Soledad

71 5 48
                                    

= Tokio =
Estadio Olímpico de Tokio.

El grupo de personas reunidas en el túnel de salida aún tenían los ánimos encendidos, cualquier descuido sería suficiente para continuar la batalla campal que habían podido apasiguar momentáneamente con la llegada del par de porteros que retenía al par de participantes en la espera de los guardias de seguridad.

- ¡¿Pero que hace Maki aquí, cariño?! -
Preguntó Wakashimazu asombrado e incrédulo al verla frente a ellos, retenida de un brazo por el portero Wakabayashi.

- ¡Solo vino a poner de cabeza la vida del fortachón! Escuché gran parte de la discusión ¡ella vino a buscar pelea! Se aprovecha porque él es incapaz de hacer algo en contra ella...pero no contaba con que yo estuviera aquí... ¡Deberías de soltarme, amor! Apenas estaba empezando - Contestó Aiko mirándola con furia.

- ¡Wou, wou, wou, wou! Tranquila cariño, respira profundo...
Creo que el Capitán ya le ha dejado muy en claro su postura...y ya que estamos aquí y utilizando el momento; Maki...nosotros también te pedimos no vuelvas más a asomar tu cara por aquí...evitate y evitamos problemas - Pidió el portero de largo cabello abrazando a su novia tratando de tranquilizarla, justo en el momento en que un par de guardias llegaban.

Wakabayashi ajeno a la problemática, escuchaba y armaba mentalmente el rompecabezas del asunto, entregando a la chica a los uniformados, dándoles instrucciones estrictas de escoltarla a la salida y negarle la entrada en la posteridad.

- ¡Maldita Aiko! Si no hubieras intervenido Kojiro me habría escuchado! - Le reclamó mientras empujaban de ella.

- ¡Si no mal recuerdo él ya había destruído cualquier esperanza que tuvieras de regresar a su lado cuando yo llegué! - Arremetió la chica.

Wakabayashi se limitó a mirar y escuchar sin decir una sola palabra, creía estar entendiendo cual era la extraña situación, así que no profundizó ni pidió más detalles.

Para entonces el delantero nipon llegaba al living del Mitsuii Garden Hotel pidiendo la llave de su habitación en la recepción, envuelto en insertidumbre de lo que pasaría al tener a su chica frente a él nuevamente ¿qué le diría? ¿quién hablaría primero? ¿creería en sus palabras?
Tocó la puerta antes de abrir, sabía que no estaría sola, Kaori había estado con ella en ese momento y conociéndola no la dejaría sola ni un instante...con toda certeza ella sería su enemiga ahora "¡Vaya! Con el tiempo que me había tomado convencerla de que me aceptara como novio de su mejor amiga" se lamentaba para sí mismo, sabía que no sería fácil convencerlas y volver a retomar sus confianzas.

Respiro profundo por última vez, reunió valor y abrió dispuesto a afrontar de una vez por todas el problema...mientras más pronto mejor.

- ¿Shiori? Por favor escuchame... - Dijo entrando lentamente, mas el eco y silencio del lugar le reveló la verdad...ella no estaba, se había ido.

Miró a su alrededor, todo estaba en penumbras, en silencio...el vestido que esa mañana había usado con tanta ilusión estaba arrojado sobre la cama, sus ropas ya no se encontraban allí...ella lo había abandonado.

Hacia tanto tiempo que no sentía ese doloroso sentimiento de vacío, abandono, soledad...la primera vez cuando murió su padre, después de ello él cambió para protegerse a su mismo, se prometió que no volvería a sufrir por otra persona...¡Qué gran mentira!
Con el tiempo y poco a poco muy a su pesar un número pequeño de personas se había colado en su vida de forma muy cercana, llegando a ser ya parte de su círculo inmediato: El entrenador Kozo Kira casi un padre sustituto.
Ken Wakashimazu, Takeshi Zawada, Sorimachi Kasuki, Aiko Watanabe..."hermanos que nunca pidió" y no lo han abandonado.
Tiempo después Maki, primera chica en su vida, todo parecía en orden a pesar de ser nuevo en el tema de dejar entrar sentimentalmente a alguien en su corazón...hasta su traición, eso lo marcó volviendolo otra vez un intratable ermitaño, desconfiado, osco y antipático; así que las personas que habían entrado hasta ese entonces serían las últimas durante mucho mucho tiempo.
Años después aparecerían Shiori, Kaori, el abuelo Hideaki, la abuela Sayuri, Akari...personas que le hicieron salir de su coraza nuevamente demostrándole que no todos eran iguales...que se podía volver a confiar.

Todos habían vetado el tema del pasado a Shiori, no por ella...sino por él, no era necesario recordar malos momentos y tragos amargos del pasado, lo cierto era que ahora él le había fallado al caer en una sucia trampa.
El no contarle a ella sobre su pasado aunque sólo fuera superficialmente, le había hecho creer que él podía actuar así con una "fanática" desconocida... que era capaz de jugar con ella.

Sosteniendo el vestido abandonado en su mano miraba perdidamente un punto lejano por la ventana...¿dónde se encontraría en ese momento? ¿cómo resolvería éste malentendido ahora?
En su desesperación por encontrarla no reparó en que dejó entreabierta la puerta, que en ese momento fue tocada levemente por su pareja de amigos para sacarlo de su trance.

- ¿Kojiro?...fortachón ¿estás bien? -
La voz pausada y cariñosa de su amiga rompió aquel doloroso silencio.

- Se ha ido...no se donde pueda estar...le he fallado - Dijo sin mirarles bajando la cara, dejando resbalar el móvil de su mano después de marcar inútilmente en repetidas ocasiones su número sin obtener contestación seguido de estrechar aquella prenda entre sus brazos como tratando de retener a su dueña.

- Oh no, no, no...no te estarás dando por vencido ¿verdad?
Tu no eres así, tu siempre luchas por lo que quieres...no la dejarás ir así nada mas...¡tú la amas!
Pelearás para tenerla de regreso ¿verdad?... - Suplicaba en voz baja abrazando a su amigo por la espalda,  poniendo atención se podía ver como resbalaban algunas lágrimas traicioneras por su cara.
Mientras su amigo miraba aquella imagen cruel desde la puerta, un nudo en la garganta le impedía decir cualquier cosa, era tan desalentador y penoso ver a su viejo amigo así. Aunque su amiga no viera su quebrantamiento podía adivinarlo, podía sentirlo al estar abrazada a su espalda y sentir como forzaba su respiración en silencio.

Luego de unos minutos sin tener reacción alguna, la chica limpió con decisión las primeras lágrimas que asomaban sus ojos por la impotencia acompañando a las de su moreno amigo.

- ¡Yo te ayudaré grandote! - Soltó su espalda para colocarse frente a él y  tomarlo con las dos manos del rostro húmedo y decaído.
- La buscaré, hablaré con ella y la traeré contigo para que tu hables también y le expliques... ¡Ésto no tiene porque terminar así!...vamos, ¡intentemoslo!... -

- Capitán, escuchame... - Dijo su amigo acercándose cautelosamente, quedando a unos pasos a su espalda - No insistiríamos si la decisión de separarse fuera de ustedes dos, porque no pudieran entenderse o no se amaran, pero ésto no fue así... alguien se interpuso ante ustedes dos ¡no fue justo! -

- No estas solo, déjanos estar contigo en ésto...por favor Kojiro - Suplicó una vez más la chica.

Por contestación un fuerte abrazo la capturó sin aviso alguno, con tal fuerza por la emoción que por un instante le cortó la respiración.
- ¡Ouf! ¡Yo también te quiero bebote! -

- Ya verás que todo ésto se arreglará amigo - Le dijo Wakashimazu colocándole una mano sobre el hombro.

- ...Muchas gracias...amigos, pero...la herí, tal vez no soy suficientemente bueno para ella - Dudó por un minuto, teniendo una contestación unánime y rápida de parte de sus amigos.

- ¡¡¡Tonterías!!! -

El Pasado RegresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora