Volviendo a un principio: Porque ya era hora de tomar decisiones propias.

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Harry había pasado por varias injusticias a lo largo de su vida, con eso de Voldemort, Mortífagos, profecías, basiliscos, Torneos; bueno, ya se entiende. Pero su peor problema, por más que no se pudiera creer, empezó luego de vencer al Señor Oscuro. Sí, se casó con Ginebra. Y sí, tuvo a sus tres adorados hijos. Pero también se encontró con un mundo rutinario que no coincidía con su vida, descubrió cosas como el adulterio y, una de las cosas más reveladoras: que a él le gustaban los hombres. Descubrió lo que era el divorcio, en consecuencia, también lo que era perder a su mejor amigo y lo que se sentía que se llevaran a su hijo mayor para crecer con su madre sin posibilidad de verlo. Comprobó que ser padre soltero, gay y Auror; no era nada fácil, pero que se podía lograr. Harry no la había tenido fácil, y a pesar de que le gustaba su vida ahora, solo con sus dos hijos más pequeños, a veces se ponía a pensar sobre su vida; su aislamiento. Llegó a un momento en que reconsideró todas las decisiones en su vida y se preguntó varias veces que habría pasado si habría ayudado a Draco Malfoy esa vez que le siguió al baño, o si le hubiera dado la mano en el tren a Hogwarts o si no sería mejor para sus hijos que él siguiera con la chica Weasley, ignorando sus gustos y saliendo de su aislamiento. Sí, se había preguntado un montón de cosas a la edad de treinta y tres años; pero ese día fue diferente.

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Lily y Albus estaban rindiendo su segundo y cuarto año en Beauxbottoms, Potter no quería que sean abusados por sus primos Weasley en Hogwarts y Durmstrang le había parecido muy cuadrado para la enseñanza que quería para sus hijos. Él, por su cuenta, había dejado atrás la casa de Godric’s Hollow junto con Ginebra y había remodelado completamente Grimmauld Place, haciéndolo un sitio habitable e increíblemente efectivo. Aquel día se levantó con ganas, tendría que ir en una misión y estaba eufórico porque los últimos días había estado haciendo todo el papeleo de misiones anteriores. Se estiró, duchó, desayunó y fue al Ministerio por la entrada de visitas; odiaba ir por los baños. Oliver Threworks, el Jefe de Aurores al que Harry le cedió el puesto por ser más eficaz que él para el liderazgo, lo recibió lleno de entusiasmo; al azabache le hacía acordar a Collin Creevey, muerto en la guerra.

-¡Harry! ¿Cómo estás?- Dijo efusivamente.

-Bien, Oliver, todo tranquilo- Respondió Harry calmadamente comparado a su Jefe.

-¡Qué bien! Tu grupo sale en cinco minutos, espero que estés listo. ¡Ah! ¡Hola, Lyon!- Y así fue a acosar a otro de los Jefes de Escuadrón como Harry. Este se fijo que todos sus subordinados estuvieran en perfectas condiciones y repasó el plan con el resto del grupo. Era una misión simple, solo unos traficantes de pociones ilegales; habían descubierto su ubicación hace unos tres días y desde entonces el caso se le fue dado a Potter, quien enseguida realizó algunos planos y maniobras específicas.

-Los equipos B y D, los quiero en todas las posibles rutas de escape- Dijo, mientras señalaba ciertas aéreas en el mapa improvisado –Equipo C, quiero que se encarguen de petrificar o inmovilizar a los agentes secundarios o aquellos que intenten intervenir; estarán delante del Equipo A, quienes vendrán conmigo a la Sala de aquí- Señalo una de las Salas más grandes –Se supone que allí se reúnen las cabezas de todo aquello. ¿Listos?- Todos asintieron –Pues qué esperan, ¡todos a la Sala de apariciones! No quiero a nadie sin su traslador de emergencia- Los Aurores empezaron a desaparecerse en grupos de cuatro, Harry esperó a que todos estuvieran fuera para desaparecerse a  sí mismo.

El lugar era frió y deprimente, los traficantes estaban en el sótano de una fábrica muggle abandonada. Harry vio cómo B y D se acomodaban en sus posiciones; el primero al lado de los ventanales, el segundo en las puertas. Hizo la seña correspondiente y el equipo C se fue deslizando hasta la entrada; ya habían entrado, el A avanzó y también entró. Los hechizos volaban para todos lados, desde ‘Confundus’ hasta ‘Avadas’ por todo el lugar, gente desesperada; el aire pesado por los distintos vapores de todas las pociones.

Reviviendo una vida: Harry Potter y la Piedra Filosofal. Más adelante Drarry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora