Ding dong: 56

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Taehyung comprobó la hora en su celular por milésima vez en los últimos cinco minutos y soltó un largo suspiro al ver que el tiempo avanzaba más lento de lo que a él le gustaría. Estaba tremendamente nervioso, de eso no había duda. Era la primera vez que él vería una película en el cine con Jungkook.

Un poco más ansioso, guardó su celular en el bolsillo de su pantalón y tomó aire antes de volver su vista hacia el mar de gente que se encontraba frente a él. Dentro del recinto había gente de todas las edades, desde bebés jugueteando en los brazos de sus padres hasta adultos mayores que esperaban en la fila para poder comprar sus palomitas. Sobraba decir que habían infinidades de parejas.

Taehyung se balanceó sobre sus pies y limpio en su pantalón el poco sudor que emitían las palmas de sus manos.

¿Por qué estás tan nervioso? Contrólate Kim Taehyung. Se regañó.

Pero no hizo falta que respondiera la pregunta que se había hecho porque él mismo sabía que la razón de su nerviosismo tenía nombre y apellido: Jeon Jungkook, su vecino dos años menor que él.

Los minutos continuaban pasando y eso no hacía más que aumentar la ansiedad de Taehyung, quien ya no sabía si quería que Jungkook llegara o no. Sus nervios no lo dejaban pensar con claridad. Quería verlo, sí; pero al mismo tiempo deseaba que el chico no apareciera. Pensaba que probablemente ya se había vuelto completamente loco.

De pronto, ese y cualquier otro pensamiento se esfumaron de su mente cuando a lo lejos divisó al que era el amor de su vida, quien ante sus ojos destacaba por mucho entre la multitud de gente.

Cuando sus miradas finalmente se encontraron el tiempo pareció detenerse por completo. Sus corazones latían furiosos contra sus pechos y sus manos comenzaron a temblar al mismo tiempo que una gran sonrisa se extendía por sus rostros.

Poco a poco ambos fueron acortando la distancia y, cuando estuvieron a escasos centímetros uno del otro, el mayor fue el primero en hablar:

—Luces muy guapo hoy.

—Pero no más que tú —respondió Jungkook y luego se cruzo de brazos, fingiendo estar ofendido —. Aunque te recuerdo que yo me veo guapo todos los días.

Taehyung no pudo evitar sonreír ampliamente ante el comentario, contagiando su sonrisa al menor, quien además tenía las mejillas ligeramente sonrojadas.

—¿Cuál película te gustaría ver? —preguntó Tae, cambiando de tema repentinamente.

Jungkook se llevó una mano a la barbilla y fijó su vista en la cartelera, no sabiendo cuál elegir; así que luego de unos cuantos segundos de indecisión, dijo:

—Creo que cualquiera estará bien mientras la vea contigo, hyung.

—Lo mismo va para mí —respondió el mayor con una sonrisa, y sin pensarlo dos veces lo tomó de la mano, entrelazando sus dedos.

Jungkook se sorprendió por la acción y comenzó a mirar a todos lados para comprobar que nadie los observaba, siendo inmediatamente detenido por Taehyung, quien lo sujeto por la barbilla con cuidado, obligándolo a mirarlo.

—Debes dejar de preocuparte por lo que la gente pueda pensar de nosotros —le dijo con suavidad, para nada enfadado.

El menor miró sus manos entrelazadas y asintió lentamente.

—Lo siento —se disculpó cabizbajo —. Es sólo que odiaría que alguien te mirara mal o incluso te dijera cosas hirientes. Eres la persona más importante en mi vida y no me gustaría verte sufrir.

El corazón de Taehyung se aceleró ante tales palabras y no pudo evitar pensar que se encontraba junto a la persona correcta y que era demasiado afortunado de tener a Jungkook en su vida.

—Si estoy a tu lado lo demás no importa —comenzó a decir Taehyung —. Personas malas y con prejuicios existen por todos lados... así como también existe gente buena y de mente más abierta —con cuidado lo sujetó nuevamente por la barbilla para que lo mirara, dejando su mano ahí —. No podemos escondernos del mundo para evitar ser lastimados, así no funciona, cariño. El amor jamás debería de ocultarse.

Jungkook se mordió el labio inferior y asintió. Sintiéndose más valiente que antes, afianzó su agarre en Taehyung y comenzó a caminar junto a él rumbo a la taquilla, no importándole en lo más mínimo las miradas que recibían por parte de algunas personas.

El mayor al presenciar la osadía de su chico no pudo hacer otra cosa más que sonreír y aplaudirle mentalmente. Estaba feliz de que Jungkook decidiera confiar más en él y en el amor que crecía cada segundo entre ellos.


Cuando finalmente llegó su turno de pedir los boletos para su película, la empleada que los atendía les sonrió y les dijo algo que ninguno de los dos se esperaba:

—Se ven tan hermosos juntos, desde ya tienen mi apoyo. Espero que su amor dure mucho, pero mucho tiempo.

Ambos chicos se miraron un poco cohibidos y luego le regalaron una tímida sonrisa a la empleada.

—Muchas gracias —dijo Taehyung sintiendo cómo sus mejillas se enrojecían cada vez más.

La chica le sonrió nuevamente y sacudió su cabeza, indirectamente diciéndole que no tenía nada qué agradecer.

Luego de eso, y recordando que había una gran fila de personas esperando su turno, escogieron la película con función más pronta y pagaron sus boletos, despidiéndose de la empleada con una última sonrisa.

—¿Lo ves? —preguntó Taehyung volviendo a entrelazar sus manos mientras caminaban hacia la dulcería del cine.

—¿Qué cosa?

—Que existen personas agradables en el mundo.

—Sí —dijo Jungkook con una sonrisa algo tímida —. Tenías toda la razón, hyung.

—Siempre la tengo —bromeó el aludido y ambos rieron levemente.


El resto de la tarde fue bastante amena y entretenida. Jungkook no paró de reír gracias a que su hyung saltaba sobre su asiento cada vez que aparecían escenas aterradoras, por que sí, habían decidido ver una película de terror. Pero Taehyung también logró sacarle provecho a la situación y todo el tiempo se la pasó abrazado a su chico, quien ni se inmutaba ante las perturbadoras escenas.

Y por supuesto que no pudieron faltar un par de besos en medio de la función, completando la cita perfecta en el cine.

Ding dong, kiss me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora