Capitulo 2

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8 Años mas tarde...

2 de Febrero de 1643, Estambul.


_ ¡Cristina! ¡Corre! - Los gritos de Ela resonaban por todo el bosque.

_ ¡Huye, el viene!

_ ¿A qué te refieres?

Mi voz sonaba agitada a medida que aumentaba mi velocidad y trataba de no chocar con los árboles que se interponían en mi camino.

- Ela ¡Contéstame!- Grite. No podía encontrar su silueta en ningún lado por donde mirara

_Él está cerca, y los demás también...

Su voz se iba desvaneciendo, hasta llegar a no oír nada de lo que decía después.

_¡¡Ela!! -Nadie contesto.

-Ela... -Llore en desesperación.

Caí de rodillas mientras hundía mi cabeza entre mis manos, mis fuertes sollozos eran lo único que se escuchaba en el tranquilo bosque. Había perdido a Ela.

Cuando deje de sentir mis lágrimas en mis mejillas y mi respiración estaba un poco más tranquila que antes, sentí un fuerte olor a quemado.

Levante mi cabeza de entre mis rodillas y me di con el final del bosque. Me levante y camine lentamente.

Mi mirada se posó en el cielo y pude notar mucho humo en el aire que venía de no muy lejos. Trate de seguir el camino que me llevaba a la iniciación de aquel fuego que sobresalía de entre los árboles.

Cuando llegue allí, me di de lleno con una casa que se estaba incendiando. El fuego había consumido casi todo y ahora sus paredes se derrumbaban lentamente.

Algo de allí logro llamar mi atención completamente. Un arcoíris se lograba visualizar en una de esas pocas paredes que aún se mantenían en pie. Cuando caí en que era eso que se me hacía tan familiar, llore.

_ ¡¡Noo..!! Por favor, no.

Me acerque a paso firme tratando de encontrar lo único que me permitía mantenerme en pie todo este tiempo y que ni Ela había podido llevarse de mí.

_ ¡Mama! ¡Papa!

El amor hacia mis padres.

Era lo único que me había logrado hacerme mantener de pie todo este tiempo y poder seguir adelante sabiendo que ellos estaban en algún lado.

Pero ahora no había ninguna señal de ellos. No podía pensar en que Dios también se había llevado mis padres. Suena egoísta, pero no quería estar sola ahora en este mundo el cual me enseño ni me advirtió.

_ ¿Mama? ¿Papa? - No quería rendirme, no lo quería aceptar.

Di vuelta la cabaña hasta llegar a la parte de atrás donde se encontraba el patio. A logre divisar dos figuras.

_ ¡Papa! - Papa se encontraba tirado en las cenizas que el fuego iba dejando a su alrededor. Mama también.

_ ¡Mama! No, por favor no. -Llore. Lagrimas caían de mis ojos como cascadas.

Ninguno de los dos respiraba, y se encontraban heridos suponiendo que fueron gracias a los golpes de las derrumbaciones que causo el fuego.

Sus cuerpos ya no tenían vida.

Grite.

Grite por Ela.

Grite por mama.

Grite por papa.

Y finalmente grite también por mí.

No sabía que hacer a partir de ahora. Había pasado por muchas cosas pero tenía una sensación de que esto no era nada al lado de lo que se acercaba en mi camino.

Sentía que siempre estuvo ahí, pero ahora estaría más cerca que nunca. Y eso me asusto, no comprendía que otra cosa me encontraría que sea mucho más fuerte que esto.

Estaba aterrada.

De repente, en medio de mi llanto sentí que me llamaban. Luego también me sacudieron.

_ ¡Cristina!

_ ¡Cris! Ya me estas asustando, despierta cariño.

Sentí como me colocaban algo húmedo en mi frente, y me sacudían un poco los brazos.

Desperté sobresaltada, encontrándome con unos grandes ojos verdes llenos de preocupación. Llore.

Parece que lo único bueno que puedes hacer en tu vida es llorar, Cristina. Que decepción.

_ ¡Cris! - Zeynep, se subió encima de mí y me abrazo muy fuerte. -¡Por el amor a Alah! Por un momento considere en llamar a la bruja de Nisa.

_Shh, si ya despertó entonces cállate y deja dormir de una maldita vez. - Hablo una de las chicas de la habitación.

Zeynep le tiro un almohadón en su cara. -Eres una insensible ¡Mi mejor amiga casi muere!

La niña la ignoro, dio media vuelta y se tapó con la fina frazada hasta la cabeza.

_ ¿Qué sucedió? -Pregunte desorientada.

_Sucede, mi querida amiga, que casi mueres de hipotermia gracias a estas livianas frazadas que "agradecidamente nos dan"-Dijo Zeynep haciendo comillas al final de la oración.

_ Al menos nos dan algo con que cubrirnos. -Hable, riendo por la mueca en la cara de mi amiga por mis palabras.

_ Mírate, ahora tienes fiebre. - Dijo preocupada y medio divertida. -No puedes ir a trabajar mañana en este estado. Yo iré en tu lugar y tú te quedaras a descansar aquí. No acepto un no por respuesta.

_Zeynep, sabes que nos castigaran a las dos por esto...

_Pues... ¡me quejare! Ellos tienen la culpa de que ahora te encuentres así. -Hablo determinada. - Ahora ve a dormir, yo me estoy muriendo de sueño culpa tuya. -Dijo mientras se dirigía a su cama al frente de la mía.

_Nadie te dijo que me cuidaras. -Contesté. Ella me lanzo un beso.

_Descansa, Cris.

_Tu también.

_Por cierto. -Llamo mi atención. -Feliz cumpleaños 16.






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Como verán ya han pasado 8 años desde que secuestraron a Cristina y su hermana, Ela. En el próximo capitulo Cristina contara algunos detalles de lo que sucedió después de ese día.





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CristinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora