Siempre serás tú (STONY-GENDER)

18. Expectativas

Al día siguiente, Steve se quedó pensando en lo que había pasado la noche anterior. El olor de Tony aún anegaba las sábanas de su lecho y esto llenaba su mente de palabras y caricias que le recorrieron el cuerpo en un toque eléctrico.
Se sentía completo, feliz, extasiado y enamorado de Antonella Stark; quería verla siempre a su lado y protegerla de todo y de todos quienes quisieran lastimarla. Mientras más recordaba a la chica morena, más afortunado se sentía.

Era increíble cómo la fatalidad, en cierta forma, los había unido y a pesar de las diferencias que obviamente se presentaban entre ambos, sus mentes y cuerpos se fusionaron para tener la mejor noche de su vida.
Pero entonces, se le vino a la cabeza lo que había hecho antes de eso, en la fiesta: la proposición que le hizo a su asistente Peggy ante tantas personas; ¿cómo carajos iba a solucionar eso? Debía ser sincero con ella y arriesgarse a perderla tanto en el trabajo como en su vida personal; sea como fuere, Peggy siempre había sido una persona leal a él, leal a sus convicciones y leal a la empresa. Nunca había dado problemas de ningún tipo y lo había apoyado en las decisiones que tomaba cuando de hacer avanzar a la empresa se requería.

Pero no la amaba... nunca la había amado. Desde que la conoció siempre la consideró una hermana y una amiga muy cercana y querida; y aunque alguna vez le había dicho que probablemente con el tiempo las cosas pudieran cambiar entre ellos, eso nunca pasó. Así que en cierta manera, jamás le mintió ni le dijo nada que pudiera hacerla dudar de lo que le refirió con anterioridad.
Aunque al parecer ella nunca había quitado el dedo del renglón con respecto a su amor por él, pero tendría que romper su corazón para que él fuera feliz con la mujer con la que verdaderamente quería pasar el resto de su vida... y si eso implicaba tener que pedir disculpas nuevamente ante ella y el publico, lo haría. 
Se levantó de la cama y se dirigió a desayunar para sorpresa de Nicholas. Estaba decidido.

Por su parte, Antonella Stark se había quedado despierta toda la noche pensando en los besos y las caricias que ella y Steve intercambiaron en la clandestinidad de la noche. Cómo el éxtasis los había sacudido hasta la médula y fue suya como tanto tiempo lo esperó.
Aún temprano por la mañana, llamó a Brenda:

-Hola Tony, ¿está todo bien? -dijo la amiga por teléfono, extrañada de que a esas horas de la mañana su amiga le marcara

-¡Más que bien amiga! Necesito contarte algo...

-Tony, estoy por entrar a una junta...

-¡Por favor Brenda! Si no te cuento ahora, voy a explotar...

-Ok, si en verdad no puede esperar, voy a cambiar el horario de la junta con los clientes y los citaré más tarde

-Te veo en media hora en la cafetería que está por tu oficina

-De acuerdo, ahí te veo

Llegada la hora, ambas chicas se encontraron en el café y comenzaron la charla:

-Entonces, ¿qué pasa? -preguntó Brenda

-Amiga, estoy enamorada... algo mágico pasó anoche y estoy segura de que ahora sí la fortuna estará de mi lado

-¿Steve? 

-Sí, Steve Rogers -parecía que Tony flotaba sobre nubes de algodón -es el hombre de mi vida, Brenda. Ayer pude confirmarlo. Sólo él puede hacerme feliz

-Tony, ¿estás segura de lo que estás diciendo?

-¡Claro que sí! Jamás había estado tan segura de nada como ahora... sólo que...

-¿Qué pasa?

-Ayer mismo le pidió matrimonio a Peggy, su asistente

-¡¿Qué?! Tony, estás loca o quieres que yo lo esté... ¿él corresponde lo que sientes tú o no?

-Sí, me ama también, pero... se comprometió con ella porque yo lo rechacé hace un año

-¿No te parece muy conveniente?

-Ay Dios... ahora se está volviendo otra vez confuso

-Mira Tony, por favor, cálmate y no cometas idioteces. Te recomiendo que hables directamente con él y se expongan todo lo que sienten y lo que planean hacer; si están con suposiciones ninguno va a llegar a la verdad y lo más seguro es que quien saldrá herida (como siempre) serás tú... no quiero volver a verte como lo que pasó con Bruce

-No me recuerdes a ese imbécil...

-Tony, sabes que te quiero como a una hermana, te deseo lo mejor del mundo y me alegra que tu corazón por fin haya encontrado a alguien que valga la pena amar, pero por favor, no te involucres con él por soledad o por ilusiones

-¿De verdad crees que es mejor que lo hablemos?

-Por supuesto, nunca está de más. De frente mejor, así al verlo a la cara te darás cuenta si te miente o no

-Tienes razón... gracias por tu apoyo, amiga mía -tomaba su mano por encima de la mesa -no sabría qué hacer sin tus consejos y sin tu ecuanimidad

-Amiga, te quiero y quiero verte siempre feliz; vamos, acompáñame a ir a la oficina y luego llamas a Steve para ponerse de acuerdo