Rey (Star Wars)

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El agua llegaba a tus rodillas, habías recogido tu pantalón para que no se mojase, tus dedos recorriendo el pelo de la chica sentada entre tus piernas, tranquilas ambas al estar rodeadas de naturaleza exclusivamente, sabiendo que BB-8 estaba algo alejado para no molestar pero vigilaba si alguien se acercaba. Tomaste el peine, uno de los pocos lujos que alguien se podía permitir en la Resistencia, ya que robarlo no era muy complicado, y lo pasaste por el cabello castaño para poder hacer aquellos característicos tres moños.

-¿En qué piensas?

La voz de Rey te sacó de tus pensamientos, que sinceramente no eran ningunos, pensar en nada era algo que se te daba bastante bien, centraste tu atención en asegurar el último moño, revisando que todo estuviera perfecto y soltaste el peine.

-En nada

-Eso no me lo creo, algo te pasa, siempre estás hablando hasta por los codos, cuando estás callada, es algo malo seguro

Miraste el cielo azul viendo la galaxia más allá, las estrellas y las lunas, pensastes en el espacio, en lo mucho que te gustaba recorrerlo y hablar de él con tu padre, pensastes en tu madre y en cómo luchaba a muerte por protegerlo, y pensastes en tu hermano, en cómo él lo había destruido todo. Ben no era muchos años mayor que tú, pero sí los suficientes como para no recordar una vida junto a él, cuando nacistes él ya estaba bajo el tutelaje de vuestro tío Luke, lo que le mantenía recluido la mayoría del tiempo, cuando accediste a las enseñanzas jedi junto a él tampoco compartisteis demasiado tiempo, pues ya se encontraba en un nivel muy superior que requería aún más exclusión, y cuando al fin parecía que podríais estar más juntos, sucedió aquella desgracia. Ben no era nadie para ti, solamente un nombre, alguien en la familia, pero aunque conocías su rostro y su voz, no lo conocías en verdad, no había nada a lo que aferrarse con ternura y anhelo como hacían tus padres, solamente había rabia en ti, solamente existía Kylo Ren en tu memoria.

-Pensaba en mi madre

Rey se giró entre tus piernas, mirándote, tomo tus manos acariciándolas con sus pulgares y besó el dorso de ambas.

-Tranquila, Leia es la persona más fuerte que he conocido en mi vida, nada podrá con ella

Bufaste tragando una risa sarcástica y algo molesta, no te gustaba esa imagen que la gente tenía de tu madre, es verdad que era bello que la considerasen alguien fuerte y valiente, inteligente y capaz, pero esa percepción ocultaba que en el fondo también era un ser humano, con dudas y debilidades, pesares y cansancio, y en lo más personal, una anciana cuyo marido había sido asesinado por su propio hijo y que libraba una batalla contra él, con el único apoyo emocional de su hija, que era una inútil que ni siquiera había logrado convertirse en jedi. Sí, tú lo sabías, eso era lo que la gente pensaba en el fondo, la hija de Leia y Han, la hermana de Ben, la sobrina de Luke, y no había podido hacerlo, por eso la espada de tu tío estaba en manos de Rey y no en las tuyas, por eso tu madre jamás había intentado continuar tu instrucción después de que Luke desapareciese. 

-Para -dijo Rey con una mirada seria -Sé lo que estás haciendo, deja de darle vuelta a esos engranajes de tu cabeza, nadie piensa nada de eso, y tú no sabes porqué Luke me dio la espada a mí, ni porqué tu madre no siguió tu entrenamiento, no asumas las cosas tan rápido

-No asumo nada, es la verdad, fin de la discusión

Rey se levantó, sus manos quitando tu ropa lentamente, dejándola junto a la suya, con cuidado de no mojarla a la hora de quitarte los pantalones, y arrastrándote al agua junto a ella. Tu cuerpo se relajó al instante, el agua siempre te calmaba, podrías estar hundida en ella todo el día y serías inmensamente feliz, ella lo sabía.

-No eres jedi y no pasa nada, tu padre tampoco lo era y eso no lo hace peor hombre, nadie aquí lo es salvo Leia, y eso no los hace menos válidos -habló Rey lentamente hundiendo sus dedos en tu cabello -¿Pero sabes qué eres? Eres la mejor piloto de toda la Resistencia, seguramente de toda la Galaxia, como antes lo fue tu padre, y eso te hace valiosa, querida y admirada

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