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Youngjae pusó los ojos en blanco mientras escuchaba las quejas sin sentido de su hermana mayor, quién iba y venía caminando de una punta a la otra por la sala enumerando una interminable lista de posibles calamidades futuras, al mismo tiempo que él procuraba juntar la poca paciencia que le quedaba para no gritarle a Haneul que se callara y dejará de decir tonterías. Entendía los nervios de la chica ante lo que estaba por suceder, pero no compartía su preocupación ni por asomo, todo lo que salía de la boca de su hermana simplemente le parecía tonto. En realidad, pensaba que ella estaba exagerando demasiado, ¡Una simple cena familiar no podía ser tan mala como Haneul pensaba!

-.... y seguro que mamá querrá enseñarle fotos viejas y me avergonzara frente a él – suspiraba Haneul – y luego papá le contará la anécdota de nuestro viaje a Jeju y yo estaré tan avergonzada que no podré volver a mirarlo a los ojos nunca más y....

- ¡Noona! – Exclamó finalmente, harto de los balbuceos de la chica, tratando de llamarle la atención – ¡Escúchate, suenas como la abuela cuando el abuelo pierde sus medicinas!

- ¡Youngjae!

- Tienes que calmarte Noona – prosiguió, ignorando el regaño y la mirada asesina de ella- ¿Desde cuándo un chico te pone tan nerviosa? ¡Eres Choi Haneul!

- ¡Es que él enserio me gusta, Jae! – Lloriqueo la mayor – ¡Y es tan raro que se haya fijado en mi que todavía no lo entiendo! No quiero que se espante y deje de hablarme ahora que logré interesarle....

- ¿Interesarle? ¡Es tu novio desde hace casi un mes! – Le recordó, pero ella parecía no escucharlo – Ah Noona, ven aquí

Negando con la cabeza, tomó a su hermana suavemente por los hombros para pararse frente a ella y dedicarle una de sus mejores y más tiernas sonrisas, esa que levantaba tanto sus pómulos que daba ganas de apachurrarlos. Luego miró seriamente a Haneul, presionando sus hombros hasta que tuvo la atención de la chica fija en él.

- He dicho que eres Choi Haneul – insistió – Ningún chico rechazaría nunca a Choi Haneul ¿escuchas?. Si se aleja de ti es porque es un bastardo y no te merece, noona.

- Solo lo dices para que deje de quejarme – bufó ella – Tú no lo conoces Jae... él es magnífico...

-Y tú también lo eres – respondió, obstinado – ¡Mirate! Tienes ojos y nariz refinados, tu cabello es bonito y tu piel ni se diga. Noona es tan bonita. – canturreó bromeando con la canción de SHINEE que siempre solía cantarle a su hermana, logrando sacarle una sonrisa – A no ser que sea un estúpido, ese hyung debe saber que eres la mejor de todas, ¡por algo es tu novio! Así que ve a ponerte un vestido y un collar de esos que usas siempre para que ese hyung vea lo bonita que eres.

- ¿Lo dices enserio?

- ¡Claro! ¿Cuándo te he mentido?

Haneul sonrió con autenticidad esta vez y se relajó considerablemente, como si las palabras de Youngjae fueran un calmante, y se separó de él para revolverle el cabello con cariño.

- Gracias Jae — pronunció ella, pellizcándole la mejilla — Eres un cielo.

- I'm your angel – bromeó, haciendo un corazón y unas alas con sus manos – apurate, según tú ya estaba por llegar.

- Sí, sí, tienes razón – dijo Haneul, encaminándose a su habitación – Tendrás que abrirle tú porque mamá está cocinando y papá fue a comprar un pastel, sé bueno como siempre con él ¿Si? Seguro que le caerás bien, tú le caes bien a todo mundo.... bueno, iré a cambiarme....

Con esto, la chica se perdió escaleras arriba mientras que Youngjae se dejaba caer de nuevo en el sillón, pensativo. Haneul llevaba ya varias semanas saliendo con ese chico, y al parecer la cosa iba enserio pues esa noche lo presentaría formalmente a sus padres como su novio. Era obvio que estaba más que enamorada del hyung ese por la forma en la que suspiraba cada vez que lo mencionaba o la sonrisa enorme que adornaba su rostro cuando hablaba con él por teléfono, pero increíblemente Youngjae no se sentía celoso del nuevo novio de su hermana como normalmente sucedía porque le encantaba ver a Haneul tan contenta. No recordaba haberla visto actuar de ese manera antes por un chico, y por eso se sentía más curioso que celoso ante su cuñado, más aún considerando que esa sería la primera vez que vería al chico luego de un mes entero de saber de su existencia. Youngjae pensaba que aquel bastardo debía tener algo muy maravilloso para poner a Haneul así de tonta, no tenía ni una duda de eso, pero no llegaba a descifrar todavía qué era lo que lo volvía tan magnífico, pues ni siquiera había visto una sola foto de él (aunque duda que su apariencia tuviera algo que ver con la enorme atracción que tenía la chica puesto que Haneul no era superficial) y tampoco sabía mucho de su persona más que lo que Haneul le había contado. La verdad es que no sabía nada sobre el desconocido, ni siquiera su nombre; solo sabía que tenía un año menos que Haneul, es decir, 23 años.
Esos pensamientos lo mantuvieron ocupado hasta el momento en el que el timbre sonó, regresandolo a la realidad. Se dirigió a la puerta con un ligero cosquilleo en el estómago, mezcla de nervios y anticipación, acomodándose el cabello con una mano. Aunque él era el hermano de la novia y dueño de la casa por lo cual tenía que ser quién dominase la situación, el sujeto que había tocado el timbre era cuatro años mayor que él y, según Haneul, era perfecto (magnífico, increíble, atractivo, imponente, interesante, eran algunas palabras que la chica solía usar para describirlo), por lo cual Youngjae se sentía, como menos, un poco intimidado con la idea de conocer a su cuñado. ¿Y cómo no, si todo él era en si un acertijo para Youngjae? En cuanto colocó la llave dentro de la cerradura, se mordió el labio mientras miles de posibilidades le pasaban por la mente, poniéndolo aún más expectante, ¿sería alto y musculoso o no? ¿Tendría el cabello negro o teñido? ¿Estaría vistiendo casual o formal? ¡Abre de una vez, tonto!, se regañó a si mismo y abrió.

Don't tell noona // 2 J A EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora