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Amaya.

el teléfono sonó y fui a atender, mi viejos estaban desayunando y como estaba mas serca fui yo.

—¿hola? —hable para después tomar un trago de agua —

—hola buen día,¿hablo con la señorita Amaya Santillán? —pregunto la voz de una mujer —

—si, dígame.

—llamamos desde la clínica Santa María, le comunicó la llegada de la señora Ramona Coronas y del señor Jonny Fernández, la señora ingreso con heridas graves y lamento comunicar que el señor Fernández falleció en camino a la clínica.

perdí fuerzas y el vaso con agua calló al piso haciendo vastante ruido y rompiéndose en pedazos.

—¡¿Amaya?! —grito mi mamá llegando a mi lado —

corte la llamada y me dejé caer sobre los bodrios del vaso roto.

—Amaya, ¿que paso? —Paola me agarró del brazo y me levantó al instante —¿qué pasa Amay?

—se murió —murmure —

—¡¿que?,¿quien se murio?! —hablo alterada

las lágrimas empezaron a salir de mis ojos empapando mis mejillas y haciendo que el llanto tiñera de color rojizo mi nariz al igual que mis ojos.

—ma, Llévame con Ramona —pedí —porfvor.

—¿dónde...donde ésta? —acarició mi mejilla quitando mis lágrimas—

—en la clínica.

—se más específica, Amaya —pidió.

—clínica —trate de recordé el nombre —Santa María.

ella sintió y tomó las llaves de su camioneta y salimos de la casa lo me rápido posible. Durante todo el camino hasta la clínica no dejé de llorar,podían haberme dejado con otra familia pero aún así teníamos contacto y no por eso dejaban de ser mis padres, Jonny era un hombre reservado pero siempre fue bueno con migo.

baje del auto y junto a mi mamá a pasos apurados caminamos hasta la recepción de la clínica.

—paciente Ramona Coronas —hablo mi vieja —

—habitación once del primer pasillo —la recepcionista indicó el pasillo y de inmediato Paola me llevo —

al llegar a la habitación dos chicos esperaban afuera junto a una pareja de señores, nunca los había visto junto a Ramona o Jonny.

—¿esperan noticias de Ramona Coronas? —pregunta Pao —

—si un gusto —la mujer aprieta manos con mi mamá —¿ustedes que son?

—soy la hija —murmure llamando la atención de los dos chicos —

—¿Estefanía? —pregunta el de ojitos claros —

—si —asenti —ya no me llamó así, soy Amaya.

—soy Lucas —quita unas lagrimas — y el al parecer es Bryan.

—oh cielos — me senté en el piso frío del pasillo. —son mis hermanos —afirme —

aún no estaba lista para tener este contacto repentino con algunos de mis hermanos.

—si —hablo Bryan —

la presencia de un integrante más nos llama la atención, traía una víscera negra y el olor porro lo delataba, lo mire unos segundos más y le hable.

—¿Tito? —el me miro lebantando su ceja —

era el, estábamos todos a excepción de Simón que lo tenían los de servicio social.

—toto —corrigió —ella me llamaba Tito.

asenti con la cabeza y la escondo entre mis piernas.

—¿familiares de Coronas? —pregunto el doctor

—somos sus —Lucas suspiro sin poder terminar la frase —

—somos los hijos —responde toto —

—bien, la paciente tiene varios disparos en todo largo y ancho de su cuerpo y a causa de eso no podrá movilizarce —explica el doctor — con el tiempo y si sigue rehabilitación podra volver a caminar.

—¿que paso con Jonny? —pregunté en casi un murmuró—

—el pasiente no pudo llegar con vida a la clínica, por ende lamentablemente murió desangrado a causa de las heridas por balas.

dejé salir un gadeo y limpie cualquier rastro de lágrimas.

—pueden pasar —finaliza y se va por el pasillo.

me paró del piso y entre a la habitaciónen donde se encuentra Ramona seguida de mis tres hermanos.

—hola Ramona —sonrió —

—¿dónde e'ta Jonny? —hablo mientras las lágrimas caían de sus ojos —¡merca hija de puta! —gritó —

—Ramona ya ta' —toto trató de tranquilizarla —ya fue.

el llanto de Ramona era lo único que se escuchaba, había perdido lo único que tenía, a Jonny, ahora estaba totalmente sola, y todo por la puta droga.

—'cuchame —hablo toto —mira e'to —nos señaló a los tres que nos quedábamos en silencio —acá tenes a tus hijos para lo que sea.

creo que los cuatro estábamos dispuestos a ayudarla, después de todo nos busco un buen comienzo lejos de toda la mierda en la que estaba rodeada y con buenas personas que nos secaron a delante, era lo mínimo que podíamos hacer por ella.

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medio choto, pero necesitaban un encuentro.

Esperándote; ECKODonde viven las historias. Descúbrelo ahora