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Ignacio.

—Nacho .

su vos me despertó, me di media vuelta quedando frente suyo, tenías sus ojos cerrados y seguía durmiendo.

extrañaba los domingos por la mañana, solía venir a casa a cenar con mi vieja y con migo, se quedaba a dormir y hacíamos cucharita, aveces nos quedábamos despiertos viendo películas o dormimos hasta tarde, lo mejor era cundo despertaba a su lado y podía admirar lo linda que es toda despeinada.

—Nacho —murmuró —te amo

negué varias beces y acomode un mechón de su cabello que estaba encima de su carita.

me levanté de la cama sin hacer tanto ruido y me cambie, hice lo mío en el baño y fui con mi vieja a la cocina que estaba tomando mates sola.

me senté enfrente de ella y me sonrió pasando un mate.

—¿sigue dormida?.

asenti con la cabeza mientras tomaba mi mate.

—¿porque no me la traias antes? —lebanto una ceja —¿qué le hiciste a mi petisa?

Me reí y negué con la cabeza.

—estamos peleados ma —me limitó a decir —

—¿me vas a contar? —sonó más afirmación que pregunta —

en esta casa mi vieja y mi abuela amaban más a Amaya que a cualquier novia que hubiese traído, la tenían  como una reina, mi abuela se la pasa diciendo que Amaya es la nuera de mi vieja y vastante feliz la hace esa mentira.

—no, nada —Levante los hombros —

rodó los ojos y me miro sería.

—Amaya está enamora de mi —solté de una y devolví el mate —

—¿enserio? —dijo feliz mientras se le formaba una sonrisa — es un amor esa petisa, igual yo ya lo sabia era obvio.

—yo no estoy enamorado de ella —le pinche su globito — estoy conociendo a una chica, se llama Sofía.

los dos nos quedamos en cilencio por un rato.

—Nacho, May es la piba mas linda y buena que vas a conocer —sonríe — no la lastimes.

asenti con la cabeza, no tenía ganas de hablar de eso.

por la puerta de la cocina entró Amaya toda despeinada con sus ojitos chinos y usando una de las remeras que dejaba Damián en mi casa.

mi mirada estaba penetrando la remera de Damián, debía ser mi remera no la de el.

—¿si queres me la cambió.? —hablo bajito, estaba nerviosa —

—es —suspire — es de Damián.

asintió y se sentó junto a mi Mamá.

—May, cuanto te extrañe —la abraza — el pancho que tengo como hijo ya ni te invita.

—no pasa nada, tendrá sus razones —lebanto sos hombros — yo también la estube extrañando y a mi abuelita también.

—se fue a Córdoba —comenté llamando la atención de las dos — la Abu.

ellas asistieron y me Excluyeron de su conversación.

—Decime, falta poco para tus diecinueve,¿qué vas a hacer? —pregunta entusiasmada —

—no se, pensaba irme a Cuba con Ignacio pero creo que iré sola —trató de sonreír pero hizo una mueca —

—pregúntale si te puede acompañar Damián —golpee la mesa con mis manos volviendo a llamar la atención de las dos —

Es mi mejor amigo lo se, pero Amy es intocable, odiaba pensar que Dam podía quitarmela y la distancia que ahora manteniamos era perfecta para el.

—Ignacio —habla mi vieja —

El timbre sono y sin ganas de escuchar a mi vieja fui a abrir la puerta.

Como si pensar en el lo invocara estaba afuera de mi casa, lo quería vastante pero el tema de May me ponía los palos de punta.

lo dejé pasar después de saludarlo y juntos volvimos a la cocina.

—hola Nati —deja un beso en la mejilla de mi Mamá — hola mamu —y repite la acción con Amaya — re linda la remera.

—mal —le sonrió —

—May, pregúntale —le hizo señas a Damián —

frunci el seño y me crucé de brazos.

—nada,Dam —volvió a sonreirle —

—¿segura? —preguntó.

Amaya me miro por unos segundo y asintió.

—bueno —Damián le restó importancia —Nacho el sábado Mauro hace una jodita para los pibes,¿vas?

—Si —contesté de malas ganas —.

Amaya se cambió de ropa y aprovechó que mi vieja se iba a laburar para que la acercará a su casa, asique nos quedamos Damián y yo en casa.

Esperándote; ECKODonde viven las historias. Descúbrelo ahora