Capítulo 4

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Los que se empeñan en decir que es imposible o qué no podrás hacerlo, que se alejen para que vean como lo haces...
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Dos semanas exactamente… dos semanas y un solo día bueno, se que dije qué los días buenos destacan.

Pero estoy empezando a creer lo contrario, no me gusta ver a Valentina así. Tan desanimada, ya he intentado de todo. A penas me deja bañarla, es un poco incómodo. Trato de ser profesional, y no presionarla mucho, hay veces en las que quiero sólo dejarla en el baño y salir corriendo de esta casa. No lo hago, porque por alguna razón le tengo aprecio.

_ déjame terminar de cambiarte el vendaje_ le pedí cuando estuvo acostada en la cama, sólo asintió tapándose el rostro con la almohada. Siempre hace eso, creo que no le gusta ver como le cambio el vendaje. Solté un suspiro, acomodando mis guantes para ver. Las amputaciones están por debajo de sus rodillas, la cicatrización va excelente. Se ve todo en orden, al igual que los hematomas en su abdomen y el golpe en su cabeza, ya le he retirado el vendaje de ahí, no creo que lo necesite. De igual manera hay un doctor que viene cada dos días, le toma muestras de tejido y no sé cuántas cosas más. No me deja estar durante el examen, además. Hoy estaba en el hospital, no sé que le hicieron. Pero desde que regresó está más insoportable que todos los días_ ¿Quieres comer algo? Te han reducido la dieta y el doctor ha dicho que puedes comer helado_ le dije tirando los guantes en el bote de basura, sonreí de oreja a oreja al ver que se quitó la almohada, volví a ver ese brillo en sus ojos azules.

_ ¿puedo comer helado de chocolate con maní?_ me preguntó, se emociona como si fuera una niña pequeña. De igual manera asentí, logrando hacer que ella aplauda frenéticamente, no sé cómo piensa comer helado con el frío que hace.

Aún así llamé a los guardaespaldas, quienes la colocaron con cuidado en la silla de ruedas. Ella se desplazó hacia la cocina con mucho entusiasmo, apresuré el paso para ir tras de ella.

_ Margarita ¿hay helado?_ ella negó con una sonrisa triste, sentí un nudo en la garganta al ver como cambió el ánimo de Valentina. Mierda_ hey, pero puedo ir al centro e ir por helado. O puedes venir conmigo_

La castaña se rió, como si estuviera bromeando_ ¿ir contigo? ¿saldré así? ¿Sin putas piernas?_ se volvió a reír, yo la miré con el rostro serio. Para que sepa que no estoy bromeando.

_ Si, vendrás así. Tienes manos Valentina, tienes salud. Puedes ver, saborear. Es todo lo que necesitas para comer helado_ me agaché a su altura, sujetando sus manos_ hay muchas personas que no pueden ni siquiera ver, que no sólo le faltan las piernas, sino también los brazos. Se morirían por tener las facilidades que tienes, así que nunca seas mal agradecida. Dios no te da batallas que no puedas luchar, está en ti saber como jugar tus cartas_

Me está mirando, sus ojos están aguados. Parece que lo único que hace es llorar, me duele verla así_ ¿Y si me ven y se burlan de mí? No lo soportaría Juls_ sonreí por la manera tan tierna en la que me llamó.

_ Si lo hacen, sólo levantas la cabeza y sonríes. Jamás dejes que las opiniones de los demás te afecten, es muy fácil burlarse desde lejos sin saber por lo que los demás están pasando, así que sólo se fuerte e ignora si puedes hacerlo. Dales una lección moral_ le dije besando cada dorso de sus manos, quiero que venga conmigo. No ha salido de casa desde su accidente, si logro hacer que lo haga, me sentiré plenamente feliz. Siento que justo ahora es lo único que necesito, después de la muerte de mi madre, Valentina a estado ahí para mí de cierto modo. Aunque ella no sabe nada acerca de mí, a sido bueno tener compañía…

_ bien, tú ganas. Pero necesito un abrigo, guantes y mis lentes de sol_ negué divertida, dice que ama el frío, pero quiere andar cubierta hasta el tope_ corre, antes de que me arrepienta_

En un año (Juliantina) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora