Capítulo II: Run fast (*)

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Tipo de narrador: Tercera persona

Liz se encontraba en su habitación escuchando música del cassette de The Clash y leía atenta el último libro de la saga de Anne of green gables, se sentía tan melancólica con las ultimas paginas que le faltaban, literalmente llevaba seis meses obsesionada con Anne Shirley, y ahora estaba a nada de acabar el sexto libro

Además de que Will la había invitado a que vieran juntos la película, y Liz tenia la regla de oro de no ver la película hasta acabar el libro, y aun le faltaban como veinte paginas, y ya se le había hecho tarde

Sin embargo su libro fue interrumpido cuando su madre tocó la puerta, la menor murmuro un <<pase>> por lo que su progenitora la abrió su puerta

—Elideth— Maddie se recargo en la puerta de la habitación de su hija con los brazos cruzados— tenemos que hablar — el tono de Maddie era demasiado serio.

—¿Qué pasó?— pregunto Liz mientras apagaba la radio y se acomodo en su cama cerrando el libro

—Estaba limpiando el baño y en el cajón de abajo del lavabo— la voz de la señora Mortenson ahora era temblorosa— el paquete de toallas higiénicas de hace dos meses aún no lo haz abierto...

—Si, sabes que soy irregular con el período, no he reglado en dos meses— la voz de Liz era normal y sin entender.

—¿No estás...?— Maddie paso sus manos por su estómago simulando una barriga grande, lo que causó que su hija estallará en carcajadas.

—¿En serio?—pregunto mientras regulaba su respiración.

—¿Me ves con cara de estar bromeando?— pregunto con ambas manos en la cintura.

—Mamá, tu y papá casi me tienen con cinturón de castidad cuando salgo con Will o el viene aquí— Liz rio.

—¿Entonces porque vomitaste anoche y hoy en la mañana?— volvió a preguntar Maddie.

—Porque anoche me comí cinco rebanadas de pizza y dos malteadas de fresas con helado— Maddie abrió los ojos ante la información de todo lo que había comido su hija anoche— eso fue demasiado para mi estomago

—¿Segura que tú y Will... no?— la mayor hizo una mueca extraña mientras volvía a su libro

—Mamá, soy más virgen que el aceite de oliva que tienes en la cocina— Liz rió mientras volvía a su cama.

Maddie suspiro un poco mas aliviada mientras se levantaba de la cama de Liz para irse, sin embargo se detuvo ante las palabras de su primogénita

—Además, sabes que no puedo— la menor se encogió de hombros— lo dijo la doctora Torres

Y aquí estaba aquel secreto que las Mortenson compartían, nadie lo sabía mas que madre e hija. Liz siempre tuvo un sistema muy extraño, siempre tiene anemia, teóricamente tiene un soplo en el corazón, pero nunca tiene síntomas, puede pesar casi 70 kilos pero parecer de 45, y sobre todo, la doctora Torres decía que podría tener problemas a futuro, ya que si llegaba a tener un embarazo, era muy probable que el feto tuviera osteogénesis imperfecta o anencefalia, por lo cual era mejor evitarlo a toda costa

—No, la doctora Torres dijo que llevando un control y un tratamiento...

—No me interesa ningún tratamiento a futuro solo para poder tener descendencia— la rubia levanto la vista de su libro— ¿has visto como quedas después de un embarazo? engordas, tienes cambios de humor, estrías, y se te caen los pechos. Yo no quiero ser gorda y deforme

—Oye, yo tuve dos embarazos y no soy gorda ni estoy deforme— protesto Maddie ligeramente ofendida

—Y aun así te atreves a pensar en tener otro engendro del diablo en la panza— Liz miró a su madre con una mueca

𝐄𝐋 𝐔𝐋𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐄𝐗𝐏𝐄𝐑𝐈𝐌𝐄𝐍𝐓𝐎 |Stranger Things| [Will Byers]© ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora