Capítulo 5 - Cuando cae el cazador (Parte 1)

816 46 4
                                    

¡Buenas! Aviso de que este capítulo es 59% lemon, disfrútenlo. Antes tenía más palabras y era más largo, pero he omitido muchas cosas y lo he dejado más corto para que no os canséis. Además, de que no había forma de mejorar el lemon y lo único que se me ocurrió fue acortar y dejarlo todo más abstracto. Que vuestra imaginación haga la magia...

Espero que os guste, comentéis y todas eso ~

----------------

De Guatemala a Guatepeor.

Kai dejó caer la cabeza contra la pared con un suspiro, estaba cansado de tantas emociones ¿Acaso no cambiaría nunca? Su corazón latía acelerado, por culpa del nerviosismo al que, creer que podrían llegar a matarse allí mismo, le había sometido. Respiró profundamente para recuperar la compostura, no lograba comprender como habían pasado de pelearse a aquel beso que a ojos de los demás era tan sensual como ver porno a altas horas de la noche.Kris debe besar de maravilla, debe dejar sin aliento al instante...Se dio cuenta del camino que tomaba su pervertida mente y supo que debía salir de allí. Kai, se buen chico, deja de pensar en lo que no debes.

Kevin, incapaz de cerrar los ojos y la boca, miraba la escena con una mezcla de celos y excitación que no lograba comprender. Por una parte, se sentía dolido por ver lo rápido que había sucumbido Kiseop a Kris, a pesar de que él mismo era  igual de culpable, y por otra, sentía como el deseo comenzaba a nacer al ver como Kris doblegaba a Kiseop con tanta elegancia.Debería tomar nota, lo mismo un día yo... pensó imaginándose un cambio de tornas en una relación que no pasaba de encuentros esporádicos en sus habitaciones.

-Me encanta ver como dos tíos se besan, de verdad, pero las personas normales deben trabajar.-Dijo Amber para devolverles a la realidad.- No se os puede dar de beber, lo mismo os pegáis que me montáis un numerito yaoi de lo más impresionante.- Aplaudió con una sonrisa en los labios, el inicio de una risa que trató de reprimir.

Ninguno de los dos respondió ante las palabras de la chica, apenas eran capaces de oír nada sumidos como estaban en su propio deseo. Desde la tarde anterior, Kris había estado deseando tenerlo bajo su cuerpo, quería demostrarle lo que ocurría cuando se le retaba y que cuando empezaba el juego, siempre ganaba. Kiseop, abochornado y confundido, correspondía aquel beso haciendo su mejor esfuerzo.Tener la lengua de Yi Fan recorriendo cada rincón de su boca no ayudaba mucho a mantener la compostura.Los pantalones comenzaban a apretarle y solo deseaba que se los arrancase allí mismo con los dientes.

-Chicos, iros a un hotel o a dormir la mona, hacednos ese favor.

Kevin notaba como los celo iban ganando terreno frente a excitación, no tenía ganas de ver como Kiseop, su Kiseop, besaba a otro cuando estaba él presente; por muy bueno que estuviese el otro. Cerró los ojos para no tener que contemplar aquella escena ¿Este horrible sentimiento era el que el exulzzang había sentido al verlo con Kris? No quería llorar, no quería que notaran su debilidad, no quería mostrar que realmente quería quedarse con él. Había sido culpa suya que esto pasara, había recibido exactamente lo que se merecía.

Amber observó como Kevin salía corriendo de la habitació. Se sintió mal por él, a ella tampoco le agradaba ver al dragón con otros; pero, la gran diferencia estaba en que se había convertido en una costumbre que pagaba con la misma moneda. Su relación era una de cal y otra de arena, su juego personal que nunca llegaba a nada más. Sin embargo, no fue tras él, tenía asuntos más importantes de los que encargarse, como separarlos antes de que alguien menos abierto entrase y los echara a la calle.

-¿No estáis escuchando? He dicho que os separéis -Agarró a Kris por el cuello de la camisa y tiró de él hasta hacerle reaccionar, dejándolo sentado en el suelo y con la respiración tan agitada que no era difícil oírle.

Kiseop, por el contrario, dejó caer sus parpados agotado por tantas emociones. Sus mejillas se habían teñido de un adorable color rojizo, sus labios enrojecidos se encontraban entreabiertos, su mano temblorosa reposaba sobre su frente, su pecho ascendía y descendía tratando de recuperar el aire perdido... Tan apetecible... pensó el dragón.

-Ahora, largaros de aquí antes de que me quiera apuntar a la fiesta y no aparezcáis hasta que se os pase la borrachera.

***

Ocultándose de miradas indiscretas se escondieron en el piso de EXO, ninguno de los dos rompió el silencio que los rodeaba al entrar. La incomodidad era notoria, pesaba sobre ellos como si alguien los estuviese aplastando y no dejaba de preguntarse qué hacía allí y por qué había accedido a ir con Kris. No puedo hacerlo, no puedo dejar que...

Kris acalló sus pensamientos por completo, acortando la distancia que los separaba y besándolo con delicadeza y maestría. Dejando su mente vacía, concentrándose solo en los movimientos de sus labios unidos, permitió que la lengua del mayor se introdujera entre sus labios, comenzando a recorrer cada rincón de su boca como si quisiera memorizar el camino. Saborearon sus labios, exploraron sus bocas y dejaron que sus alientos se fundieran en uno solo, alejándose del mundo exterior. Solo aquel beso los mantenía unidos y era en lo único en lo que podían pensar.

Se separaron un poco, lo suficiente para poder recuperar el aire y contemplarse. Las mejillas de Kiseop teñidas de rojo provocaron que Kris sonriera. Le gustaba la sensación que le producía conseguir domar al menor, siempre disfrutaba al conseguir que un activo tomara el rol de pasivo. Podría convertirse en su juego favorito. No hablaron, en ese momento las palabras sobraban. Su cuerpo hablaba por ellos para contar lo que estaban experimentando. Además, no querían romper la atmósfera tan delicada que habían creado y que desaparecería en cuanto uno de los dos hablara.

Armándose de valor y con las mejillas ruborizadas, se mordió el labio mientras desabrochaba cada botón de su camisa, muy despacio y sin apartar la mirada de Kris. Dejó que cayera al suelo sin preocuparse por si se arrugaba y con un guiño, se perdió por el pasillo en busca de la habitación del líder ante su mirada atónita y nublada por el deseo.

Con un fuerte siseo, no se lo pensó dos veces y fue tras él, sin dejar de admirar las vistas. Esas caderas moviéndose le volvían loco y la idea de lo buen bailarín que era no ayudaba demasiado a su autocontrol. Tenía que ser una maravilla en la cama y lo iba a descubrir, sabría hasta donde era capaz de llegar su acompañante, disfrutando de cada instante que pasara con él.

La puerta se cerró y sus labios se encontraron, empezó un juego del que ninguno de los dos se arrepentiría. Las ropas desaparecieron, quedaron desperdigas por el suelo. Cayeron en el colchón, se perdieron y se volvieron a encontrar entre sus labios. Las manos recorrían frenéticas los cuerpos, los labios descendían a las distintas partes del cuerpo, se mordían, se besaban, se perdían en un frenesí de caricias que les obligaba a perderse en el placer.

-¿Preparado, Kiseop Lee?

Jadeó al sentir el roce de su miembro contra su entrada, una tortura que le estaba desesperando. No necesitaba preparación, no necesitaba que se tomara tanta delicadezas con él, solo quería dejarse llevar y notaba que cada segundo era crucial para su integridad mental.

-Hazlo de una vez, Wu Yi Fan. Lo estás deseando -Habló entre jadeos poco contenidos, no iba a morderse el labio, había decidido disfrutar al máximo y no era la primera vez que hacía algo como aquello, ni si quiera había pasado tiempo desde la última vez. Estaba más que preparado para sentirlo.

-Espera...¿Acaso tú...?- Frenó sus movimientos y reprimió un sonrisa burlona.

-No me toques las narices Wu Yi Fan y hazlo, ya tienes tu victoria, no me tortures más y acabemos de una vez -Dijo con esfuerzo y los ojos cerrados ante la perspectiva.

No le hizo esperar más, se fundieron con un rápido movimiento. Los gemidos de Kiseop eran música para sus oídos, los retenía en la memoria y disfrutó de cada sensación que los vaivenes le provocaban. El fuego y la pasión, el depredador y el cazador, el conquistador y el caballero... Llegaron a la cumbre en el momento exacto en el que volvieron a unir sus labios en lo que se convirtió en una noche que no olvidarían jamás.

2. Kiseop

El harem de KrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora