Cuando pensé que todo había pasado noté que alguien estaba detrás mío, era Cato.
-¿me estabas mirando el rabo?- dijo en un tono borde, aquí estaba, tardaba en salir la chulería que tiene toda esta gente que vive por los juegos
-era muy difícil no verlo, parece que estabas pasando un buen rato con los gemidos del otro- le contesté más borde aún
Esto no le gustó nada, su cara se llenó de furia y me pegó contra la pared presionándome el cuello. Estaba pegado a mí y su polla seguía dura, por lo que chocaba contra mi abdomen.
-¿y qué si era así? el tuyo también parecía contento mirándome- replicó
No lo pude controlar y empecé a ponerme cachondo, eran demasiadas cosas a la vez, su cuerpo, que parecía esculpido, desnudo pegado contra el mío y con la polla dura restregándose contra mi abdomen, era imposible no ponerse cachondo.
Él lo notó, y para mí asombro me agarró el rabo, un escalofrío de placer se extendió por todo mi cuerpo. Comenzó a masturbarme y a mi se me escapó un gemido de placer.
Él sonrió y con un rápido movimiento me dio la vuelta poniéndome de espaldas a él. Me abrazó por la espalda y puso su cabeza en mi hombro para, mientras colocaba su polla en mi culo, decirme: -nadie me habla así-
Entonces de un golpe me metió todo su rabo dentro de mi, sentí cada centímetro, y no eran pocos. El agua de la ducha caía sobre nosotros mientras su polla entraba y salía de mí.
Era bruto, pero noté algo totalmente diferente que con mi superior, el realmente parecía desearme.
No parábamos de gemir mientras nos lo dábamos todo, el me masturbaba mientras me la metía. Era el paraíso.
Debimos montar un escándalo porque al rato el pajero de antes estaba frente a nuestro cubículo masturbandose con nuestra escena.
-oh como me gusta estoooo- gritaba Cato
-dame más cabrón- le decía yo
El aumento la intensidad, eran verdaderas embestidas que daba con furia y ganas.
Pronto noté el líquido caliente dentro de mí, él se dejó caer sobre mi espalda jadeando.
Terminó con un simple -brutal- por su parte cuando su polla aun estaba dentro de mi poniéndose flácida tras la corrida
