Satisfied [Aosaku] 💔Terminado💔

💔II💔

Atención: si ya sabes que sucederá en este capítulo, por favor no comentes nada al respecto, pues estarías arruinando la lectura de aquell@s que no saben que pasará. Gracias por la atención.

Me acuerdo de esa noche creo que lo que hice ahí no podré olvidar...

Y de aquellos soldados que se tropezaban para nuestro elogio ganar...

Me acuerdo de las luces de aquel sueño al que no quiero regresar...

Pero Daiki, tu rostro es algo que no podré olvidar...

POV Ryo:

La luna estaba en lo alto, iluminando todo con su brillante luz. Principalmente aquel edificio en donde se llevaba a cabo un baile para aquellos soldados solteros que habían regresado de la guerra, habiendo vencido en el campo militar. Donceles y mujeres iban de un lado al otro, halagando a los apuestos hombres que reaccionaban a sus encantos, buscando atarlos a ellos de por vida, pues, siendo miembros del ejército, estos eran de alta clase y contaban con un bien monetario bastante alto para darles una vida llena de lujos.

De entre todos aquellos, me encontraba yo.

Sakurai Ryo, me llamo. Tengo 20 años, soy soltero y muchos dicen que soy de buen parecer, mas no creo serlo. Mi cabello es castaño y corto, tengo grandes ojos de un profundo tono avellana, mi piel es tan blanca como la porcelana y mi cuerpo tan menudo como un modelo de profesión. Pero, según muchos de los soldados que han intentado coquetearme, mi sonrisa encantadora fué lo que los hechizó. Si bien, incluso mi padre había mencionado aquello resaltante en mi, no creí que funcionara tan bien. Sin embargo, pese a que captaba la atención de muchos hombres, ninguno era de mi agrado. La mayoría me veía como si fuese un pedazo de carne o un objeto del cual presumir y eso ni el dinero lo quitaba. Con copa en mano caminaba por todo el salón, saludando a mis donceles amigos o a las chicas que conocía y fué entonces, que lo vi.

La luz del candelabro de cristal en el centro del techo, hacía magia con él. Su piel morena, sus cabellos azules, era simplemente maravilloso a la vista. Estaba a varios metros de donde me encontraba, hablaba con un par de chicos a los que reconocí como el hijo menor de los Kagami y el único varón de los Kise, pero, eso no fué impedimento para que voltease a ver de reojo hacia donde me encontraba.

Lo profundo de esos azulados ojos me hipnotizó de inmediato. Sonreía con encanto, aún sin voltear del todo, llenándome de nervios que incrementaron al notar como se despedía de sus amigos y caminaba hacia mí.

Ya nunca fuí igual...

La mente ideal en un marco real.

Y cuando al pasar, nos pudimos saludar, me paralicé, mi nombre olvidé ¡Un juego no es!

-...Hola...—Le oí decir con una voz tan varonil que me sentí derretir.

-...H-Hola...—Tartamudeé, nervioso, no creyendo que de pronto se me había acercado, aprovechando esto, pude notar que llevaba una pequeña cantidad de vello en su mentón, una leve barba que lo hacía ver más atractivo de lo que ya era.

A mis oídos llegó entonces la suave melodía de una nueva canción, con las que varias parejas ahora bailaban en la pista. Le vi desviar la mirada hacia ese lugar por unos segundos, antes de volver a mirarme y sonreír más.

-...¿Gustas bailar? —Me preguntó, extendiéndome una mano, lentamente.

Dios, tenía tantas ganas de decirle mi nombre, mas su encanto parecía haber hecho mi cerebro de espuma, pues no podía recordarlo. Mis mejillas estaban ardiendo ¿Me sonrojé? Al parecer así era.

-...S-Sí...—Contesté y tomé su suave pero fuerte mano, siendo halado levemente hacia la pista de baile en donde las demás parejas ya tomaban posición para iniciar.

Al parecer no iba a ser tan mala esa noche...