HashiMadaMito

3.4K 285 94
                                    

No estaba en condiciones para escuchar a alguien, menos si ese alguien era su padre. La había obligado a estar en un matrimonio por conveniencia, sólo para que el clan Uzumaki tuvieran un lugar donde quedarse y estar seguro.

Al principio se rehusó, hasta trato de escapar. Pero no lo logró y no tuvo más remedio que ser el papel de la esposa prefecta e idiota. Además de ser un contenedor de un zorro bipolar con 9 colas.

Pero estaba cansada y también avergonzada, al mismo tiempo que se encontraba dolida por culpa de su «esposo»

Todo empezó cuando llegó a su casa, había salido para hacerse un chequeo de rutina con la partera. Estaba embarazada por 4 meses, no sabía como sentirse al respecto. Porque debería estar feliz de cumplir el papel de madre, pero al mismo tiempo se hayaba nerviosa por lo que pensaría Hashirama.

Había dos opciones: 1) Feliz de que sería papá y 2) Triste ya que su amante no podía quedar en cita.

Es que no era idiota y siempre sentía otro chakra que no era el e su marido, en la ropa de este y lo podía reconocer muy bien. También sabía que esas «salidas» de amigos al río no eran normales y menos si llegaban a la madrugada del siguiente día.

Mito suspira, no se hace más bolas en la cabeza y decide subir  su habitación, pero antes de pisar el primer escalón sentía el chakra de esos dos bastardo. Mito no sabía si dejarlos solo, amarle un teatro y terminar con esa falsa o pasar desapercibida y ver que tanto hacían esos dos, si sus «sospechas» eran ciertas.

Decidió por la tercera, la curiosidad pudo más que ella. Trata de ocultar su chakra lo mejor posible y rezarle al que este arriba, no importaba si era una coneja o un ser supremo. Lo importante para ella era estar bien oculta y subir para ver que tanto hacían ese par.

Para su suerte, la puerta no estaba de todo cerrada. Se podía ver un poco lo que pasaba adentro, es que ella ya decía que esos dos no eran tan inteligente como pensaban todo el mundo.

Mito trata de no hacer ruido y se asoma por la pequeña abertura que ofrece la puerta. Lo primero que escucha es la voz del puerco espín pidiendo a su esposo que fuera despacio, que la otra vez fue muy rústico.

Mito se sonroja al escuchar y decide ver. Total, tal vez ella era una mal pensaba y mal-interpreta la amista de Hashirama  con Madara.

Pero al asomarse, se da cuenta que su intuición da miedo. Porque ve a los dos desnudo en el suelo, por lo menos los muy hijos de ***** respetan su cama. Lo que más sorprende de todo a la peliroja es que su esposo sea el que da y no el que recibe.

Podía ver la piel canela de su esposo todo perlada por el sudor y como se sonrojaba cada vez que le demostraba a Madara su poder. Sin dejar de lado al otro, lo veía todo sonrojado y mordiéndose los labios, pero también pudo ver como se llevaba una de sus manos para morderla y no grita el nombre de Rampuzel.

Mito se queda anonadada por la escena que ve, nota como Hashirama se lame uno de sus dedos y luego lo lleva a la boca de Madara para que él haga lo mismo. El cabello azulado obedece y lame como si fuera la parte inferior de su amante.

La Uzumaki con el corazón acelerado, trata de irse sin hacer ningún ruido. No sabía como estar, sentía enojo y al mismo tiempo un placer con un morbo de ver eso.

Sale de su casa, sin ver donde iba y a pocos metros choca con Tobirama,  la sujeta entre sus brazos  antes de que se cayera al piso.

— ¡Mito! — saluda un alegre Izuna que iba con él y usando una yukata, le quedaba demasiado bien. Hasta apostaba que parecía más a un Kimono — ¿Has visto a Madara?

La pelirroja abre la boca como un pecesito, no sabía que responder a la pareja menos rara pero la más sincera que hubiera conocido en su vida.

— De seguro que está con mi hermano — responde Tobirama a su pareja y suelta a la Uzumaki con cuidado — Por cierto Mito, ¿ cómo te fue con la partera?

Izuna la mira emocionado y le pregunta — ¿Es niño o niña?

Mito sólo pestañea varias veces y por fin pudo encontrar voz para hablar — Es niña y no he visto a esos dos idiotas. Pero mejor vamos a comer ramen, es que me dio antojo.

Tobirama mira a Izuna que asiente y ambos deciden acompañar a la futura madre a cumplir su antojo, los exámenes Chunin tendrían que esperar.

* * * * * * *

Mil gracias por acompañarme estás historias. La verdad pensé que iba a tardar más en tener lectores, esto es algo grande para . Ya que adoro el Izutobi y adoro a Tobirama, entonces me daba miedo de escribir de ellos dos. Pero como dicen una youtuber que me encanta: De los cobarde no se ha escrito nada! Gracias por todo!

Hokage Donde viven las historias. Descúbrelo ahora