Super Mercado

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Siempre me han llamado el hombre de la casa. O más bien, me ha llamado.
En ese entonces vivía solo con mi madre, una familia de 2 que salían adelante a pesar de las circunstancias y nos apoyabamos siempre el uno al otro.

Aun soy joven pero mi cuerpo es de complexión atlética, diría que tengo una fuerza promedio para mi edad pero mi mamá insiste en que soy muy fuerte.
Gracias a eso siempre me pedía ayudarle con las compras de cualquier tipo, ella es una mujer a la que le encanta cocinar y por ello a pesar de solo ser 2 personas que alimentar, compra muchísimos ingredientes para la comida causando que la mayoría de las veces sean varias bolsas pesadas.

Quizás eso solo fue palabrería que no querían leer pero quería ponerlos en contexto sobre lo que voy a contar.

No me gusta ir a los baños de clases, a pesar de que los limpian seguido me dan asco y se que no soy el único, también ese día desayune muy cargado pues a lo madre le encanta que coma bien, y entre ese desayuno estaba un litro y medio de jugo de mandarina, eso y más un litro de agua que suelo tomar durante clases ocasionó que mi vejiga se llenará a tope, no vivía muy lejos de clases y ya había pasado otras ocasiones por lo mismo, solo era cuestión de llegar a casa y descargarlo todo, no podía salir nada mal, verdad?

Tardo unos 15 minutos en volver a casa caminando. Por supuesto que fue un martirio sentir como toda la orina dentro de mi vejiga se meneaba con cada paso que daba y mi madre me educó bien, no iba a orinarme en la calle a lado de un árbol o algo parecido, conozco mi cuerpo y sabía que podía aguantar hasta llegar a casa.
Quizás fue un poco mi culpa, pero cada paso que daba solo imaginaba lo bien que se sentiría soltar todo en la comodidad de mi casa y que cada paso era uno menos para llegar a ese bendito lugar. Obviamente eso hacía a mi vejiga emocionarse y presionar más por vaciarse pero me sentía tranquilo, sabía que todo iba a poder terminar pronto.

Doble la esquina final y pude ver mi casa casi como si estuviera brillando, como si hubiese encontrado un tesoro, di un suspiro y avance más rápido a pesar de que eso hiciera ami vejiga presionar más, pero no me importaba.
Estaba tan concentrado en como me iba a sentir después de descargar toda mi caliente orina en el baño que no me percate de que el auto de mi mamá estaba ahí, encendido y a punto de partir.

Me llamó, me dijo que había una super oferta en el supermercado por unas horas, que por favor le acompañara. No era día de ir por comida, fue algo extraño pero si aún teníamos provisiones suficientes no iba a tardar tanto y tampoco podía decirle que no a mi madre, ha sido la mejor mujer que conozco y no se si me alcance la vida para pagarle todo lo que ha hecho por mi.

Le iba a pedir que si me esperaba un momento entraba al baño pero parecía muy apurada, abrí la puerta de atrás y me metí, no me gustaba ir delante, atrás había más espacio para poder sentarme como yo quisiera.

Trate de calmar mi mente, deje de pensar en que tenía que orinar por un momento, mamá me hacía platica de lo que debía comprar y ciertamente no eran muchas cosas así que todo iba bien, a pesar de que aún sentía la presión en mi vejiga por orinar fue un poco más llevadera.

Llegamos por fin al supermercado, me volví a emocionar de que podía descargar ahí todo, tanto que una pequeña gota salió de mi pene, había olvidado que llevaba bastante tiempo con mi capacidad al máximo así que me relaje y di un suspiro, estaba a punto de salir de él auto cuando mi madre me dijo que me quedara, que me juraba que no iba a tardar nada y antes de que pudiera decir algo salió del auto.
Suelo obedecer ciegamente a mi madre así que me quedé en el auto incómodo por mi vejiga llena de orina, confiaba en ella así que me convencía a mi mismo de que no iba a tardar mucho.
Se que pasaron pocos minutos aunque yo sentí que fue una eternidad aguantando mi orina cuando se me ocurrió mirar alrededor. El lugar estaba lleno, todo el estacionameniento estaba ocupado y la tienda estaba a rebozar, comencé a suspirar pesado pues mi pene estaba ansioso por soltarlo todo.
Ya no soy un niño pequeño, no puedo simplemente hacerme encima y esperar a que mi madre limpie, soy casi un adulto y tengo que controlarme, cosas así me repetía mientras apretaba mi pene con mis manos y movía desesperadamente mis piernas.
Quería ir al supermercado a descargar todo pero si lo hacía posiblemente mi madre vendría de regreso y pararme no era una buena opción, almenos sentado podía aguantar un poco más de lo que en realidad debía.
No sabía en qué pensar, cada vez que trataba de distraerme mi mente recordaba el sonido de la orina cayendo en el baño o de la hermosa sensación al dejarlo salir todo, cruzaba y agitaba mis piernas, apretaba mi pene con una mano o con la otra pero cada vez era más difícil soportar tanto líquido dentro de mí.

omorashi oneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora