Prólogo.

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En mi octavo cumpleaños me regalaron una pequeña cámara y desde aquel momento fue mi objeto más preciado. No iba a ninguna parte sin ella y sacaba fotos a todo aquello que me parecía interesante.

Cuando cumplí los 10 años me regalaron de broma un sombrero y una gabardina de detective. Para mí, fue un regalo increíble y me los ponía a todas horas.

Con el paso del tiempo empecé a hacer toda clase de trabajos a mis vecinos y familiares. Encontré el reloj perdido de mi abuelo, descubrí quién robaba el periódico de mi vecino (resultó ser el perro que lo escondía en el jardín ¡jaja!) y mucho más.

Ahora, a mis 15 años, soy conocida en mi pequeño pueblo por el nombre de Shasha, la detective.

Mi pequeña detectiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora