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Las calles que rodean el edificio donde vivimos son muy coloridas y está llena de gente alegre. Siempre se oyen las risas de los niños.
Cruzamos la puerta y nos subimos al ascensor, él está nervioso, no me mira y cuando habla tartamudea.
Entramos a nuestra y SeokJin me indica rápidamente cual es cada habitación: miro todo, hace mucho que no veía esta casa. Diviso el sillón mullido y me tiro sobre él por impulso. Jin no puede aguantar la risa pero de un momento a otro u mirada se oscurece y la desvía.
- Me recuerdas a Yoon - murmura.
- Yo soy Yoon - digo sin darme cuenta. Él me mira impresionado y siento que mi rostro quema - Digo... Yo me llamo Yoon-Gi -.
Se sienta a mi lado con una sonrisa amable y sin rastro de nervios.
- Lou era un gatito que encontré en la calle, cuando lo llevé a la veterinaria, dijeron que si no era por mí, él no hubiera aguantado más de una semana - bajó la mirada - Yoon era el único que vivía aquí conmigo, siempre me esperaba y por suerte se había acostumbrado rápido al departamento. Le encantaba que le preparara croquetas -.
Apoyé mi mano sobre la suya y conseguí que me mirara, volvió a sonreír sin apartar su mano - Recuerdo que la única vez que me enojé con él fue cuando lo bañé por primera vez: él realmente disfrutaba el agua. Ese día estaba debajo de mi cama cuando volví del trabajo, seguramente lo hice sentir muy mal... No debí, no debí gritarle -.
SeokJin apretó mi mano y cerró los ojos, su voz parecía la de un gato herida y de sus ojos caían gotas de agua.
