Clases de Vuelo.

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N/A: Ho-Hola, qué tal muggles? Espero que estén disfrutando mucho mi fic; hoy escribo especialmente para mis dos nuevas betas: LyraBlack019 y LadyCountess.

Muchas gracias por su ayuda! :D

Bueno, ahora los dejo leer; bye-bee! (/ouo)/

Cuando era un niño, Harry creía que Dudley era la peor persona en esta tierra; luego fue a Hogwarts y descubrió a Draco Malfoy. Al principio pensó que era increíble que el chiquillo fuera incluso más detestable que su primo, pero cuando volvió de aquel maravilloso año, se dio cuenta que estando encerrado en la casa de sus tíos podría incluso confesar que extrañaba las peleas matutinas con el rubio, y que este era un pan de Dios comparado con el pequeño Dursley. Luego creció más, Dudley se disculpó con él cuando tuvo que marcharse y supo que ya no era tan malo; los años siguieron pasando y, hasta que no se encontró en el peor momento de su triste vida, no supo quién era la verdadera, horrible y peor persona del condenado planeta: Weasley, Ronald Weasley. Porque él jamás olvidaría aquel día; no lo olvidaría ni por él, ni por Hermione.

-Flash Back-

Harry estaba cansado, realmente cansado. Ayer había hablado con Ginebra sobre el divorcio, y se lo tomó como Voldemort se tomaría que alguien venga y bromee sobre su falta de nariz: muy, MUY, mal. Le había arrojado todo tipo de cosas, le había llenado la cabeza a James diciendo que él la había engañado con una secretaria, omitió la parte de que ella comenzó el juego del engaño con Zacharías Smith y que no había sido con una secretaria sino que con Anthony Goldstein, que los quería abandonar para fugarse del mundo y que él pensaba que sus hijos habían sido mero accidente, cuando la única que casi aborta era ella sola, porque si no fuera por el entusiasmo de Harry de tener un hijo ella lo hubiera hecho, Ginny lo hubiera abandonado o matado; lo peor de todo era que James Sirius Potter le creyó y ahora le odiaba.

Estaba sentado en el sillón de su casa con su tercer vaso desbordante de whiskey de fuego en la mano, Lily y Albus, quienes se negaron rotundamente a dejar a su padre, estaban durmiendo arriba. Ginny y James se habían ido a La Madriguera y Harry ya había tenido que destruir tres Howlers y crear una casilla de odio para los Weasley's enterados; la verdad era que no sabía qué hacer ahora. El futuro respondió por él y las llamas de su chimenea flamearon de un fuerte verde.

-'¡Déjame pasar, maldito bastardo!'- Harry fregó su mano por su cara, desapareció su vaso y suspiró; era la hora de enfrentar a sus amigos. Deshizo el Fidelius y los dejo pasar, aunque antes colocó un hechizo silenciador en la sala, no quería despertar a los niños. Pronto Ronald Weasley, con su imponente altura, túnica de Auror, cabellos enmarañados, y rojo de la ira entró junto a su reciente y alterada esposa, Hermione Weasley.

-¿¡Cómo te atreves a engañar así a Ginny?! ¡Con lo que ella hizo por ti!- Rugió Ron.

-Ella no hizo absolutamente nada por mí, Ron. Empezó a tener una aventura con Zacharías mucho antes de que yo supiera qué significaba eso; si yo me hubiera acostado o no con otra persona solamente nos traería acá de nuevo- Dijo Harry, demasiado cansado como para discutir.

-¡Pues dile eso a mi madre a ver si te entiende, ramero!- Gritó en respuesta.

-Harry, esto está mal. No debería haber terminado así; ustedes dos eran almas gemelas- Decía Hermione convencida y angustiada.

-¡Almas gemelas las bolas de Merlín!-

-¡Ronald, por favor!- Pidió.

-¡No, Hermione, nada de 'Ronald'! Él es una asquerosa y rastrera basura, ¡es mi hermana, por el amor a Morgana!- No importaba lo cansado que estuviera, no dejaría que lo insulte de aquella manera por más tiempo.

Reviviendo una vida: Harry Potter y la Piedra Filosofal. Más adelante Drarry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora