Jillian Holtzmann (Cazafantasmas)[+18]

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<<Amé esta película y al segundo me enamoré de ella, pero esta escena (la que aparece en el vídeo) me dio euforia, prácticamente un orgasmo, amo a esta tía>>


Llevaba toda la vida conviviendo con ellos, para ella no eran ninguna novedad, de hecho, le hacía hasta gracia, siempre le habían tratado de loca y ahora la gente estaba histérica porque veían fantasmas por todos lados, malditos hipócritas, tendrían que seguir sus propios consejos. "Tienes que ver menos televisión, está afectando a tu imaginación", "deja las drogas, de verdad, son malas", "los fantasmas no existen, lo que ves son reflejos y sombras, efectos visuales normales", si ahora ella le dijese esas cosas a la gente, seguro que estos la mandaban a la mierda y le decían que era super insensible, pero cuando ellos se lo decían a ella era por su bien, lo dicho, putos hipócritas de mierda.

Estaba en la cocina haciendo el desayuno con el televisor en el salón encendido, así que escuchaba las noticias, su atención estaba en la ventana viendo el día tan maravilloso que hacía, al fin y al cabo una tostadora no necesita supervisión, o no debería al menos. El resorte de la tostadora saltó y ella volvió su atención hacia ella encontrando que el pan seguía tan blanco como cuando lo metió, se acercó y volvió a empujar la palanca, la tostadora tragó el pan pero volvió a escupirlo al instante, ella insistió una vez más pero la reacción fue la misma, o casi, porque después de volver a saltar el resorte, las tostadas salieron volando hacia el plato en la mesa a unos metros.

-¿Pero qué? -murmuró algo extrañada pero no demasiado -Jack, ¿eres tú?

Jack era su mejor amigo de la infancia, eran vecinos en su ciudad natal y se hicieron inseparables, murió a los 14 años cuando lo atropelló un conductor borracho que atravesaba el barrio a 140km por hora, el conductor era el padre de Jack y él fue el primer fantasma que vio en toda su vida. Lo cierto es que nunca logró averiguar porqué Jack se había quedado en este mundo, lo tenía todo hecho a su parecer, el chico no parecía muy molesto porque su vida acabase, de hecho se le veía muy feliz de poder hacer trucos como atravesar paredes y flotar y esas cosas, sus padres se divorciaron tal y como él tantas veces había deseado, y su padre cumplió toda la pena impuesta por su accidentado asesinato, ¿qué podía faltar como para que quisiera quedarse? Averiguarlo estaba difícil, Jack no solía hablar y jamás respondía a esa pregunta, pero siendo sinceros, su presencia no le molestaba en absoluto, le hacía sentirse acompañada de una forma bastante humana y solía ahorrarle problemas, por ejemplo, Jack la acompañaba de noche y se aparecía si veía que alguien iba a asaltarla, era el mejor perro guardián contra los ladrones, le salvó varias veces de ser atropellada cuando estaba distraída, siempre lograba parar un taxi y... siempre sabía lo que necesitaba, como ahora.

La tostada voló hacia el televisor y Jack apareció flotando sobre este, estaba claro que había algo que quería que viera, así que fue hasta el salón y se quedó de pie frente a la caja tonta viendo a un grupo de 4 mujeres en monos de trabajo, parecían exterminadoras de cucarachas o algo así, salvo por el pequeño detalle de que llevaban extraños aparatos y decían haber atrapado un fantasma en mitad de un concierto de rock, de hecho, abajo estaba escrito "Las Cazafantasmas".

-Oh vamos, Jack, será mentira, siempre es mentira -bufó arrebatándole la tostada al chico, quien alzó una ceja con mirada crítica -Ya sabes que no niego todos los avistamientos ni quito crédito a las personas que dicen verlos, por inverosímiles que suenen, pero a los que cazan fantasmas sí, es imposible, no se puede atrapar a un fantasma, no se les puede tocar

Para probar su punto extendió su mano atravesando el torso de Jack, el chico se agitó molesto, era una sensación que no le gustaba, y lo cierto es que a ella tampoco, le dejaba helada. Pero aún así Jack le siguió hasta la cocina y se sentó frente a ella, sus labios se movían diciendo "ve" aunque su garganta no produjera sonido, y puso frente a ella un folleto verde con la localización y el número de aquellas mujeres, aunque el nombre no coincidía.

Where are my lesbians?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora