necesitaramos lo hablaramos con su asistente. ¿Paso algo?
- suspiro pronfundo- No, no paso nada.
-¿Cuándo inicia la obra?
-Ya inicio. Debemos volver en 3 meses para la última revisión y preapertura. Can también dejo un maestro de obras de confianza.
-Vale.
-April... Salimos esta noche. Devuelta a casa.

Una consternada April se encontraba en el baño, tomaba una tina, se cuestionaba si ¿ella debería haber respondido a algo? Pero que se supone que diría, que lo ama pero que no se permitiría estar con quién no la amo? ¿ Realmente Can la amo? ¿Realmente Can no la uso? ¿Realmente Can la amaba tanto? . Una lágrima cayo subre su mejilla. La respuesta era aquella nota. Por favor. Dinero. Habían ofrecido dinero por su silencio. Es que no habia demostrado lo leal y reservada que podia ser. April estaba enojada. Pero sufría. Se había dado cuenta esa noche lo mucho que Can la deseaba y lo mucho que ella deseaba estar con él. Su cuerpo se lo suplicaba. ¿Qué era lo que ella debería hacer? ¿Debería sucumbir a esos deseos sin esperar amor a cambio? Solo por el instinto de satisfacer su más profundo deseo?

Can
- Señor ha vuelto más pronto de lo que se esperaba, su prometida ha llamado.
-Cancela la boda.
-Señor Disculpe, usted esta hablando en serio?
-CANCELA LA BODA.

Can se encontraba en su oficina mirando hacia él horizonte, Dios como habia podido siquiera imaginar pasar una vida con su prometida cuando no se sentía ni en un mínimo a como se siente con April. Estaba claro que April no sería su mujer, pero no se amarraria a una mujer que no ama, no era justo para él, ni para ella. No esperaba conseguir a alguien que amará igual que a ella. Pero por lo menos más que a su prometida. Necesitaba una mujer inteligente que lo representará. Por lo menos que no fuese tan materialista. Eso haría. Por los momentos evitaría cualquier contacto con April. Se daría su tiempo

La prometida de Can se había vuelto en furia, los invitados quedaron sorprendidos al recibir la notificación de que la boda sería cancelada. Sin embargo, la familia de su prometida estaba pasando por un momento económico difícil. Eso había hecho que ellos necesitarán dinero y Can se lo había dado. Eso ayudo a que la situación se atenuara y los escandalos desaparecieran.

4 meses después.

Can se encontraba con unos amigos, venían de ver un partido de Futbol, mientras caminaba en su auto, diviso a la lejanía un grupo de mujeres, entre ellas, veia a April. Sonriente, hermosa con un vestido de flores color azul. Su mirada brillaba. Por cortesía debía siquiera Saludarla. Así que espero que llegasen lo suficientemente cerca y recostado sobre su auto esperaba el momento indicado

-Ey April.
-Disculpa, ¿quién eres?

Predestinados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora