En un año (Juliantina) PAUSADA

Capítulo 3

Es tan difícil disfrutar de las cosas positivas, cuando piensas tan negativo…

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Una semana, eso llevo cuidando de Valentina… cada día se me hace más fácil, su madre mintió cuando dijo que no hay días buenos, hoy lo es. Porque he logrado hacer que salga de su habitación, estamos en la terraza. Yo estoy sentada en una silla, mientras Valentina está en la silla de ruedas, me hizo colocarle unos lentes de sol. Aunque no está haciendo nada de sol… ni un poco, pero hasta quiere que le ponga protector solar. Está demente.

_ Que no lo necesitas, estás muy blanca_ le dije con los ojos entrecerrados, ella se quejó tomando de su jugo_ además, estamos en invierno y traes tu abrigo puesto_

_ El frío también quema señorita Valdés_

_Ajá_ continúe tomando de mi jugo, mirándola de vez en cuando, ella inhaló aire mirando a su alrededor, a veces quisiera saber que pasa por su mente. Tal vez así la entendería_ ¿en qué piensas?_ le pregunté dejando mi vaso encima de la mesa.

Ella se quitó los lentes, para luego mirarme _ en que para estas fechas, estaría esquiando. Tenía todo planeado, saldría con esos que decían ser mis amigos_

Tragué seco sin saber que decir _ tengo entendido que los apartaste_

Valentina negó con una sonrisa triste_ eso es lo que dije, en realidad ellos lo hicieron. Nadie se quedó cuando más los necesitaba, y yo siempre estuve ahí para ellos_

Reí con amargura, puedo entender eso. Pasé por lo mismo, pero no voy a agobiarla con mis cosas _ sabes que en las buenas todo el mundo está, en las malas sólo están los que quieren_

_ y resulta que nadie quiso estar_ hizo girar la silla para darme la espalda, se colocó los audífonos. Puedo escuchar sus sollozos, la dejo hacerlo. A veces llorar nos hace bien, pero lo que pensé que sería un día bueno, no creo que vaya a terminar muy bien que digamos. Ella estaba más animada, pero de la nada se puso así, es triste como su estado de ánimo puede cambiar de la nada_ quiero volver a la habitación_

Me levanté de inmediato, para ir a su lado, mientras ella va en su silla, le hice señas a los guardaespaldas. Para que me ayuden a subirla a la cama. Una vez estuvo en su cama, me senté frente a ella como todos los días, mientras llora sólo la observo con el corazón hecho bolitas _ Piensa en algo que te haga feliz, eso me ayuda_ le propuse, logrando llamar su atención.

_ Eso me va a torturar más, pensar en algo que no puedo hacer_ se limpió las lágrimas, su nariz está roja_ pero si pudiera hacerlo, tocaría el césped húmedo, sentir como los dedos de mis pies se entierran en la nieve. Poder dar vueltas, dar saltos. Hacer todo eso que hacía antes. Hay veces en donde me despierto, toco las cobijas en busca de mis piernas. Esperando a que estén ahí, a que sólo haya sido una pesadilla. Pero sólo toco el vacío, es frustrante_ se rió, por fin mirándome, dándose cuenta de que estoy llorando_ ¿Por qué lloras?_

_ perdón_ le dije, abanicando mis ojos para calmar mis lágrimas, no puedo hacer eso frente a ella_ ya vengo_ salí casi corriendo hacia la cocina, una idea me llegó a la mente, espero que le guste…

_ Joven. Pero dígame que busca y la ayudo_ me dijo Margarita en cuanto me vió rebuscando en toda la cocina, pero tampoco se lo que busco…

_ ¿Tienen bandejas qué sean un poco hondas?_  ni siquiera lo pensé cuando sacó una bandeja justo como quería, salí corriendo de la casa. El jardín está repleto de nieve, así que no será difícil…  lo que es difícil, es llevar la nieve dentro de la casa sin que se derrita de inmediato, supongo que si echo bastante, va a durar más…_ puta madre_ maldije llenando la bandeja, esto está congelando mis manos. Pero espero que valga la pena, la llené hasta el tope. Para luego ir a la habitación de Valentina, con cuidado de no dejar caer una sola pizca. Las señoras me siguieron, creo que quieren ver lo que haré.