Lo siguiente serán transcripciones fieles y textuales de lo que encontré en diversas carpetas de mi abuelo que no habían sido cubiertas como aquellas primeras que encontré, esperando por Dios que alguien encuentre estos escritos y tenga las pruebas necesarias para entrar a esta mansión y disparar a muerte a todos los residentes de esta maldita casa, incluido a mi amigo, o quien un día lo fue, Jonathan Alvin Leicester. O para dar la orden de que esta casa sea quemada, derrumbada o dinamitada.
Asimismo, espero sea suficiente para levantar un acta de búsqueda para mi persona, Jonathan Alvin Leicester y Esmeralda Cienalmas, todos horribles delincuentes que deben ser abatidos apenas verlos. Esperando que nunca más respire ninguno de ellos comenzaré con un breve relato de quién fue el amigo a quien tanto escribía mi abuelo: el asqueroso científico Elías Walton.
Este fue un hombre abyecto y vil, que, en su obsesión por prolongar la vida orgánica de un ser humano hizo experimentos con cadáveres frescos y cometió asesinatos por su trabajo científico. Uno de sus ayudantes de laboratorio, mismo que sería asesinado tiempo después de lo sucedido con Walton presuntamente por haberlo delatado a la policía hizo un seguimiento más detallado, pero mi abuelo había transcrito su método y le hizo una carta de admiración antes de la desaparición de Walton:
Querido colega.
Mi nombre es Ricardo Almanza y estoy maravillado por vuestro trabajo. He estudiado en profundidad su método, y gracias a la merced y volición de progenitores míos, soy versado y entiendo vuestras anotaciones, no obstante, creo haber descubierto algo que le interesara sobremanera y que detallaré si acepta venir hasta morada mía en el pueblo de...
Congratulaciones de su amigo Ricardo.
Junio de 1612
Esta carta estaría datada hace doscientos años, y bien uno pensaría que se tratara del primer Ricardo Almanza, y los demás serían descendientes de él, sin embargo, los textos continúan con otra misiva enviada a Walton, presuntamente del tiempo en que ellos ya eran amigos.
Mi estimado amigo Elías.
Ya he puesto en marcha el prototipo del proyecto, aunque aún creo que las sales son mejor siendo de cobre que de hierro por su capacidad de anfótero. No obstante, si aún conservas consciencia te espero en casa con el cuerpo de este deportista, esperando sea de tu agrado y no tanta incomodidad regresar a la adolescencia.
Saludos. Ricardo.
Los demás eran planos y fórmulas escritas tanto en sucio como en cuadernos foliados, algunos de ellos con sellos rotos de importantes revistas científicas.
A los señores Walton y Almanza.
Lamentamos informar que vuestro trabajo no es de interés para los hombres de ciencia que componen al jurado de estos concursos. Las materias tratadas en vuestros artículos son ignominiosas e irreales; esperamos que pueda consultar a un facultativo que atienda vuestras escaramuzas.
El trabajo que le seguía a este era un pequeño abstracto del trabajo de Walton y los resultados que presentarían en una tesis de ciento setenta y dos páginas, mismo que fue rechazado en la carta transcrita anteriormente.
Método de conservación orgánica a través de las sales animosas.
El siguiente trabajo explica con sumo detalle el procedimiento seguido por el Dr. Elías Walton y su ayudante el Dr. Ricardo Almanza a través del cual han logrado que las funciones de consciencia de un individuo se prolonguen incluso después del estado de muerte orgánica. Esto a través de una infusión producto de la incineración de rocas volcánicas donde crecen las flores conocidas como Campanas de Oro.
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Ricardo Almanza: Inmortal
Ciencia FicciónDespués de la defunción de su abuelo, un afamado biólogo, el protagonista hereda su casa: una hermosa mansión en medio de una vereda, misma que es temida en el poblado cercano pues, se dice, allí su abuelo practicaba magia negra. Cuando el protagoni...