Where are my lesbians?

Hermione Granger (Harry Potter) [+18]

[Resubido, Oneshot único]

Era el primer día, bueno, más bien la primera noche, la cena en el Gran Comedor acababa de suceder, el sexto año en Hogwarts acababa de empezar, mañana ya tendríamos clases pero no era capaz de dejar el libro. "Un párrafo más", "una cara más", "una página más", "un capítulo más", mi mente cada vez me demandaba más, estaba acostumbrada a ello, no sabría decir cuantos libros había terminado así, pero algo me distrajo de la línea de palabras que leía.

Desde mi ventana podía verse la línea del bosque, lo cual agradecía, porque me relajaba mucho ver los árboles mecerse y la verde hierva en las mañanas, pero en aquella ocasión no era nada del estilo, estaba segura de que era una persona, tenía forma humana al menos, pero no llevaba farol y se movía rápidamente, puesto que el Profesor Lupin ya no formaba parte de Hogwarts, descarté por completo su presencia, mis ojos aún así se movieron hacia la luna, suspirando aliviada al ver que no estaba llena.

-Vamos, Hermione, en realidad es un mito, lo has leído, no hay hombres lobo en el Bosque

Cerré el libro y bajé de la ventana, mi cabeza me decía que me quedara quieta, pero mis pies se movían aún así, había algo emocionante en romper las reglas, Ron y Harry me lo habían demostrado, pero jamás había hecho algo como esto; tomé mi capa negra para poder hundirme en la noche con más facilidad y salí del dormitorio, la Señora Gorda no dijo nada y no me crucé con la Señora Norris, salí por el portón que llevaba a casa de Hagrid ya que siempre estaba abierto por si él necesitaba entrar, me puse la capucha sintiéndome más protegida, recorrí la linde del bosque hasta que pude ver mi ventana, reconociendo el lugar donde ese ser se había metido. Alcé la varita y convoqué Lumos sabiendo que estaba fuera de la vista, puede que ni Harry pudiera verme en el mapa, no sabía a donde estaba yendo, no había huellas que seguir, pero seguía caminando, como si supiera dónde estaba lo que buscaba; entonces lo escuché, era el gemido de un animal al ser abatido, el revuelo de los pájaros al huir, el golpe del peso en el suelo cubierto de ramas, mi corazón se aceleró y sentí mi piel congelarse, tenía miedo, es más, estaba aterrorizada, no sabía qué narices estaba haciendo ahí o porqué no salía corriendo en aquel instante, pero allí me encontraba, rígida en mi puesto como una torre de vigilancia.

La luz de la luna, creciente, se coló por las ramas de unos árboles aumentando la luminosidad del lugar, creía ver movimiento en las sombras, tras unos segundos estuve segura de que ahí había algo, avancé un par de pasos y conseguí vislumbrar una figura de espaldas, arrodillada en el suelo, agazapada sobre algo, debía detectar mi presencia porque se puso en pie y en cuestión de segundos desapareció, ni siquiera fui capaz de verlo, era como si tuviera una capa de invisibilidad, pero no era Harry, estaba segura de ello. Al ver que no volvía mi cuerpo decidió responder al fin, di unos pocos pasos más logrando ver aquello sobre lo que acechaba, era un ciervo, estaba en el suelo con los ojos sin vida, no había signos de daño alguno salvo la pequeña mancha de sangre que había en su cuello, terminé de acercarme y me agaché sobre él, toqué su pelaje aunque mi mano temblaba y logré ver la herida, dos orificios, sin más.

-Maldición -musité-Estúpida, Hermione, eres una estúpida

-Y estoy de acuerdo

Quedé absolutamente congelada, no por la sorpresa, sino por el terror que se había instaurado en mi corazón, solamente conocía un par de seres capaces de moverse tan rápido sin necesitar luz en la noche, pero aquella marca descartaba rápidamente, sabía que existían, no sólo había leído sobre ellos en la literatura muggle, también en Defensa Contra las Artes Oscuras.