Cap ubicado en el cap 7. Después de que Evie y Hades lo hicieran una vez más e.e
Aclaración: No es una continuación del final.
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Luego de entregarse una vez más, Evie se quedó dormida entre sus brazos, agotada, satisfecha, con una enorme sonrisa en sus labios rojos e hinchados. Dejó que el cansancio la venciera, sin molestarse en saber si él se iría o no.
Pero Hades no pudo dormir como ella. La acomodó en la cama, cubrió su cuerpo desnudo. Y se quedó así, sin más, observándola.
¿Era acaso remordimiento de conciencia? En lo absoluto. El Dios no veía el caso en desperdiciar los últimos momentos al lado de la peliazul haciendo un acto tan banal como dormir.
Sus ojos, fijos en el rostro angelical de la chica, no se movieron ni un ápice las dos horas que el sol tardó en salir. Deleitándose con la paz que había en su gesto tranquilo, en los susurros bajos que escapaban de su boca cuando se entreabría, inclusive el leve revoloteo de sus pestañas era algo preciso y precioso de presenciar.
Se reprendería por aquello después. En esos momentos, solamente quiso verla. No, más bien, quiso admirarla. Tan irreal. Tan... hermosa.
¿Fue él consciente de semejante belleza en esa mujer que había hecho suya? No, no hasta ese momento. Lejos de la lujuria inicial, de las ansias de hacerla suya, no se había detenido a hacer algo tan mundano como tomarse el tiempo para apreciar cada lunar, cada surco en su rostro. Cada perfecta imperfección que la conforman.
Ahora, en ese momento, ve su espalda desnuda cubierta por sus hebras azules, la sábana había resbalado hasta su cintura. Evie acababa de girar sobre la cama, lo que ahora le impide seguir detallando silenciosamente su belleza.
Recordar su charla con Mal (en la que ella solamente le gritó), solo hacía que el inevitable sentimiento de partida se acrecentara en su pecho.
Él prometió alejarse de Evie. Tiene que cumplir esa promesa o si no Mal no le volvería a dirigir la palabra. Y, por más que disfrutara pasar el tiempo con la peliazul, era momento de poner los pies sobre la tierra. Su hija siempre será más importante que nada, más importante que cualquier conquista pasajera.
Eso es Evie. No más.
Debe despedirse. Y, sabe ahora, no será tan fácil como lo pensó.
Evie Grimhilde es una chica tan inesperadamente ardiente que ahora le resulta imposible reprimir los deseos de hacerla suya cada que vez que la ve. Caló ondo en su podrida alma y ni siquiera entiende el por qué, pues no es como si hubiesen pasado mucho tiempo de calidad juntos.
Sólo sabe que le encanta tenerla cerca, besarla, tocarla, escuchar su voz.
Acaricia su espalda con sus dedos. Pronto escucha una risita. Ese simple y decoroso sonido lo hace sonreír.
Ella se gira, adormilada, con la mejilla apoyada en la almohada.
—Buenos días— susurra.
—Buen día. Excelente día— responde Hades.
Evie quita el cabello de su cara, sonríe aún más cuando nota a Hades inclinarse para robarle un beso que le roba el aliento.
Hades debe despedirse.
¿Por qué no todo era más fácil?
Mientras la besa, una de sus manos la sujeta y la atrae más a él. No descuida ese contacto ardiente entre sus bocas, necesitando más. Ella, no tan sorprendida de que él quisiera nuevamente hacerlo, deja que sus besos anhelantes y desesperados le vuelvan a robar la razón, y el corazón también.
Quizás... No. Mentalmente se reprende. No podía tomar ese rumbo.
Los besos de Hades la llevan a un punto crítico, ambicioso de más, su respiración siendo insuficiente para llenar sus pulmones, provocando que jadeos y pequeños gemidos salgan de su boca.
—Evie.
Nuevamente, no es necesario decir nada más.
Una vez más, piensa él, sólo una vez más.
Podría castigarse miles años una vez que regrese al Inframundo. Por ahora, lo único que desea, es complacer a la chica, y en el proceso, disfrutar de su calidez otra vez.
Y así, es como él, un Dios, convirtió a esa manzanita prohibida en su más cotizada droga. Por la que, de no ser por su hija, no renunciaría jamás.
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.Espero este pequeño cap haya resuelto algunas dudas del por qué Hades se fue.
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My Oh My... ¦ Havie ¦ Descendientes
FanfictionContenido +18 ¡Lee bajo tu responsabilidad! . . . Él la salvó. Lo admira, lo respeta... lo quiere. Su interés es tan absurdo que lo deja atrás, siendo Hades un imposible. Pero... ¿Qué pasará cuando luego de tantos años se reencuentren? Aún mejor...