~Ofender - Humillar~

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Algunas semanas habían pasado desde el 'incidente', y las cosas habían regresado a una relativa normalidad o al menos algo parecido a eso, Egipto por lo menos ya no sentía la necesidad de huir cuando el imperio estaba cerca y este mismo parecía haber calmado su actitud controladora.

Parecía.

Un día como cualquier otro, Egipto se encontraba en el baño de su hogar preparándose para salir a uno de los pueblos cercanos, la comida en la casa estaba empezando a acabarse y el jardín-huerto que había comenzado aún no era suficiente para cubrir todas sus necesidades.

Se estaba terminando de aplicar delineador cuando por el reflejo del espejo pudo ver al romano, el cual tenía una mirada conflictiva en su rostro, como si hubiera algo que no le gustara, pero no sabía cómo expresarlo.

Había tenido esa mirada por un tiempo ya y el egipcio estaba empezando a cansarse de esta.

Roma, si quieres decirme algo, por favor, solo hazlo —Dijo al tiempo que se daba la vuelta para mirar al contrario cara a cara.

Hubo unos momentos de silencio antes de que, lanzando un suspiro que sonaba resignado, el más alto dijo — Es solo... no creo que debas seguir saliendo, emm, así— Hizo un ademán con la mano, como si intentara señalarle entero.

 Egipto pudo sentir sus alas erizarse, insultado, con una fría voz, preguntó.— ¿A qué te refieres con eso? ¿Qué hay de malo con mi apariencia?

Calma, calma, no me mires así, es solo que... no creo que debas salir con tantas joyas y maquillaje, mi gente... Está empezando a hacerse una idea equivocada, tal vez, sería mejor si... dejarás de llevar tanto encima— El romano avanzo mientras mantenía sus manos frente suyo, como si intentara calmar a una fiera a punto de atacar.

...Roma, tenemos casi un año juntos y decides que este es el mejor momento para "advertirme" de eso, no te creo ¿por qué estás contra mi apariencia de repente? — El tono de voz de egipcio no había cambiado y el único indicio de su leve ira eran sus alteradas alas.

Con un suspiro resignado, el romano avanzó hasta poder sostener en sus grandes manos los brazos del egipcio, comenzando a acariciar suavemente las partes no cubiertas por brazaletes, intentando calmar al contrario.— Si te soy sincero, creí que te darías cuenta solo de eso, no es común por aquí ver a alguien con tantos 'adornos' encima a menos que sea una... no importa— Se interrumpió, tratando de quitarle importancia a lo que quería decir.

Pero Egipto había entendido lo que quería decir.

¿Era eso lo que lo romanos pensaban de él al verlo? La idea le parecía absurda, su gente y él mismo nunca vieron problema en presumir sus riquezas ¿de qué servía tener dinero y poder si no lo presumias un poco?

¿Esta era otra de esas diferencias culturales de las no se había dado cuenta?

Al notar la creciente inseguridad en la cara del egipcio, Roma sonrío de un forma que esperaba ser tranquilizadora. —Hey, tranquilo, no hay de que avergonzarse, cualquiera cometería un error así, conozco a mi gente y estoy seguro que ellos entienden que aún eres relativamente nuevo aquí y no conoces del todo las costumbres...

Soltando uno de lo brazos de Egipto el romano y acarició suavemente una de las alas de Egipto y observó con una rara fascinación el sonrojo que surgió en la cara de otro ante eso—Además, tus alas por si solas ya relucen como el más precioso de los metales, ¿por qué usar simples brazaletes y collares cuando ya posees algo que vale más que eso?

Al final, Imperio Romano ganó y por primera vez desde que puede recordar, Egipto salió sin una sola pieza de joyería encima (ni siquiera un mísero collar le dejo llevar).

Su único consuelo es que el romano le dejo conservar su maquillaje, pero tampoco ayudaba demasiado.

Al llegar al pueblo, no pudo evitar pensar que la gente le estaba mirando más que en otros días y Egipto no pudo evitar sentirse indefenso.

¿Y por qué no se sentiría así? En casi todos sus años de existencia sus joyas le habían servido con una protección, primero contra otros countrys y luego contra su propia gente, no tenerla ahora le estaba provocando un mezclado sentimiento de paranoia y vergüenza.

Haciendo todo lo posible por parecer calmado, Egipto compro lo que necesitaba, incluso consiguió tener pequeñas conversaciones con la gente sin entrar en pánico.

No fue hasta que una niña cualquiera le preguntó inocentemente dónde estaban sus pulseras que no pudo más.

Inventando una excusa se despidió y se dirigió apresuradamente a la entrada del pueblo, una vez allí extendió sus alas y salió volando rápidamente.

No notó las miradas preocupadas que los romanos compartieron ante su actitud y repentina partida.

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Cuando llegó a su hogar sentía que le faltaba el aliento, estaba temblando y por momentos juraba que empezaría a llorar.

No entendía qué había sido eso, había estado muchas veces en ese pueblo en casi el año que llevaba ahí y la gente no había sido más que amable con él, ¿por qué entonces ahora se había sentido como si le fueran a atacar en cualquier segundo?

Tan perdido estaba que apenas registró un par de brazos apartando suavemente sus alas y abrazandolo firmemente, lentamente, Egipto devolvió el abrazo.

En ningún momento vio la cara del romano, el cual se veía muy orgulloso con lo que le había provocado al egipcio.




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¿Cuál es la mejor forma de ofender y humillar a la que es, probablemente, la cultura más vanidosa de todas? Y con esa pregunta, saque todo este capítulo todo chafa.

¿Es extraño que me caigan bien los romanos de fondo? Es decir, todos son su propio nivel de hdp en su vida diaria, pero todos quieren a Egipto, porque a diferencia de I. Romano él si les voltea a ver. Y aunque den malos consejos, en verdad creen que están ayudando a Egipto.

Bueno, en fin, espero les halla gustado esta vaina, traeré algo mejor para el siguiente.

Violentometro - Egipto/Imperio Romano [CountryHumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora