Hela (Thor Raknarok)

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[El personaje que aquí se aporta es otra diosa nórdica, pero puesto que Marvel ha cambiado la historia de Hela, yo me permito cambiar su historia también]

-Yo soy Hela, primogénita de Odín, comandante de las tropas de Asgard -sonrió mirándoles -Y Diosa de la Muerte, vuestra legítima reina

-El legítimo rey es Thor, hijo de Odín, Dios del Trueno

Hela bufó rodando sus verdes ojos.

-Primero que nada, el nombre no tiene sentido, lanza rayos, debería ser el Dios del Rayo o algo así -bajó un par de peldaños -Y para continuar, yo soy la primogénita

-Eso dices tú, pero ni sabemos quién eres

La rabia que llenó el cuerpo de Hela fue incontenible. ¿Acaso esto era cierto? ¿No contento con expulsarla de Asgard y exiliarla al Hellheim, había borrado su existencia de todos los sitios? ¿Le había hecho eso a ella, que tanto le había dado? Acarició su pelo haciendo aparecer su tocado de cuernos, sacó unas espadas de ambas manos, y en menos que un parpadeo todo el ejército yacía muerto a sus pies, incluso aquel valiente guerrero que le había plantado cara... o lo había intentado al menos.

-Veamos mi palacio

Todo había cambiado, la decoración era tan luminosa, llena de colores vivos y apacibles. Hipócrita. A Odín siempre le había gustado el dorado, por eso toda la ciudad de Asgard parecía estar cubierta en oro, pero antes las salas del palacio estaban teñidas de rojo y negro, de oscuridad, tenebrosidad, lúgubre. Era el palacio de un conquistador. Ya no.

-Odín se avergonzaba de cómo consiguió los 9 reinos, todo el oro de Asgard, ¡cómo nos convertimos en la primera potencia! -sacó dos espadas gigantescas que lanzó al techo, rompiendo el fresco que lo decoraba con la "historia" de Asgard -Esta es la verdad

Tras aquel fresco apareció otro, oscuro, de tonalidades rojas y negras, algunos verdes y dorados. Odín en el centro con su antigua corona toda negra y de numerosos cuernos, como la de Hela, con un aspecto terrorífico e imponente. A su alrededor imágenes de ejércitos arrasando con todo a su paso, de Hela al frente de ellos, de la Diosa de la Muerte sobre su gran lobo negro y el martillo en la mano. Sí, el martillo de Thor fue un día suyo. Pero los ojos de Hela buscaban otra cosa. Cabellos como el cobre, con ese tono entre rojizo y rubio que reluce al sol, y piel clara como la ceniza, ropajes negros y dorados con calaveras de cuervos decorando. Ella siempre estaba allí, en algún lugar cerca suyo.

-El ejército de Asgard era el más fuerte del universo, todos se rendían ante nosotros, todos sucumbían ante nuestro poder -rememoró viendo el fresco maravillada -Yo era el orgullo de mi padre, la comandante de sus fuerzas, su verdugo... pero mi ambición era mucho mayor, quería más que los 9 reinos, ¡quería el universo! ¡Y ese viejo desgraciado... ahhh! -gritó incapaz de contener toda la furia que había sentido durante años -Incluso envió a las Valkyrias contra mí, todas ellas murieron... nobles guerreras que llenaban de orgullo a Asgard, caídas en vano por su hipocresía, por sus mentiras y negligencia... ¡Antes a los soldados se les trataba como héroes y eran enterrados en la mismísima base de este palacio!

Hela caminó rauda hacia los niveles inferiores, donde la gran cámara de Asgard se encontraba con todos sus tesoros, burdas falsificaciones u objetos sin valor en torno a los cuales se habían creado excesivos mitos, nacidos por las mentes de personas que jamás han visto más allá de los 9 reinos. Nunca nadie compartió su visión. Salvo ella. Se aproximó a la Llama de la Vida Eterna y hundió su mano en ella.

-Esta es en verdad la única reliquia importante de aquí, la Llama de la Vida Eterna -sonrió viendo su mano arder, el fuego se había vuelto verde -Veamos a unos amigos del pasado

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