Capítulo 13: "Enfrentamiento."

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"Aún no sabe que ella no es más que un fugaz recuerdo, que jamás puede volver."



Capitulo 13



Algo iba mal.

Llámame rara, pero sabía que algo malo se avecinaba.

No podía darle nombre, incluso ni yo sabía lo que era, pero desde que me había despertado ya había sentido una opresión en el pecho que me indicaba que algo sucedería.

No quería ser negativa así que trate de hacer mi rutina de mañana lo mejor posible. Pero incluso levantarme de la cama me costaba, me sentía tan cansada.

Tal vez éstas enferma... Pensé.

Con un gran esfuerzo me levante, ordene mi cama, me vestí y trence mi liso cabello dejando la mitad suelta para que caiga libremente hasta mi cintura. Agarré mi libro y me dirigí a la cocina.

En el camino la mayoría de las concubinas se encontraban ya levantadas, cosa que me sorprendió debido a lo temprano que era y a ellas no las despertaban hasta dos horas después. La mayoría se encontraban en sus mejores vestidos y me di cuenta que otras estaban haciendo fila para que una concubina, llamada Nefise, les arregle sus cabellos. Algunas incluso se estaban pellizcando fuertemente las mejillas para obtener color.

Ellas no eras las únicas. En los pasillos, estaba lleno de soldados y las sirvientas iban y venían.

Al llegar a la cocina Murat e Ihan se encontraban muy apresurados, cocinando. No me prestaron atención hasta que aclare fuertemente mi garganta.

-Vaya... te ves horrible. -Fue lo primero que me dijo Ihan al ver mi rostro, ojos irritados y ojeras por no dormir en toda la noche.

-Niña, ¿Qué te sucedió? -Pregunto amablemente Murat.

-Creo que contraje algo, me duele mucho la cabeza. -Dije mientras me frotaba las sienes.

Murat asintió y al mismo tiempo fue hasta uno de los gabinetes. Agarro un frasco que adentro contenía unas hojas extrañas y saco un par antes de colocarlas en una taza con agua caliente que momentos después mezclo con miel.

-Toma, esto te aliviara. -Me ofreció la taza que tenía un olor riquísimo.

-Gracias. -Le sonreí agradecida.

Me senté en una silla de madera cerca de la puerta para beber mi te tranquila. Los observe trabajar y colocar un montón de bandejas llenas de dulces que se veían sabrosos en una mesa en el centro de la habitación.

Antes de poder preguntar qué es lo que estaba sucediendo que la gente se encontraba tan agitada, Esmeray, una sirvienta del Sultán Ömer, entro buscándome.

-Buen día, Cristina. -Saludo cortésmente, una vez que me encontró. -El Sultán Ömer te solicita en el jardín del castillo.

Ihan y Murat se dieron la vuelta sorprendidos a mirarme.

Asentí con una pequeña sonrisa, antes de proceder a seguirla.

También me sorprendí que el Sultán este buscándome. Luego de todo lo que sucedió ayer, había pensado que en este momento se encontraría ocupándose de que su hija este bien. Pero claramente lo está, espero...


Acompañe a Esmeray hasta los jardines donde el Sultán se encontraba en el centro de este con una mesa redonda de cristal con una sombrilla que parecía hecha a mano de los hilos más finos que podía imaginar, con colores impresionantes y dos sillones rojos que se veían muy lujosos.

CristinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora